Aterrizar en el caos de Roma

Llegas en un avión a lo que la gente llama "el erasmus", pero lo que percibe tanto tu corazón, como tu mente (pues no se aleja mucho de la realidad de Roma), es haber llegado al caos. Pero qué caos tan bonito. 

Sobre todo a medida qué pasa el tiempo.

Al principio es solo un barullo de emociones, pensamientos, gente que vas conociendo - de momento nunca a fondo -, coches que no pararán en un paso de cebra pero sí para que cruces por en medio de la calle, millones de buses cruzando sus líneas en Termini, cables del tranvía formando tu cielo, voces que sobrevuelan tu cabeza por la calle, a la hora de comer y tú ya no sabes en qué trattoria entrar... Caos.

Ese ruido mental se va transformando con el tiempo en tu realidad durante un año. Te acostumbrarás y lo acabarás amando. 

Llegas en avión al mejor año de tu vida, en una de las ciudades más locas y activas en las que he estado en mi vida. 

Nunca tienes una tarde sin plan, a no ser que sea porque el plan de la noche anterior te ha dejado para cama todo el día siguiente. Lo cual, si tienes la magnífica suerte de vivir con gente con la que congenias, puede dar lugar a otro plan genial en sí. 

Nada más aterrizar

Algo que no suele saber mucha gente es que desde cualquiera de los dos aeropuertos hay autobuses a Termini por 6 euros, comprando la entrada en la misma puerta del autobús (efectivo, lo de la tarjeta a los romanos ya les cuesta a veces hasta en los restaurantes... no van a tener datáfono en la puerta de un bus). Si puedes llevar el equipaje tú solo/a y vives por esa zona, te ahorras un taxi. 

Termini es el centro neurálgico del transporte público de Roma. Aquí te puedes sacar el abono. 

• Anual: 250€ por 12 meses. Si te quedas todo el año, coge esta opción claramente.
• Mensual: 35€ por mes. 

Ve a tu universidad y haz todo el papeleo que te aconsejo que lleves ya bien pensado, porque si no es un buen lío enterarte bien desde allí. 

Pero después, sea cual sea tu universidad, ve a la Sapienza (es la universidad más grande de Roma) y sácate la tarjeta de la ESN. Son 10€ y tienes acceso a descuentos en muchos sitios tanto culturales, como restaurantes, sus fiestas, sus viajes, ¡incluso descuento en el cine!

Merece la pena, no solo por lo que ofrecen si no por la gente que lo organiza: estudiantes italianos de más o menos tu edad, que se desviven para que tu experiencia erasmus sea genial y encima, lo vivas con ellos. Unos buenos amigos italianos que echarse. 

Seguramente, al primer evento que hagan y vayas, conocerás a parte de los amigos que te acompañarán este año.

Aprovecha la experiencia

Todo lo que puedas, en todos los sentidos. 

Aprovecha a conocer a fondo una nueva ciudad. Tan a fondo que la acabarás conociendo mejor que la tuya. Va a ser para toda la vida tu segunda casa.

Aprovecha a aprender un nuevo idioma que, además - qué francés ni qué nada -, es precioso. Habla italiano todo lo que puedas, aunque te cueste.

No he visto ciudad más infestada de españoles y de gente acostumbrada a ello, es decir, que sabe identificarte como español y te sabe responder en perfecto español. 

La mayoría de mis amigos han sido españoles y no tengo absolutamente ninguna queja de ello, es más, a la vuelta me he alegrado aún más por saber que les tengo cerca. Pero ábrete, conoce italianos, son muy parecidos a nosotros y nadie te cuenta mejores cosas de una ciudad, que alguien nativo de la misma.

Sal de fiesta, estudia lo que te atraiga, incluso si no es de tu carrera, conoce tu universidad, conoce cada antro, cada museo (¡aunque sea solo por saber donde está!), cada parque (qué maravilla de ciudad verde), cada sitio de aperitivo, cada discoteca, ¡hasta cada biblioteca! (hay una "biblioteca clandestina" en San Lorenzo, nunca se sabe dónde encontrarás algo que te impacte).

Cuida a la gente, tus amigos que ya serán de por vida, las experiencias que vivas, los sentimientos que te van a abordar e incluso, sobrepasar. Todo forma parte de tu erasmus, lo bueno y lo malo. 

El caos del principio lo tiene todo erasmus. El caos característico de la ciudad en la que lo hagas, como el de Roma, es un plus. Pero todo lo irás interiorizando y hasta lo echarás de menos.

Cuando vuelvas, lo entenderás. Pero de momento, te toca empezar.

¡Qué envidia me das!

Galería de fotos