Haciendo amigos
El primer sábado que estuve en Santa Marta me lancé a concoer la zona del Rodadero. Una parte de la ciudad a la cual hay que ir en bus o "buseta" como aquí se llama. En la carrera numero uno, que es la que va paralela a la bahía se pueden coger los pequeños buses azules que te llevan a distintas partes de la ciudad.
Allí esperas un poco y en intervalos muy cortos de tiempo no dejan de pasar buses, que se paran ante la llamada de alguien en la calle o porque algún pasajero solicite bajar gritando desde dentro: "¡Señor parada!".
El sabado, como digo, me subí a uno y tras pagar 1500 pesos, por ser festivo, me dirigí a Rodadero. Para saber cuál es el bus correcto solo hay que mirar el cartelito que llevan en la luna delantera.
Una vez dentro realmente no sabía cuándo tenía que pararme así que le pregunté a un señor que tenía al lado. De primeras pensó que me refería a la playa de Santa Marta y de ahí veníamos, con lo cual su respuesta fue: "¡Ay, mi amor, la pasamos ya hace rato!". Cuando le dije que no, que a la que iba era a Rodadero, ya sí que me dijo que iba bien.
Le llamaría la atención mi pinta playera y mi acento que me pregunto si era extranjera. Cuando le dije que era española, me sonrió y se presentó: "Me llamo Fernando, mucho gusto". Estuve entonces hablando unos minutos con él, mientras esperaba que me aconsejara la parada más cercana a la playa. Ya me habían dicho que la gente de aquí es muy hospitalaria y la verdad, es que todo el mundo al que le pregunto suele poner todo su empeño en darte la mejor información posible.
Me despedí de él cuando me indicó la parada, no sin antes volver a escuchar su consejo de que fuera con cuidado.
Allí estuve paseando por la playa y conocí, poco antes de irme, a una pareja de Bogotá.
Unos días después incluso se acercaron a Santa Marta para enseñarme un poco la vida nocturna. La verdad es que son encantadores, no paro de aprender con ellos y concoer nuevas cosas.
La noche que salimos en Santa Marta tomé mi primera cerveza Colombiana Roja, la cual me gustó mucho y estuvimos en barios bares del centro.
La playa del Rodadero fue un bonito descubrimiento aquel día, pero conocer a Paola y Jorge fue mucho, mucho mejor.
Seguiré contando cosas y lugares que visitar.
Hasta pronto!
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Comentarios (1 comentarios)
Przemysław Cichowlas hace 8 años
Che bella spiaggia! Che invidia