Cuando casi se nos va el avión…

Mini-tour por Europa

"Cuando casi se nos va el avión"

En esta entrada les platicaré una anécdota bastante cardíaca que tuve y espero les sirva de experiencia para cuando realicen sus viajes.

Primero que nada, me gustaría mencionar que en más de una ocasión me tocó ver a chicos que corrían en el aeropuerto, estación de tren o de autobús para alcanzar su vuelo o lo que fuese, y en mi mente pensaba que a mí nunca me pasaría eso, pues me gusta y suelo ser muy puntual y precavida en esas cosas.

Todo comenzó cuando terminé mi estancia de instigación y el último día fui a la universidad, presenté mi proyecto y disfrutamos el último pincho. Mi vuelo salía a las 11 de la noche de Bilbao al aeropuerto de Barcelona, y de ahí partiríamos al día siguiente (mi amiga y yo) a París. De Santander a Bilbao se hace aproximadamente 40 minutos – una hora (si mal no recuerdo) y los camiones salen cada 30-40 minutos por lo que nunca nos preocupamos por eso.

(Recorrido Santander - Bilbao. Fuente: googlemaps)

En la universidad nos desocupamos temprano, pero la plática en el pincho se alargó y al final duramos mucho despidiéndonos de todos, en fin, terminamos llegando a nuestro piso como a eso de la 1 de la tarde. Todavía nos quedaba bastante tiempo y ya teníamos prácticamente todo acomodado, así que nopensamos que fuese a haber algún problema. 

Después empezamos a acomodar unas cosas, platicar de la presentación del proyecto y en un momento de lucidez nos acordamos que no habíamos comprado los boletos de autobús de París a Bruselas… y pues oh sorpresa! Ya no estaban disponibles los que queríamos. Rápidamente empezamos a modificar nuestro itinerario y acomodar nuestro presupuesto ya que estaban más caros (algo que no sabíamos, en México los boletos de autobús tienen un precio fijo, estos no varían por temporada, horario ni si los compras con poco o mucho tiempo de anticipación). Compramos los boletos y en eso nos acordamos que tampoco habíamos pagado un tour que tomaríamos en Belfast, lo pagamos rápidamente y cuando creímos que ya todo estaba solucionado, se me ocurre revisar la página de ALSA (la línea de camiones en España) y pues ya solo había 3 lugares disponibles en un camión para Bilbao.

Cuándo nos dimos cuenta de eso entramos en pánico, y nos fuimos corriendo desde nuestro piso hasta la central de autobuses. No está lejos pero Santander tiene muchas subidas y bajadas, a demás de que traíamos la mochila y estaba algo pesada. Tampoco pudimos comprar los boletos por Internet porque por alguna razón no aceptaba nuestra tarjetas. Nos fuimos corriendo y no se como le hicimos pero duramos unos 12 minutos en llegar (muy poquito tiempo en comparación de lo que se hace habitualmente).

(Recorrdio de nuestro piso a la centra de autobuses. Fuente: googlemaps)

(La mochilotas que cargamos)

Rápidamente llegamos a la ventanilla y lo que nos temíamos pasó, ya no había boletos y tampoco había boletos en otros camiones. Como segunda opción buscamos en blablacar pero nos había ningún viaje disponible. Enojadas, frutadas y tristes decidimos preguntarle a un taxi cuanto nos cobrara, no recuerdo la cantidad exacta pero fueron como unos 180 euros (tal vez un poco más o un poco menos). No sabíamos que hacer, era una gran parte de nuestro presupuesto y comparándolo con los 6 euros que hubiéramos pagado en el camión, era muchísima diferencia. Al final creo que el taxista se compadeció de nosotras y nos hizo un “descuento” de cómo 30 euros y decidimos irnos con él.

Los primeros 10 – 15 minutos estábamos muy enojadas con nostras, pero después de ese tiempo se detuvo el taxi. Resulta que un autobús se incendió casi llegando a Bilbao, por lo que no había paso. Faltaban como 20 minutos para las 7, por lo que se puede decir que íbamos a buen tiempo, pero con ese accidente ya no estábamos tan seguras.

Duramos como una hora o más parados en el mismo lugar, por un momento dimos por perdido el vuelo a Barcelona, por lo que empezamos a buscar otras formas de llegar allá, pero ya no había ninguna otra opción, ni un vuelo, ni un autobús, ni un blablacar, o tomábamos ese vuelo o nos olvidábamos de ir a París y por ende todos los siguientes vuelos y boletos de autobús se perderían. En ese momento decidimos consultar a googlemaps y le dijimoos al taxista que si podíamos irnos por otro lado. Al final terminaos yéndonos no por la carretera principal, si no por los pueblos. El taxista se distinguió por ser muy hábil al volante.

De la hora, que se suele hacer regularmente hicimos 4 HORAS! Faltaba como media hora para que saliera en vuelo, en cuanto llegamos al aeropuerto y nos subimos al avión. Afortunadamente todo salió bien y después de eso no hubo ningún inconveniente. Como moraleja está en tener cuidado con las reservaciones, boletos de avión y autobús, ser muy precavidos, puntuales y no dejar todo para el último, pero en esta ocasión dejar todo para el último fue lo que nos salvó, porque de haber tomado el autobús que debíamos nos hubiéramos quedado atoradas en la carretera y no hubiéramos podido llegar a tiempo al aeropuerto.

(Nuestras caras de felicidad ya en el aeropuerto)

Muchaas gracias lectorespor haber leido mi historia. Nos seguimos leyendo en otros posts.

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