¿Cómo puede ser la vuelta de una Erasmus?
De nuevo escuche atentamente mi voz. Mi voz le ayudará a salir de esta experiencia que le ha atrapado durante 10 meses. Cada palabra, cada imagen y cada número le conducirán, poco a poco, más y más lejos del universo Erasmus. Aunque su voluntad se niegue a admitirlo, usted seguirá el curso inevitable de los acontecimientos. ¿Está preparado?
Se encuentra usted en un aeropuerto. Ha hecho maletas, ha terminado mal que bien con sus deberes académicos, se ha despedido de sus nuevos amigos y conocidos. Espera el vuelo de vuelta a su tierra. Su cabeza es un hervidero de pensamientos. Piensa en lo que ha vivido, piensa en lo que vivirá.
Allá en su tierra le esperan sus viejas costumbres, sus viejas responsabilidades, lo viejo ya conocido, lo viejo cotidiano. Aquí deja nuevos rostros, nuevos lugares, y momentos. Los recuerdos desfilan y esos momentos, intrascendentes, capitales, grotescos, cómicos o trágicos le golpean. A medida que vaya escuchando mis palabras, adquirirá dos certezas.
Primera certeza: nada de lo que ha vivido aquí se repetirá con la misma intensidad. Segunda certeza: ninguna de esas vivencias se borrará de su memoria. El visión que acaba de contemplar en su mente pretendía, desde sus humildes posibilidades, recrear parte de esos recuerdos.
Sin embargo, usted comienza a pensar: ¿es sólo esto el Erasmus? A lo que se responderá: puede, pero no sólo. En realidad, el Erasmus da a cada cual lo que esté dispuesto a recibir. Pero, lo mismo que existe un tiempo para las responsabilidades, los cafés cargados por la mañana, las buenas actitudes y los deberes improrrogables, también es necesario buscar un tiempo para la relajación, las noches sin dormir, los coloquios intrascendentes, los ligoteos, las bromas, las vomitonas y las resacas
Pensará usted que, durante un año, ha merecido la pena vivir en esta burbuja de alegría. Vivir, para luego poder recordarla.
“Aunque nuestros ojos ya no
puedan ver ese puro destello
Que antes nos deslumbraba
Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo.”
Cuando termine de hablar, usted irá despertando de su letargo poco a poco y el reportaje Erasmus podrá finalizar.
Uno… dos… tres…
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Comentarios (1 comentarios)
Victori sanchez hace 10 años
Interesante