Experiencias internacionales, una pasión en común

Experiencias internacionales, una pasión en común

¿Quién no ha soñado con dar la vuelta al mundo? ¿O quién no querría descubrir nuevas culturas, paisajes, idiomas, otra forma de ver el mundo o incluso un nueva nueva marca de alcohol local?

Siempre he tenido esa sed insaciable de viajar. Por eso me decanté por la ENIM, la Escuela Nacional de Ingenieros de Metz, la verdad es que he de darles las gracias por abrirme las puertas al extranjero, porque gracias a ellos pude realizar mis primeras prácticas en Montréal, después las hice en Atlanta, en el Instituto de Tecnología de Georgia, y por último también pude irme de Erasmus a Polonia.

No tengáis miedo de tiraros de cabeza a por esas oportunidades, la primera vez que me inscribí en el programa internacional me aceptaron, aunque la verdad es que mi madre se sorprendió bastante cuando le dije por teléfono esto: "¿Mamá? Si, bueno, que me voy el mes que viene a Canadá. " Pero no temáis, ¡es una experiencia única y tanto vuestra familia como vuestros amigos estarán ahí para apoyaros!

¡Tuve suerte de poder formar parte de la ENIM y de que me escogieran para las prácticas y para pasar un semestre en el extranjero! ¡Todo es cuestión de motivación! Hay que comprometerse, poneos a buscar información, id a ver a los profesores responsables, id a ver a gente que se haya ido ya antes, actualizad vuestro curriculum y la carta de motivación... ¡y ya está! ¡Pitando a la entrevista!

Si no tenéis un nivel muy bueno de inglés, no os preocupéis, después de seis meses viviendo fuera mejoraréis más de lo que hayáis podido mejorar en cinco años de clases en el instituto. Hay gente que se va sin tener un buen nivel de inglés, pero como ya he dicho antes, ¡la clave está en la motivación! ¡Ponte a estudiar inglés como loco, lleva la motivación hasta las nubes y al avión!

En definitiva, la estancia que pasé en el panorama internacional podría resumirla en viajes y conocer a gente nueva. Jamás me habría imaginado que vería paisajes como los que vi, que montaría en un trineo tirado por perros, que me montaría en una moto de nieve, que pescaría en el hielo de Canadá, que pasearía por las calles de Nueva York, que escucharía música country en Nashville y que me bañaría en Miami Beach en Halloween o que pasaría una semana en un velero por los lagos polacos degustando nuevos sabores con mis compañeros de Erasmus.

Preguntadle a la gente que haya pasado ya por esa experiencia y os darán toda la información que necesitéis, os podrán informar sobre el proceso, el trabajo, el alojamiento, los puntos más turísticos y los buenos bares a los que podéis ir, aunque también podrán hablaros de lo mucho que echan de menos vivir en la otra punta del mundo.

Léo-Pol Watrin

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