VIAJE A ALEMANIA – DÍA 2: La odisea para llegar a nuestro destino

En la anterior entrada os contaba el primer día de nuestro viaje a Alemania, en el que nos quedamos tiradas en medio de la autopista porque el coche se nos estropeó. Después de que la grúa nos viniera a buscar y nos llevaran a un taller en el que no pudieron arreglarlo, tuvimos que pasar la noche en un hotel a las afueras de Gante

En esta entrada os contaré lo que hicimos el segundo día de viaje, en el que tuvimos que ir por nuestra cuenta a Witten, la ciudad a la que teníamos planeado viajar.

Día 2

Empezamos el día bastante temprano porque teníamos que hacer el check out del hotel y dirigirnos a la estación de Gante para coger el tren a Bruselas. Después de recoger todo, entregamos las llaves de la habitación en recepción y salimos del hotel.

La estación estaba a 10 minutos del hotel, por lo que no nos llevó mucho tiempo llegar. Sin embargo, la noche anterior había nevado bastante y todo el camino estaba lleno de nieve, por lo que teníamos que tener cuidado para no resbalar. Además, hacía muchísimo frío.

Al llegar a la estación, compramos el billete del próximo tren que salía hacia Bruselas y nos dirigimos al andén. Mientras esperábamos, nos tuvimos que meter en una cabina para no pasar tanto frío. Por suerte, el tren no tardó mucho tiempo y cuando llegó subimos rápido.

Durante el trayecto, que duró sobre media hora, llamé a un amigo francés y le estuve explicando en español lo que nos había pasado. Eso llamó la atención de una de las pasajeras, que estuvo atenta a mi conversación todo el rato.

Al llegar a Bruselas, tuvimos que quedar en la estación haciendo tiempo, ya que faltaba una hora para que nuestro autobús de Flixbus saliera. Por lo tanto, aprovechamos para comer un bocadillo que compramos en una tienda de la estación. Además, aproveché para comprar unas postales. Me dio mucha pena no haber podido visitar la ciudad, ya que era la primera vez que estaba en Bruselas, pero no teníamos tiempo para mucho.

Cuando se estaba acercando la hora de salida nos acercamos a los autobuses, y después de un rato vino el autobús que tendríamos que coger para llegar a Bochum.

Estuvimos sobre cuatro horas en el bus hasta que llegamos a la ciudad alemana. Por el camino, pasamos de Bélgica a Holanda y posteriormente a Alemania.

Cuando llegamos ya era de noche, por lo que la hermana de mi amiga alemana que nos vino a recoger nos llevó directamente a su casa en Witten para cenar juntas. Sus padres nos hicieron para cenar un pastel de carne con verduras que estaba delicioso. Además, de postre nos hicieron una tarta de queso y una de galleta. Acabamos llenísimas porque la comida estaba buenísima y no queríamos dejar nada en el plato.

Al acabar de cenar nos llevaron al apartamento que habíamos alquilado en Airbnb. El día anterior habíamos llamado a los propietarios y les habíamos avisado de que llegaríamos al día siguiente por la noche, por lo que cuando llegamos nos estaban esperando. Nos dieron las llaves y mi amiga se fue para su casa.

Nuestro apartamento estaba en el mismo edificio en el que vivían los propietarios, pero en un piso diferente y todo para nosotras. Además de la habitación con una cama de matrimonio, teníamos un baño y una cocina compartida con otras dos habitaciones en las que no parecía que hubiese nadie.

Nos fuimos a dormir pronto porque, de nuevo, estábamos muy cansadas por el viaje y al día siguiente teníamos planeado visitar otra ciudad, por lo que debíamos despertarnos pronto.

Así se terminó el segundo día de nuestro viaje, en el que por fin llegamos a Alemania. En la próxima entrada os relataré el siguiente día de nuestro viaje, en el que visitamos Dortmund y su mercadillo, y también el mercadillo de Witten, además de asistir a una fiesta alemana.

¡Hasta la próxima!

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