Viviendo la naturaleza en Glendalough

    Hace unos años, mientras estudiaba en Irlanda, decidí hacer una excursión a Glendalough. Este pequeño paraíso de naturaleza y paz se encuentra en el suroeste de Dublín, entre las Wicklow Mountains. También se conoce como el Valle de los Dos Lagos.

    En cuanto llegué, la visión de naturaleza y armonía me cautivó. A pesar del mal tiempo, y la niebla, se podía apreciar la increíble belleza del lugar. Allí se encuentra uno de los monasterios más famosos de la isla, que data del año 550 aproximadamente, y fue levantado por un monje llamado Kevin, que tras llegar al lugar, quedó prendado de este y decidió quedarse allí. También se caracteriza por la cantidad de edificios monásticos de entre los siglos IX y XII, entre ellos una torre que sirve de guía dentro del lugar, de unos 30 metros de altura, restaurada en 1876 y que tenía una función defensiva y de vigilancia. 

    Es un lugar de obligada visita si estás cerca de la zona. A pesar de su atractivo turístico, y la cantidad de visitantes que tienen durante el año, sigue siendo un lugar tranquilo y lleno de armonía, por el que pasear y disfrutar en familia, solo, o incluso con tus mascostas.

    Lo que más me llamo la atención fueron sus lagos, unidos por el Glenealo River, y la facilidad con la que se fundían con el paisaje del lugar. Puedes pasar allí horas y horas y da igual donde mires, siempre quedarás asombrado,y más si pasas tiempo allí, observando todo con atención, y descubriendo pequeños detalles que te serían imperceptibles con un solo golpe de mirada. 

    Hay un par de bares con encanto en las inmediaciones del lugar donde puedes tomar algo, teniendo en cuenta que además de la diferencia de precios con España (allí todo es más caro), debes sumarle la subida que le hacen por encontrarse en un lugar turísitco como ese. Además, hay visitas guiadas por el lugar en Español. Yo no hice el tour, fui por mi cuenta, pero existe esa posibilidad.

    He vuelto varias veces después de ese primer día, y siempre he vuelto con la misma sensación de paz y tranquilidad. Recomiendo absolutamente su visita. Tómate un día entero para estar por allí, sigue sus caminos, observa todo con tranquilidad, y fúndete con la naturaleza del lugar. 

    ¡Espero que os haya gustado, y tengáis la oportunidad de visitarlo alguna vez!