Viaje a los Túneles de Cuchi

Los túneles de Cuchi son una serie de túneles bajo tierra construidos por los habitantes de Cuchi durante la Guerra de Vietnam, en los 60 y los 70, a modo de protección contra las tropas americanas, que cada vez avanzaban más. Hoy en día, los túneles se han preservado y son una atracción turística muy popular.

Decidimos visitarlos una tarde de domingo. Existen diversas formas de llegar hasta allí y, como luego vimos, varios puntos de entrada. Éramos siete, así que conseguimos un Grab Car de ida y vuelta por 200. 000 VND cada uno. La entrada a los túneles costó 90. 000 VND. El día costó unos 300. 000 VND por persona, casi el mismo precio que los tours ofrecidos por muchos hostales y empresas de turismo que se encuentran en la ciudad de Ho Chi Minh.

El tour comienza con un vídeo de 15 minutos que explica la historia de los túneles y de los habitantes de Cuchi, así como todo lo que sufrieron durante la guerra americana-vietnamita. Después, un guía turístico nos llevó por el bosque y nos señaló varios hormigueros falsos, construidos a modo de puestos de vigilancia camuflados. Más tarde, nos llevaron a un claro del bosque. Le dio golpes al suelo con un palo hasta que escuchamos el sonido del metal; era una puerta oculta.

El guía quitó la tapa para mostrar un pequeño agujero de entrada al suelo. Decidió escoger al miembro del grupo más alto y más ancho para que entrase al túnel el primero. Era imposible que cupiese por ese agujero. El punto más estrecho estaba a la altura de sus hombros, pero con un meneo y un apretón, consiguió meterse en el túnel bajo tierra. No nos lo podíamos creer.

El guía abrió una gran puerta para que entrásemos todos los que no nos atrevíamos a pasar por la más pequeña. Cuando estás ya en los túneles, te encuentras con calor, oscuridad, humedad y claustrofobia. ¡Los túneles son enanos! Más pequeños de lo que me había imaginado. No tenías que ir a gatas, pero sí que te tenías que agachar. Era imposible ponerse en pie o girarse. Tuve que concentrarme muchísimo para no entrar en pánico. Cuantas más personas entraban a los túneles, más atrapada me sentía. Decidí salir cuando unas 10 personas estaban en esos túneles tan pequeños conmigo.

Salir fue otro problema. Necesitas tener fuerza en la parte superior de tu cuerpo para arrastrarte a tí mismo. Cuesta entender cómo los habitantes de Cuchi vivieron así.

Cuando nuestro grupo salió, nos llevaron a otro túnel. Este era más grande, con una entrada escalonada, pero de todas formas acabamos en un túnel pequeño, serpenteante y arqueado que llevaba a la 'zona del hospital'. Era una habitación pequeña, igual de oscura y sucia que los túneles. Aquí era donde transportaban a los enfermos. Era muy poco higiénico o seguro, pero era con lo que los vietnamitas tenían que lidiar en esa época.

Más tarde, nos llevaron a otros túneles que se habían utilizado para cocinar, dormir o como salas de reuniones. Estábamos en una habitación cuando el guía nos dijo que el próximo túnel tendría 30 metros de longitud, con una pequeña pendiente que bajaba más y más profundo. Muchos de los del grupo optaron por salir. Yo estaba algo escéptica, pero sabía que me iba a arrepentir si no lo hacía. Cuatro de los quince del grupo bajamos por el largo y serpenteante túnel. Como es evidente, me quedé la última. El miedo de que algo estuviese detrás de mi era muy intenso porque no tenía dónde huir. En ese túnel, nos recibieron arañas y ciempiés. Incluyendo una pequeña cuesta que tuvimos que bajar de culo, ensuciándonos y sudando aún más. ¡Pero finalmente salimos!

Después de refrescarnos un poco con unos snacks de boniato y té verde, nos lavamos. Después, nos enseñaron varias armas trampa que habían puesto los habitantes de Cuchi. Pinchos de bambú escondidos en el suelo, grandes zanjas y otras trampas que parecían bastante dolorosas. Es increíble pensar cómo esta gente sobrevivió y luchó por su tierra.

Aquí, hay un par de tiendas donde puedes comprar objetos vietnamitas típicos y regalos para los turistas. También se puede probar un campo de tiro. Hay muchas armas que pueden probar los turistas, como pistolas o ametralladoras. Personalmente, creo que no es de muy buen gusto hacer publicidad de un campo de tiro en el lugar donde murieron cientos de personas por culpa de las armas; pero hay que ganar dinero, supongo. Los túneles cierran a las 5 de la tarde y el campo de tiro cierra sobre las 4, así que ve temprano si quieres tener tiempo suficiente para verlo todo.

También nos dimos cuenta de que había un campo de paint ball en el bosque. En la entrada, también se puede ver un 'cadáver' de un tanque de guerra y un viejo helicóptero. Empleamos bien nuestro tiempo y nos sacamos varias fotos encima del los desgastados vehículos de guerra.

Fue un día interesante y definitivamente merece la pena visitarlo. Lleva ropa cómoda y zapatos que no te importe ensuciar. Los túneles no son amplios y guays; de hecho, son lo contrario. Así que espera ensuciarte y sudar.


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