La extraña y los objetos (personal)
Lunes, 14 de Septiembre 2015
Llegué a la residencia y tenía tantas ganas por ver mi nueva habitación, aquella en la que pasaría tanto tiempo, aquella que sería mi nuevo pequeño refugio. No pensé que tendría una sensación de estar sola al llegar. No. Simplemente la adrenalina y la emoción del inicio de la aventura no dejaron espacio para plantearme los aspectos negativos que uno desde fuera de la experiencia no ve, como la cantidad de tiempo que pasas solo o el esfuerzo que supone gastar lo menos posible o tener que lidiar con las pocas cosas que te has podido traer de casa.
Al principio, sólo me parecía una habitación de hotel. Pero con el tiempo se ha ido llenando de objetos como el jabón de manos, un chufchuf para limpiar, zapatos por el suelo, papeles y más papeles sobre la mesa, botellas y comida: que por fin me siento que estoy en mi habitación. Habitaciones consumidas en el caos del día a día, de no tener tiempo para ordenar, o de gastar una tarde entera para limpiarla y ordenarla.
Es extraño como al principio las cosas no nos transmiten nada, pero con el tiempo acabamos con una conexión emocional hacia los productos. Me pregunto si a quien estuviera antes en ésta habitación llegó a sentir la misma cercanía con la que siento ésta habitación que ahora es mía. O igual pienso estas cosas porque estoy estudiando diseño de producto, que puede ser.
Soledad
Me embarqué en el erasmus con una compañera de clase con la que ya teníamos una amistad, así que no es que estuviera sola por completo. Aún así siempre habían momentos de soledad.
Llegamos por la tarde noche, cansadas y agotadas del viaje, de modo que decidimos salir a cenar fuera, a una hamburguesería de la esquina. ¡Estaba tan emocionada por salir a cenar fuera! Es tan diferente todo: el servicio al consumidor, el ambiente, el horario de comidas y cenas.
Tan contenta estaba por estrenar este nuevo capítulo en mi vida que me quedaba asombrada con todo: el diseño de las paredes, de las sillas, de las puertas, la gente, qué comían, cómo se sentaban, qué frases utilizaban para atendernos, cómo se movían por el restaurante, el diseño de la carta, la música…
No sé por qué dicen que los ingleses son fríos. Nada más llegar todos me preguntaban qué tal me encontraba, si necesitaba ayuda y parecían felices. Esto en España cuesta de ver. O igual es porque es Manchester, el norte de Inglaterra. Dicen que son la “Andalucía” de España. En cuyo caso he tenido mucha suerte.
Mi primera noche me sentí una extraña y sentía el peso de los kilómetros entre mis seres queridos y yo. Evidentemente lo primero que hice al llegar fue hacer una llamada Skype. No lloré, pero estar en un sitio que no te dice nada puede llegar a ser doloroso y ser recordado durante mucho tiempo. Lo mejor es llevar una foto contigo siempre. Ayudan más de lo que parece.
Poco a poco la habitación se va llenando de cosas que te vas comprando a lo largo de tu experiencia. En mi caso era casi todo cosas de los viajes que hacía por el Reino Unido, cosas ligeras que me pudiera llevar más adelante a casa. Tampoco hay dinero para ir decorándola con las cosas monas que ves en las tiendas, así que o haces DIY o te las apañas para darle un ambiente juvenil y personal.
Mi consejo es:
- Compra bluetack (o whitetack) para pegar cosas fácilmente a la pared sin estropearla.
- Postales--en Inglaterra son baratas.
- Llena la habitación de libros. Las bibliotecas universitarias son enormes y aprenderás un montón de tu campo.
- Post its.
- Pinta, dibuja, ¡lo que sea!
- Pósters publicitarios--en Inglaterra hay muchísima creatividad y casi todos los pósters son muy llamativos.
- Cosas GRATIS. A los españoles nos encanta.
Seguro que hay gente por internet que sabe ayudaros más en esto, o que ni lo necesitéis, pero para eso escribo aquí, ¡para ofrecer todo lo que puedo!
Al final del erasmus, todos esos tazones, platos, mantas y de más que me había comprado los he sentido tan míos, que marcharse y tener que dejarlo todo allí es como dejar una parte de tu vida allí. No se podrán recuperar, no los volverás a ver, así que dificulta también el adiós a tu vida erasmus.
Galería de fotos
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)