Próximo destino: Verona
Después de Venecia, Verona fue la segunda ciudad que visité apenas llegar a Italia. Como he comentado en los post anteriores, viajar desde Padova es muy sencillo, fácil y económico. Es por ello por lo que he recorrido la región de Veneto visitando y conociendo diferentes y pequeñas ciudades o pueblos. Viajar a Verona supone coger un tren en Padova, también podéis ir en bla bla car o en bus. Pero en tren creo que la forma más cómoda y rápida de llegar a esta ciudad. Con la compañía de tren Trenitalia, cuesta llegar a Verona Porta Nuova (que es la parada de la estación de la ciudad) 7,45 euros, y tarda aproximadamente 1 hora.
La ciudad es bastante grande, aunque hay algunos lugares que no podéis olvidar visitar. Verona se conoce como la ciudad del amor por la famosa obra de teatro de Shakespeare “Romeo y Julieta” ambientada en la misma. Posteriormente, y siendo más contemporáneo, en Verona se ha grabado una película llamada “Cartas a Julieta” que retoma un poco la fantasía y romance de esta obra de la literatura universal del siglo XVI.
Aunque Verona como ciudad es grande, su centro histórico se resumen en diferentes lugares clave a los que se puede llegar fácilmente. Por lo tanto, moverse por la ciudad es muy sencillo ya que todo está señalizado y no hay grandes distancias entre los diferentes lugares emblemáticos para visitar.
Igualmente, y de acuerdo con mi experiencia, los tres lugares que no pueden faltar en vuestro itinerario para conocer esta ciudad son los siguientes.
El primero de ellos es L’Arena di Verona. Se encuentra en una de las plazas principales de la ciudad (Piazza Bra, 1). Se construyó en el siglo I, y el tercer anfiteatro más grande de Europa. Tiene forma elíptica, y se conserva prácticamente en su estado original. Tanto es así, y debido también a si buena acústica, que a día de hoy aún se utiliza esta estructura para la producción y puesta en escena de conciertos, obras de teatro, óperas, etc. Por si no lo sabías, l’Arena di Verona fue tomada como modelo para la creación del Colosseo en Roma. Y, aunque, sus dimensiones son diferentes ya que el Colosseo es mucho más grande, l’Arena de Verona fue la promotora y modelo para la construcción de estas edificaciones. Se puede visitar su interior, y la entrada cuesta 10 euros.
Por otro lado, y personalmente uno de mis lugares favoritos de la ciudad, podéis visitar la Casa de Julieta. Se encuentra junto a otra de las plazas más famosas y céntricas de la ciudad, Piazza delle Erbe. La Casa de Julieta es un palacio de origen medieval donde se origina esta historia y que, actualmente, actúa como museo y recopila las diferentes habitaciones en las que está ambientada la obra. Además, se le otorga especial protagonismo al balcón de este palacio ya que es el lugar donde se desarrolla una de las escenas más conocidas de toda la obra. Este lugar tiene dos particularidades que lo convierten en un lugar especial. Primeramente, en el centro del patio interior al que se accede al palacio, se puede encontrar la estatua de Julieta. Cuenta la leyenda que todo aquel o aquella que toca la “Teta de Julieta”, tendrá suerte en el amor. Por ello, cuando vayáis, siempre os encontraréis a muchos turistas sacándose una foto y probando suerte tocando el pecho de la estatua. Yo lo hice y no me fue tan mal, probad suerte vosotros. Otro de los aspectos que hace de este lugar algo mágico es que, desde el mismo momento en el que te adentras en el patio, encuentras miles de mensajes pegados por las paredes. Son mensajes, principalmente, de amor. Las personas van allí a expresar sus sentimientos más profundos. Yo también dejé mi mensaje, lo mismo lo encontráis.
Si os fijáis muy bien en los mensajes, podréis encontrar verdaderas maravillas.
Por último, otro de los lugares que tenéis que visitar es el Castel di San Pietro. Es considerado el mejor mirador de la ciudad ya que su vista panorámica desde las alturas abarca toda la ciudad y el río Adige. El castillo se remonta a la edad de hierro, y junto a mirador se conserva su estructura originaria. Para acceder a este mirador, se ha de hacer un recorrido inclinado y con diferentes escaleras. Al principio puede resultar un poco tedioso, pero al llegar arriba vale la pena haberlo hecho. Ver el atardecer con estas vistas no tiene precio.
Si no conocíais esta ciudad, espero que este post os haya servido como guía para el momento en el que vayáis a visitarla. Sin duda, es una de las ciudades con más encanto de Italia.
¡Hasta la próxima aventura!
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