Descubriendo Viena: parte I

¡Hola a todos de nuevo, viajeros! En la entrada de hoy voy a hablaros sobre mi experiencia en Viena, y las atracciones turísticas que no podéis perderos si vais a visitar esta ciudad alguna vez. Os recomiendo que vayáis en torno a tres días, porque aunque no es enorme, sí es cierto que tiene un montón de cosas que ver. 

Qué ver en Viena

Cuando la gente me pregunta sobre mis viajes a Viena (en plural, porque he estado en dos ocasiones), y me piden que describa la ciudad, siempre digo que es como pasear por un museo al aire libre. Todos los edificios son relamente increíbles, y os aseguro que parece una ciudad sacada de un cuento de hadas. No obstante, obviamente no puedes conformarte sólo con callejear (aunque te recomiendo muchísimo que lo hagas), así que aquí te dejo también una lista con los monumentos que no pueden faltar en tu itinerario turístico de Viena. 

• Catedral de San Esteban

La Catedral de San Esteban, conocida en alemán como Stephansdom, está situada en la plaza de Stephansplatz. He pensado que debía encabezar esta lista no sólo porque es mi monumento favorito de la ciudad, sino sobre todo porque es uno de los símbolos más importantes de Viena. Es una catedral muy céntrica, así que es probable que la veas a menudo durante tu recorrido por la ciudad. El exterior es verdaderamente bonito. Tiene una alta torre muy característica por ser tan puntiaguda, y de ahí que puedas divisar la catedral desde distintos puntos de la capital austriaca. 

El interior tiene un montón de cosas que visitar: lo que es el interior de la catedral en sí, las catacumbas, y la torre, pero las entradas y los precios van por separado, así que puedes elegir qué ver y qué no ver si no tienes interés en recorrerte absolutamente todos los puntos de la catedral. Yo sólo visité el interior, que fueron 3 euros la entrada, pero la general de adultos son 5,50 euros. Si quieres visitar absolutamente todas las partes de la catedral puedes comprar un pase completo por 15 euros que incluye audioguía. Para llegar hasta la plaza de Stephansplatz te recomiendo que vayas en autobús, puedes coger las líneas 1A, 2A y 3A. 

Os recomiendo para comer la pizzería Bizi, es un sitio informal pero muy acogedor donde venden pizzas por porciornes, muy baratas y riquísimas. Suele haber bastante gente, pero si tienes suerte encontrarás mesa para sentarte. Está justo al lado de la catedral, en la esquina de la izquierda. 

• La Iglesia de San Pedro

Si os digo la verdad, la única razón por la que visité la Iglesia de San Pedro fue porque mi amiga y yo nos la encontramos por pura casualidad, mientras íbamos callejeando por la ciudad. Ni siquiera sabíamos de su existencia, pero como la entrada era gratuita, decidimos entrar a verla. Está situada muy cerca de la catedral de la que os acabo de hablar (de hecho, para llegar en metro, hay que bajarse en la misma parada que si visitases la Catedral de San Esteban, que es la de Stephansplatz, líneas U1 y U3), pero ya os digo que está a una distancia andando de menos de cinco minutos. Obviamente no tiene ni punto de comparación con la catedral, es bastante pequeña en comparación, con una fachada blanca lisa y bastante más sobria, aunque si recuerdo que me gustó especialmente su interior, precisamente porque era de colores muy claros, de tonos pastel, y tiene un altar muy bonito. Aunque no me impresionó tanto como la catedral, aún así creo que merece la pena que la visites, sobre todo porque es gratis y no tienes nada que perder. Aparte, no tendrás preocuparte por encontrártela o no abierta, ya que lo está desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la tarde. 

• Ópera de Viena

Aunque no visité la ópera de Viena por dentro, no podía dejar esta entrada sin mencionarla, ya que es probablemente la ópera más famosa del mundo. La Ópera de Viena se encuentra en pleno centro de la ciudad, y ni que decir hay que te llamará la atención a simple vista. Es un enorme monumento con la parte del tejado de un color verde pastel, cuyas fachadas son impresionantes. No te la perderás si decides recorrerte el Ringstrasse, una enorme avenida que pasa por el centro de Viena, y a su paso por algunos de los monumentos más significativos de la capital, entre ellos la ópera. 

Para llegar hasta la ópera, recomiendo que te lo hagas andando, por eso de que la Ringstrasse es una calle muy conocida; pero si prefieres llegar en transporte público, yo que tú lo haría en tranvía porque es el que más cómodo me parece. Deberás montarte en las líneas 1, 2 ó 62 que pasarán por la ópera, y bajarte en la parada de Wien Oper (como véis, no tiene pérdida). 

• Noria de Viena

La Noria de Viena, también conocida como Prater, fue una de las cosas que más me gustó hacer en la ciudad. Es una enorme noria situada en el parque de atracciones de Wurstelprater, en el parque de Wiener Prater. Aunque está un poco apartada de lo que es el centro histórico de la ciudad, te recomiendo que te subas en ella porque las vistas son realmente impresionantes. Mis amigas y yo fuimos en bicicleta, ya que el parque es enorme y hay carril bicis y caminos muy anchos así que está muy bien preparado para recorrértelo en bicicleta, patines o andando (aunque si optas por esto último, tardarás bastante más). Si no te apetece niguna de estas opciones, siempre puedes llegar en metro en las líneas U1 y U2, bajándote en la parada de Praterstern, o en la línea 5 de tranvía. 

Pasear por el parque de atracciones de Wurstelprater es algo que puedes hacer de manera completamente gratuita, ya que solo tienes que pagar por las atracciones a las que te subes. La verdad es que yo no tenía mucho interés en visitar el parque en sí, así que simplemente pagué la entrada de la nortia y me subí. Cuesta 10 euros, y aunque es un poco cara, de verdad que las vistas de la ciudad desde arriba merecen mucho la pena, sobre todo si el día está soleado. 

• Mural de la Vaca de Viena

Seguramente os estéis preguntando qué narices es el mural de la vaca de Viena, y esta misma fue mi reacción cuando encontré en la oficina de turismo una guía turística "alternativa" en la que enumeraban varios sitios poco visitados de la capital austriaca, pero que no por ello dejaban de tener su encanto. 

Así fue como mis amigas y yo emprendimos la búsqueda del mural de la vaca, que supuestamente se encontraba en una fachada de una calle de la ciudad. Se trata de un mural medieval dibujado en la fachada de una casa que recibe el nombre de Hasenaus, en la calle de Backerstrasse, 12. En el dibujo, se pueden observar una vaca y un lobo jugando al famoso juego de mesa de backgammon.  Realmente no se conoce muy bien la explicación del mural, pero desde luego que me pareció ante todo interesante y muy gracioso, así que si da la casualidad de que pasas por ahí, deberías acercarte a verlo, aunque sea sólo por curiosidad. 

Como en Viena hay tantísimas cosas que ver, he decidido dividir mi experiencia en la capital austriaca en dos entradas diferentes. En la próxima os hablaré de los famosos palacios de la ciudad, que al ser tantos y tan preciosos, creo que merecían una entrada aparte. Aún así, con estos monumentos ya habréis cubierto una buena parte de Viena, y seguro que ya os hacéis una idea de cómo van a ser los palacios.