Historias de Viena (Introducción)

[La fecha de este post en mi diario es del 28 de noviembre de 2015, cuando lo compré]

28 de noviembre de 2015

Quedada con unos amigos de Zagreb, exhibición de diseño Vintage y Glühwein en Museumsquartier

Estoy tumbado en la cama escuchando la banda sonora de "Da Vinci's Demons". Mis auriculares aún funcionan perfectamente. Es más de medianoche y por fin ha llegado el fin de semana. Eso también significa que ha llegado mi séptima semana en Viena. Han pasado muchas cosas, tanto buenas como malas, pero, al final, las buenas prevalecen.

Hoy por la tarde, después de terminar el trabajo del estudio, salí sobre las 18 h para encontrarme con mis amigos de Zagreb. Uno de ellos es uno de mis mejores amigos y compañero de la Escuela de Diseño y este era su último día antes de volver a casa, después de haber venido a visitar a sus primos. Él, como yo, está tomándose un año sabático y una pausa de los estudios, y no terminará su licenciatura hasta otoño. Los otros dos amigos son una pareja que está haciendo su Erasmus aquí (y yo estoy aquí por las prácticas) y una de ellos es mi vecina. Quedamos en vernos delante de la catedral en Stephansplatz. Yo cogí la línea de metro U4 Pilgramgasse, hice trasbordo en U1 Karlsplatz y, en total, tardé unos 10 minutos en llegar a Stephansplatz. Aún no estaba acostumbrado a los ascensores y prefería subir por las escaleras. Llegué unos minutos antes así que me di una vuelta por allí. La gente que lleva disfraces te "ataca" inmediatamente con ofertas para ver la Ópera y otras cosas en cuanto te oyen hablar en otro idioma que no sea alemán (o si te escuchan hablar de forma distinta a como hablan los austriacos). Yo me quedé callado para que no me molestaran.

¡Entonces llegó mi amigo Mladen! No lo veía desde... bueno, desde hacía un mes y medio y los dos estábamos muy contentos de vernos y de poder hablar, contarnos las novedades y experiencias. Esperamos a que llegaran los otros dos y nos pusimos en marcha hacia el mercado de Diseño Vintage que estaba unas tres calles más lejos. Había algo en la planta baja pero tenía aspecto de ser aburrido ("Mi abuelo tiene eso en su armario") y era bastante caro. Después de unos 8 minutos allí (Mladen se golpeó en la cabeza con un candelabro) decidimos ir a algún otro sitio donde poder sentarnos y tomar algo, vino caliente o ponche.

Acabamos paseando por Stephansplatz hacia el Museumquartier por Kärtnerstraße, junto a la Ópera, luego fuimos por Karlsplatz siguiendo el camino hasta el Museumsquartier. Fuimos al patio que hay junto a Mumok, donde entramos en una de las muchas tiendas que había (Mladen encontró una con sitios libres para sentarnos) y estuvimos allí hablando durante una hora más o menos hasta que Mladen tuvo que marcharse. Estuvo bien volver a verlo. Yo me quedé un rato más con mi vecina y su novio para hablar, y fuimos caminando hasta Rathaus, donde se marcharon en la estación de metro. Siempre ayuda a sentirse mejor quedar con unos amigos y romper la rutina. Volví a casa sobre las nueve y media. Mi compañero de piso me invitó a ir con él y sus amigos a beber algo el día siguiente, así como a mi compañera de piso suiza y a su amiga (su amiga había llegado hoy e iba a quedarse 3-4 días).

De todas formas, esto fue "in media res". Retrocedamos un mes y medio, en Zagreb mientras me preparaba para ir a Viena.

El día antes de viajar a Viena, el lunes 12 de octubre, fui a ver a uno de mis amigos del instituto después de haber estado comprando con mi madre y de haber recogido, esa mañana, mi confirmación de estudiante de Erasmus. Por la tarde toqué el piano porque sabía que no tendría muchas oportunidades de hacerlo aquí; y también escribí y terminé mi último diario. En octubre había estado saliendo con mis amigos de Erasmus de Polonia, que habían ido a Zagreb, y dormí dos veces en su casa (algo que no suelo hacer, pero para todo hay una primera vez). Uno de mis amigos polacos y mi amigo del instituto iban a venir a hacerme una visita un poco después.

¡Ya estaba todo listo para el viaje! Hice la maleta e intenté no traer demasiadas cosas porque siempre creo que voy a necesitar mil cosas y luego nunca uso la mitad; pero cuando no me llevo algo, acabo necesitándolo. Me fui a dormir y me desperté por la mañana temprano.

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