Ruta de ascenso a las montañas de Wicklow:Great Sugarloaf.

¡Hola de nuevo valientes y aventureros!

En este post os hablaré de una de las rutas más frecuentadas y bonitas, a la par que cortas y de sencillo recorrido por una de las montañas que componen el conjunto de montañas de Wicklow y a la cual se accede desde el pueblo de Kilmacanogue.

¿Cómo llegar hasta Kilmacanogue?

Las opciones con las que contáis para llegar con transporte público son el autobús número 45a o el 45B desde Dun laghoaire o Bray. Desde Dublin, con salida en Heuston Station, el número 145 o también tenéis la opción de tomar el tren Dart hasta Bray y seguramente el viaje se haga más corto y no mucho mas caro.

El precio del billete desde Bray es 1'50€ y la duración del trayecto unos 15 minutos, ya que el pueblo de destino se encuentra a escasos 7 kilómetros.

El autobús os dejará en la última parada de la ruta, donde os encontrareis en la acera de la nacional 11.
Unos pasos más adelante, en sentido hacia la gasolinera encontraréis el puente que cruza por encima de la carretera.
Os aconsejo ir con la leap card (tarjeta de transporte de color verde) recargada, y si os quedáis sin dinero en ella, solo la podréis recargar en la gasolinera que se encuentra en frente de la parada, es decir, pasando por el puente, ya que en el medio de la carretera hay una mediana por la cual no podréis acceder.

Las peculiaridades de Kilmacanogue.

Teniendo todo listo, podréis embarcaros a conocer los encantos de este pueblecito, que durante mi visita pude descubrir y que figuran en este mapa informativo que encontrareis justo al comienzo de la subida de la calle que hace de esquina con la gasolinera que os comentaba antes.

En este cartel también podréis observar las montañas que componen este sistema de montes de Wicklow.

Tras este panel encontraréis una iglesia/ santuario, que para aquellos mas devotos podréis visitar su interior, pero la verdad es que es un escenario muy llamativo a la vista, os dejo una imagen.

En frente de la entrada de la iglesia veréis el jardín conmemorativo (1916, conmemorative garden), un pequeño parque con bancos de madera, los cuales cuentan con inscripciones dedicadas a difuntos por parte de sus seres queridos, además este jardin colinda con el cementerio.

Me he ido fijando a lo largo de mi estancia en Irlanda, que estas inscripciones en los bancos es bastante frecuente. Hay muchos parques y zonas públicas que son utilizadas con este fin y es un hecho bastante curioso.

Este parquecito cuenta también con una inscripción informativa en una piedra, en inglés y gaélico, haciendo mención al año de la proclamación de la república, 1916, donde dejan frases como estas:

“Declaramos el derecho de la gente de Irlanda a tener la potestad de Irlanda…Ningún gobierno extranjero puede romper este derecho, ni siquiera puede ser extinguido, salvo por la destrucción del mismo de la mano de los Irlandeses.”

Es sorprendente como en un pueblo con escasos 1000 habitantes, al pie de una montaña, se conserve, promueva o apoye de forma tan latente este momento histórico y sistema de gobierno. Creo que es el ejemplo del orgullo del pueblo Irlandés tras su lucha por la indepencia frente al gobierno Británico… Lo suyo les habrá costado.

Tras observar este bonito manifiesto político, podéis ir a explorar otro rincón del parque, que me llamó la atención en particular con este simbolo de la cultura celta, la triquetra. Un simbolo que representa un nudo compuesto por una linea continua que se entrelaza sobre si misma, creando 3 puntos sobresalientes.

Como simbologia representa la vida espiritual eterna, sin un principio y sin un final marcados, y coincide con la creencia celta de que todo lo relevante en el mundo se compone de 3 elementos.

Y acabamos con la historia de este lugar… por ahora.

1.Ruta hacia Little y Great Sugarloaf. (La pequeña y la gran Sugarloaf).

A estas montañas se las denominó con este encantador nombre debido al aspecto que comparten con los montones de azúcar que se comercializaban durante el siglo XIX.

Teneis dos opciones, una ruta oficial y una ruta opcional, (en la cual yo me perdí). La ruta oficial comienza en un parking habilitado para la subida, pero para los que no tengáis un vehiculo propio, podéis tomar  esta opción igualmente.

Justo en la pequeña rotonda que hay al lado del parque del que os hablaba antes, encontrareis una señal que indica la dirección hacia los aparcamientos para subir la montaña,5 kilómetros de caminata, pero el paisaje que recorreréis merece la pena, pues estaréis recorriendo la carretera que divide los montes de Wicklow,la R755, con las vistas de Sugarloaf a la izquierda y montaña Carrigoona a la derecha.

La entrada al punto principal la reconoceréis por un arco de piedra en punta que tendréis que atravesar.

Un detalle curioso: En fines de semana y puentes encontraréis una furgoneta/cafeteria que os posibilitará tomar un delicioso café al terminar vuestra ruta, o antes de subir. La cafeteria está habilitada en el maletero de una furgoneta, un negocio muy interesante, y aunque suene algo tenebroso, cumple con las condiciones de higiene, no os preocupéis.

El siguiente punto que marca vuestro itinerario es una pequeña valla de metal por la que accedeis al camino de subida hacia la montaña. A partir de aquí el sendero está marcado de forma natural, no vereis más señales, pero encontraréis el camino perfectamente, además de disfrutar de unas vistas increíbles ya desde este punto, pudiendo observar la costa sur de Wicklow y los valles verdes.

El tiempo de subida ronda los 30-45 minutos, eso si, el terreno es bastante escarpado y el último tramo de ascenso es prácticamente de escalada, sencillo, pero os recomiendo usar las manos para agarraros.

Una vez en la cima podréis comprobar por qué merece la pena subir esta montaña, y es que con solo501 metrosde altura creo que ofrece la mejor panorámica del condado de Wicklow que he visto.

Cuando subí, hace una semana, hacía bastante frio, asique os recomiendo llevar ropa térmica, botas, un buen abrigo, gorro y guantes, pues la temperatura en la cima desciende notablemente y si azota el viento y no lleváis gorro os podréis olvidar de la suavidad de vuestras orejillas…

2. Ruta opcional (en la cual me perdí)

Justo enfrente del jardin conmemorativo encontráis una señal que os indica la direccion de subida. 

El itinerario que tomé fue el acceso peatonal, una carretera asfaltada que discurre por el medio de un conjunto de casas preciosas, estilo montañesas, pequeñas y de techos bajos.

Encontrareis por el camino dos señales, en postes negros con flechas en amarillo que os indican la dirección.

Tras ver la segunda flecha, comenzareis a observar que ya no se ven tantas casas,y que la vegetación comienza a ser más frondosa, aunque el sendero sigue siendo asfaltado, por lo cual hay la posibilidad de que os crucéis con coches, por tanto, hay que quedarse bien cerca de los extremos.

Otro de los puntos importantes para guiaros es esta roca, situada en las inmediaciones de una casa: glencap.

Cuando llegué a este punto, tomé el camino de la izquierda, y en la siguiente bifurcación, a la izquierda de nuevo, ya que hacía la derecha el camino llevaba hacia otra zona urbana con más casas.

Aquí fue donde comenzó la fiesta...

No encontrareis ninguna otra señal como las que os mencioné anteriormente, a partir de aquí, cuando ya estáis al pie de la montaña solo veréis helechos marrones, arbustos, moreras y unos cuantos árboles de una altura media.
El único sendero que parece accesible es muy estrecho y esta delimitado por la flora que compone el lugar.

Los colores que bañan el pie de estas montañas son algo digno de ver, pues los grises de las rocas de la ladera, contrastan con el manto de marrones claros y oscuros y el verde de los pinos y algunos arbustos que se aprecian a lo lejos.

La primera imagen que os dejo fue de la primera parada que hice. En este pequeño peñón, de unos 2 metros de altura y desde el cual podréis tener unas vistas increíbles del pueblo, sugarloaf y una parte de Bray, pudiendo observar también el mar.

Esa pequeña montaña, de 202 metros de altitud que veis adornada de naranjas y marrones es la montaña Carrigoona, la parte más norte de sugarloaf y la cual se encuentra separada de su hermana mayor por el río Dargle y la carretera que cruza Eniskerry hasta Roundwood.

Continuando con el paseo, que cada vez se va haciendo más estrecho y confuso, al menos para mi, empezareis a notar zonas de ascenso, con una inclinación bastante pronunciada, indicando q estais incrementando la altitud.
Tras unos 10 minutos caminando llegareis a este punto, el cual parece la división entre la pequeña sugarloaf y la grande.

Es una pared de roca muy llamativa para aquellos a los que les guste escalar. Pero cuando llevas un abrigo que te llega hasta las rodillas, os aseguro que no es una opción sencilla...

En este tramo, continué hacia la derecha, con la intención de encontrar un camino marcado para llegar a la cima de la montaña pequeña, pero entre unos factores adversos y otros como: viento, el sol en la cara, hoyos inesperados que me empaparon hasta las rodillas y la ausencia de un camino que seguir dificultaron mucho el proceso.

Si no estáis seguros/as os recomiendo volver hacia atrás.

Lo bueno de llegar hasta este punto, quizá a unos 120 metros de altura sobre el nivel del mar, son las vistas. 
Pues desde este lugar ya podeis contemplar toda la costa, desde Bray hasta Killiney, observando la isla de dalkey al fondo y el pico de la iglesia sobre killiney Hill.

Esta ruta tiene una duración de una 1h aproximadamente y se podría considerar circular,  ya que tendréis que volver por el mismo camino, pero tomando esta vez como opción alternativa, la vuelta al pueblo por el camino de la derecha que descartamos al principio, el cual lleva hasta una calle cuesta abajo con el suelo de cemento y da a parar a la carretera principal de Eniskerry, pasando por una zona llamada Rocky valley, la cual veréis en una señal.

Yo encontré el mapa para la ruta en internet, que no me sirvió de mucho la verdad, pero es debido a mi falta de orientación espacial.
Os recomiendo fiaros de Google Maps si queréis hacer este ruta a pie, ya que el camino está mejor marcado desde esta aplicación.

Espero que os haya gustado esta experiencia y que visitéis estas peculiares y dulces montañas en Wicklow.

¡Un saludo!