Día 1 en York

Siempre he preferido las ciudades pequeñas, porque pienso que son mucho más cómodas a la hora de vivir, salir o estudiar. Fue entonces cuando descubrí que York era un lugar perfecto para mí.

A pesar del mal tiempo, York resulta muy atractivo para los visitantes. Lo que más me gustó fue el centro de la ciudad, que está lleno de pequeñas casas de madera, pintadas en diferentes y vivos colores. Todas estas casas son comercios, pequeñas tiendas de souvenirs, pastelerías, panaderías... todas merecen ser visitadas. Hay algunas librerías con libros muy peculiares y divertidos, e incluso con ejemplares únicos o antiguos, para los amantes de la música clásica, por ejemplo.

La catedral es muy grande y bonita, así como la zona del río y la muralla que rodea la ciudad.

Catedral de York

También hay un pequeño mercado en el centro, que tiene pastelitos a muy buen precio y con buenísima pinta, además de otros artículos. Hay varias chocolaterías y tiendas de golosinas que impresionan a la vista.

El precio del tren desde Sheffield hasta allí era de unas 15 libras ida y vuelta. York me gustó mucho más de lo que creía, y lo he llegado a nombrar mi lugar favorito de Inglaterra. Sin duda, un destino para vivir en el futuro.

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