Veronamórate

¡Ay, Verona! Eres tan pequeña y tan bella a la vez... ¿Cómo no dejarse rendir ante tus encantos? No es que solo sea así de bonita de por sí, sino que también es el escenario de una de las obras más conocidas de la historia de la literatura universal: Romeo y Julieta. Para que tu experiencia allí no sea ningún drama que de envidia hasta al mismísimo Shakespeare, sigue leyendo esta entrada y... ¡prepárate para enamorarte!

Transporte

Como ya he dicho en la introducción de esta entrada, Verona es bastante pequeña, así que recorrerla a pie no sería ningún problema. En mi opinión, no es necesario gastar en ningún abono ni tique sencillo para moverse por la ciudad. El trayecto más largo a pie sin paradas puede ser el que va desde la estación hasta el casco histórico, que puede llevar unos 20 minutos.

Qué ver en Verona

1. Porta Nuova

Nada más salir de la estación de trenes, dirígete al monumento que le da el nombre a la estación: Puorta Nova. Como su nombre indica, es el pórtico de carácter militar que da la bienvenida a la ciudad. Según lo pases, la ciudad irá tiñéndose con el encanto natural de la ciudad.

2. La Plaza Bra

En cuanto se pasa bajo el pórtico de Bra, encontramos esta hermosa plaza. A la derecha se encuentra el llamado Listón: una serie de casas y restaurantes coloridos que hacen de este rincón un lugar entrañable y perfecto para una buena foto de recuerdo. Si buscan un lugar donde reponer sus botellas de agua, dirígete al lado izquierdo de la plaza, donde encontrarán una de esas famosas fuentes italianas (algo bueno y gratis tenía que tener Italia, ¿no?). 

3. La Arena 

Siempre que pensamos en un anfiteatro se nos viene a la cabeza el Coliseo. Sin embargo, en cuestión de conservación, La Arena no tiene nada que envidiarle al Coliseo, pues según oímos es el tercer anfiteatro mejor conservado del mundo y data del siglo I d.C. Quizás no sea igual de grande ni igual de concurrido (punto muy a favor del monumento veronés), pero sí que aún conserva la esencia de lo que fue y es. Hoy en día es donde tiene lugar el festival de ópera de Verona, uno de los más famosos del país y del mundo. Si tienes la oportunidad de ir en los meses de julio o agosto a la ciudad, no te lo pienses y disfruta de una de las maravillas de la ciudad. Antes de comprar la entrada, pregunta por los descuentos de estudiante (son cuantiosos, créanme). Si no tienes esa suerte de ir en los meses de julio o agosto y vas a estar suficiente tiempo en la ciudad, puedes comprar la entrada para hacer una visita al interior del monumento.

4. La Via Mazzini

La calle Mazzini recoge toda la esencia de la ciudad y enlaza los dos enclaves históricos de la ciudad: la Piazza di Bra y la Piazza delle Erbe. Mira siempre que puedas hacia arriba y disfruta de las vistas de los balcones y vistas que nos ofrece la calle. Aprovecha también por si te apetece hacer algunas compras, aunque también encontrarás algunos puestos en la Plaza de las Hierbas. 

5. La Piazza delle Erbe

La Piazza delle Erbe, en español la Plaza de las Hierbas, fue el centro neurálgico de Verona y el punto de encuentro para comerciantes y artistas de la ciudad a lo largo de la historia. Hoy aún podemos disfrutar de ese ambiente mercantil, aunque esté bastante enfocado a la venta de artículos a turistas. A pesar de ello, te recomiendo dar una vuelta por los puestos. Recuerda apostar por los que parezcan auténticamente autóctonos.

Dentro de la misma plaza podemos ver diferentes puntos interesantes e importantes de la ciudad, como la torre de los Lamberti, el Palacio de la razón, el arco de la costa, de donde cuelga un gran hueso de ballena; el Palacio Maffei y la torre del Gardello, las casas Mazzanti, la fuente central y la domus mercatorum.

Yo no entré a ningún monumento ni subí a ninguna torre, ya que Verona nos ofrece mejores vistas gratuitas desde uno de sus puntos más altos accesibles. Más adelante les hablaré de él.

6. La Casa di Giulietta

En cuanto llegas al final de la calle Mazzini, en vez de ir a la izquierda (donde está la plaza de las hierbas), toma la de la derecha, donde a pocos metros verás la entrada de la Casa de Giulietta. Suele estar abarrotado de turistas, pero merece una visita (por lo menos al exterior). No recomiendo pagar la entrada para verla por dentro, ya que es un punto donde solo se busca sacar un poco de dinero a los turistas (todo esto en mi opinión). Lo que sí puedes hacer allí, es llevar un papel, un bolígrafo y algo con lo que fijar tu nota de amor a la pared. Verás que ese rincón está plagado de declaraciones de amor (y de odio al amor alguna que otra también). Ya sabes, anímate, deja aquí tu huella y aprovecha para tener tu momento romántico.

7. La plaza de los Señores

Esta plaza se encuentra junto a la plaza de las Hierbas y se accede a ella a través del arco de la costa. Esta plaza, como su nombre nos deja entrever, tiene un estilo mucho más señorial y es algo más cerrada, lo que la hace más tranquila. Aquí se puede ver el monumento a Dante, uno de los escritores más importantes de la literatura universal con raíces italianas; y numerosos palacios que delimitan la plaza. Esta plaza, bajo mi punto de vista, es mucho más bonita que la de las hierbas, así que no la dejes atrás en tu itinerario.

8. El Duomo de Verona

Como en toda ciudad italiana, hay un Duomo que visitar. Esta catedral no es aparentemente llamativa y mi pareja y yo decidimos no pagar la entrada para visitarla. ¡Había tantas en Italia esperándonos! Aun así, si tienes tiempo y ganas, puedes acercarte a hacerle una visita.

9. El Puente de Piedra

Il Ponto di Pietra (en español: el puente de Piedra) es uno de los más icónicos de la ciudad por su genuino estilo romano. Disfruta de sus vistas y tómate un descanso antes de subir hasta lo más alto y bonito de Verona. ¡Te esperan bastantes escalones!

10. Subida al castillo de San Pietro 

El encanto de Verona va en aumento a cada escalón que subes del camino. Los colores de las casas y lo estrechas que son las calles te embriagan con su esencia más veronesa.

Al final del camino, disfruta de unas vistas panorámicas de toda la ciudad de forma gratuita. Para mí, fue el punto más bonito de toda la ciudad. Es el lugar perfecto para un picnic antes de bajar y despedirse de la ciudad. 

11. Teatro romano

Al bajar del mirador del castillo, toma por el mismo camino por el que fuiste y desvíate a la izquierda, donde podrás ver desde fuera un teatro romano. Nosotros pudimos ver un espectáculo de danza sin tener que pagar nada desde allí, ¡a ver si les pilla algún evento también!

12. Castelvecchio

La última parada del día será este castillo. Disfruta de las vistas de la fortaleza militar Castelvecchio y cruza el famoso puente Scaligero. No será un mal adiós a la ciudad (aunque, inevitablemente, dará mucha pena).

Consejos generales

- La ciudad se puede ver perfectamente a pie, pero si el equipaje que llevas es muy pesado, puedes utilizar la consigna. Su precio es de 6 euros las 5 primeras horas. Mi pareja y yo lo pudimos hacer todo con las mochilas, pero la subida al castillo se hizo muy difícil. Pueden turnarse las mochilas como nosotros y así no subir todo el camino con las mochilas: uno se queda abajo y el otro sube a ver las vistas de loa ciudad libre de peso. No es mala idea, ¿no?

- No pagues por un mapa en la estación. A la salida de Porta Nuova, a la derecha, está la parada de taxis. Ahí, si no llegas muy tarde, suele haber mapas que se pueden coger de forma gratuita y así olvidarse de Google Maps y del móvil durante el viaje.

- Los únicos baños gratis que encontramos fueron los del McDonald's. ¡Aprovechen cada vez que pasen por delante de uno! (es un consejo raro, pero útil cuando realmente se necesita, créanme)

- En el mercado de la plaza de las Hierbas venden muchísimos artículos de souvenir de Venecia. Si van a visitar la ciudad más adelante, resístanse a comprar allí porque, aunque parezca paradójico, todo sale más barato en la propia Venecia. Me dolió pagar 9 euros por un collar de cristal de Murano que costaba 6 euros o menos en Venecia... En fin, que a no ser que sea un flechazo, no compres souvenirs allí si vas a ir a Venecia.

- A diferencia de muchas ciudades italianas, las afueras no son tan bonitas o auténticas como el centro, así que ahorra el dolor de pies de callejear sin sentido porque no valdrá mucho la pena.

Fotografías: mías y de Adrián Martín Bethencourt. Síguenos en Instagram para ver más fotos de la aventura:

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Prossima fermata: Venezia.

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