Viena - Segundo día

Publicado por flag-es Fátima Martín Moreno — hace 4 años

Blog: Viena en dos días
Etiquetas: flag-at Blog Erasmus Viena, Viena, Austria

¡Muy buenas a todos! En la primera publicación de este blog sobre Viena, os conté lo que estuvimos haciendo durante nuestro primer día descubriendo la capital de Austria.

Esta publicación la dedicaré a describiros el itinerario detallado que elaboramos para visitar Viena durante nuestro segundo día. También, os dejo los bares o sitios donde fuimos a comer para que tengáis una idea de algunos sitios con buena calidad-precio.

Itinerario

Segundo día

Nuestra última jornada por Viena queríamos aprovecharla al máximo para poder tachar de la lista todos los monumentos o sitios de interés que nos faltaban por ver.

Para el día de hoy, habíamos reservado un free tour que daba comienzo a las 11 de la mañana desde la fachada del Museo Albertina. La guía, de origen austríaco, era súper agradable y cercana, y con ella estuvimos viendo monumentos importantes de la ciudad, como el Palacio de Invierno del Príncipe Eugenio, o el Monumento a Mozart, una estatua construida para homenajear al famoso pianista austríaco, situada en el Jardín Real del Palacio. Delante de esta estatua, hay una pequeña zona de césped preciosa, ya que muchas flores amarillas componen una clave de sol.

Viena - Segundo día

Justo cruzando la calle, podemos ver en una misma plaza otros dos edificios impresionantes, que, tal y como la guía nos explicó, se trata de dos importantes centros culturales de la ciudad, el Museo de Bellas Artes y el de Historia Natural, situados a ambos extremos de la plaza.

A continuación, pasamos por la plaza de los Héroes, un espacio abierto grandísimo que forma parte del Palacio Imperial de Hofburg. Este lugar es tan importante, ya que fue protagonista de varios acontecimientos históricos. Entre ellos, el discurso de Adolf Hitler en el balcón de uno de los edificios que conforman esta plaza.

Llevábamos tan solo una hora de tour, pero como todos sitios de interés que veríamos a continuación incluidos en la guía ya lo habíamos visto el día anterior, como el Ayuntamiento de Viena, la Iglesia de San Pedro o la Catedral de San Esteban, decidimos hablar con la chica austríaca para darle el dinero y retirarnos un poco antes, puesto que eran tantas cosas las que queríamos hacer ese día, que si seguíamos en el tour no nos daría tiempo a todo.

Como estábamos cerca del Museo Albertina, fuimos a comer a un puesto de salchichas que se encuentra cerca de este centro cultural, ya que es una manera rápida y económica degustar otro plato típico austríaco.

Tras haber almorzado, pedimos desde aquí un bolt (el equivalente a Uber en España), para llegar hacia el Palacio Schönbrunn, que se encuentra algo más alejado del centro de la ciudad. Tanto en Praga, como en Budapest y Viena, estuvimos moviéndonos en bolt, ya que nos salía mucho más rentable, al ser tan económico, cómodo y rápido.

Para llegar al Palacio Schönbrunn, os recomiendo que o bien vayáis en transporte público, u optéis como nosotros y cojáis un bolt, ya que a pie serían unos 40 minutos andando desde el centro, y eso os quitaría bastante tiempo.

El bolt nos dejó en la misma puerta de la que fue la vivienda de verano de la familia real austríaca, que es llamada la Versalles de Viena, debido a la elegancia de sus salones y departamentos interiores.

Viena - Segundo día

Si la fachada principal de este palacio ya nos fascinó, esperad a que entréis a sus inmensos y amplios jardines, ya que os dejarán con la boca abierta. Una vez vamos avanzando por los jardines de este palacio, veremos una gran fuente, a la que subimos y obtuvimos estas vistas al palacio:

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Si continuamos subiendo la colina, nos encontraremos con la Glorieta del Palacio Schönbrunn, un monumento espectacular, ubicado en el punto más alto de este recinto imperial. Desde aquí, podemos tener unas vistas increíbles no solo al palacio, sino también a toda la ciudad de Viena.

Dentro de este espectacular monumento cubierto por grandes cristaleras, se encuentra el Café Gloriette, al que podéis entrar comprando un ticket, y donde podréis sentaros a disfrutar de un desayuno o una merienda de ensueño, con unas inmejorables vistas.

Viena - Segundo día

La zona del palacio comprende, además de los jardines y la Glorieta, otros atractivos como un laberinto, la Casa de las Palmeras, que se trata de un invernadero lleno de plantas y flores exóticas, e incluso un zoológico. Sin embargo, para acceder a todos estos deberéis comprar una entrada, mientras que pasear por los jardines es totalmente gratuito.

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Casa de las Palmeras

Visitar este palacio debería ser una parada obligatoria que hacer en Viena, ya que mis amigos y yo compartimos la opinión de que es el más impresionante y espectacular de todas las residencias reales que podemos admirar en la capital de Austria. Nosotros no entramos a su interior, que si bien creo recordar el precio del billete rondaba los 20 euros, pero nos recomendaron muchísimo recorrerlo por dentro.

A uno de los extremos del Palacio Schönbrunn, pero fuera del recinto de este, vimos la fachada de una pequeña iglesia llamada Pfarre Maria Hietzing, aunque no entramos en su interior.

Tras salir de este complejo palaciego, pedimos de nuevo un bolt por la aplicación, y le dijimos al conductor que se dirigiese hacia Hundertwasserhaus, o como nosotros lo apodamos “las casas de colores”, ya que su nombre original nos resultaba bastante difícil de recordar. Básicamente, se trata de un conjunto de edificios cuyas fachadas son originales y muy peculiares, cuanto menos, pintadas con diferentes tonalidades y con formas bastante curiosas, ya que hay casas que sobresalen, otras que parecen curvadas, rodeadas de vegetación, etc.

Viena - Segundo día

El autor de estas casas tan creativas destinó este complejo a viviendas sociales, como así leímos en un artículo que buscamos en internet, mientras admirábamos esta obra de arte tan singular.

Justo enfrente de este monumento arquitectónico, hay como una especie de mercado interior muy pintoresco, llamado Hundertwasser Village, donde podemos encontrar desde tiendas de souvenirs para comprar recuerdos de vuestro viaje a Viena, hasta bares o cafeterías para sentarse y tomar algo.

Desde aquí, andamos una media hora para llegar hasta la Ópera Estatal de Viena, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, con un reconocimiento mundial por la cantidad de obras famosas e importantes que tienen lugar dentro de las paredes de este edificio tan extraordinario.

Antes de realizar este viaje de una semana descubriendo las ciudades de Praga, Budapest y Viena, teníamos claro que queríamos entrar a la ópera, y si podíamos o contábamos con tiempo suficiente, poder ver en directo una de las obras que se representaban durante los días que estuvimos en esta ciudad.

Con suerte, pudimos disfrutar de dos horas mágicas disfrutando de una representación durante la última tarde-noche que estuvimos en Viena, poniendo broche final a nuestro viaje. En una próxima publicación en este blog, os explico cómo conseguir entradas para la Ópera de Viena por tan solo diez euros, y cómo fue nuestra experiencia visitando y admirando el interior tan elegante y espectacular de este edificio.

Viena - Segundo día

Tras salir de la ópera, eran las diez de la noche, así que volvimos al apartamento, que se encontraba a unos cinco minutos andando de aquí, y nos despedimos no solo de Viena, sino de toda la semana tan increíble que habíamos pasado mis amigos y yo visitando también Praga y Budapest. Si alguna vez tenéis la oportunidad de hacer esta ruta por algunas de las capitales de Europa Central, ¡no lo dudéis ni un instante!

En Viena, nos quedamos con ganas de entrar al interior de palacios como el de Beldevere o el de Schönbrunn, o visitar el Prater, el famoso parque de atracciones vienés, ¡considerado como el más antiguo del mundo! Entrar a este parque y disfrutar como un niño pequeño montándonos en las atracciones fue una espinita clavada que se nos quedó de Viena, aunque es difícil estirar tanto los días para que de tiempo a todo.

La entrada al Prater es totalmente gratuita, por lo que solo deberéis pagar por las atracciones a las que queráis subiros. Si vuelvo a Viena, que estoy convencida de que lo haré, este parque debe ser un plan que tachar en mi lista.

Y aquí terminaría mi itinerario de esta ciudad austríaca, en la que la gente amable, la elegancia de cada fachada, la famosa tarta Sacher, o el ambiente palaciego hará que os encante Viena.

¡Muchas gracias a todos por leerme!

Dónde comer por Viena

Esta ciudad tiene la fama de ser bastante cara a la hora de comer, y tanto mis amigos y yo, con nuestro bolsillo de estudiante, estamos de acuerdo con esta afirmación. Por ello, no comimos mucho fuera, y las cenas las hicimos en el apartamento. Sin embargo, sí que puedo recomendaros algunos sitios para comer productos típicos (y no tan típicos) por Viena:

- Vapiano. Esta lista la encabezo con un restaurante italiano, nada que ver con la gastronomía austríaca. Sin embargo, os recomiendo venir a probar alguna de sus pizzas o pastas, ya que la calidad de este sitio es excelente, la cantidad de los platos es abundante, y no es nada caro, puesto que el promedio suele ser unos 9 o 10 euros.

Cuando mis amigos y yo viajamos a Ámsterdam hace unos meses, comimos en este sitio y nos encantó tanto que cuando lo vimos por Viena no pudimos resistirnos a repetir. ¡100% recomendable!

- Bitzinger Wurstelstand, un puesto en el que sirven hot dogs, prácticamente delante del Museo Albertina. Pedimos aquí para comer algo rápido ya que íbamos con prisa, y aunque las salchichas estaban buenas, tampoco era nada del otro mundo. Sin embargo, si vais escasos de tiempo y queréis ir a lo fácil, este puesto está en pleno centro de la ciudad y tiene bastante fama.

- Aida, una cadena de cafeterías, la cual os recomiendo para que probéis el postre más típico de Austria, la deliciosa tarta Sacher, básicamente hecha de chocolate. Mientras que en otros locales un pedazo de esta tarta podría costaros hasta ocho euros, en esta cafetería cuesta 3,90€, un precio bastante asequible y aceptable.

Venir a Viena y no probar este dulce es un delito, así que no dudéis en merendar una de estas tartas durante vuestra visita.

- Puestos de comida en Rathaus. Delante del Ayuntamiento de Viena, nos encontramos con pequeñas cabañas de madera que cocinaban comida típica austríaca en el momento. Si estáis por esta zona, comer en alguno de estos puestos puede ser una buena idea, ya que disponen también de una terraza con mesas altas y taburetes para comer a gusto.

Sin embargo, yo no probé a comer aquí, así que no podría deciros con seguridad si merece la pena o no, aunque por la pinta y el olor que se desprendía de estos puestos creo que os lo aconsejaría.

Y aquí terminaría esta publicación. Espero que os haya gustado cómo os he contado mi experiencia por Viena, y que si tenéis alguna duda o curiosidad sobre qué hicimos, ¡no dudéis en preguntarme!


Galería de fotos


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