Dos horas en Venecia, ¡sin gastar nada de dinero!

¡Hola a todo el mundo! En este momento estoy de vacaciones con uno de mis amigos en la hermosa ciudad de Trieste, una ciudad italiana cercana a las fronteras de Eslovenia y Croacia. Estoy pensando en escribir sobre los dos días que pasaremos aquí, pero tendrá que esperar hasta otro artículo. De momento, os voy a contar el viaje que hice ayer a Venecia.

Mi amiga y yo decidimos quedar allí, ya que los vuelos desde Inglaterra resultaban más baratos de esa manera, pero ella terminó llegando un par de horas después que yo. No hay problema. ¡Estaba deseando ver esta hermosa ciudad de nuevo después de haber pasado cinco años lejos! No tenía mucho tiempo, así que me propuse un pequeño reto mientras estaba allí. ¿Podría pasar toda la tarde sin gastar un solo euro? ¡Sigue leyendo para saber si lo conseguí!

16:00

Eran exactamente las cuatro de la tarde cuando llegué a Venecia, sofocada después de dos horas y media de viaje en varios trenes mal ventilados. Después de dejar el equipaje en la estación de tren de Santa Lucía (¡tenía que pagar!), salí del edificio y me sorprendió ver el Gran Canal delante de mí. Había olvidado este detalle de mi anterior visita a la ciudad. Con el deseo de hacer todo lo posible, fui hasta el primer puente a mi izquierda, el Ponte degli Scalzi, y me detuve para ver la hermosa fachada de la iglesia de Santa María de Nazaret.

16:10

Tenía un objetivo final: el Libreria Acqua Alta (después hablaré más de eso). Decidí dejarme llevar un poco y no recurrí a Google Maps durante bastante tiempo. Tampoco habría sido necesario si hubiera llegado más rápido, ya que había carteles por todas partes indicando los lugares turísticos más populares de la ciudad.

Sabía que la librería a la que quería ir estaba de camino a la Piazza San Marco, así que esta fue la dirección que seguí. Pasé una maravillosa media hora andando por el laberinto de callejones venecianos. Muchas veces no tenía idea de dónde estaba, pero no me importaba: las casas de colores, los canales y las góndolas elegantes eran todo lo que me importaba en ese momento.

16:15

Por el camino no pude resistirme a parar a curiosear en un par de tiendas. Venecia tiene un ambiente muy turístico y la mayoría de las boutiques parecen atender solamente a turistas, pero aún así disfruté viendo los cientos de máscaras de carnaval (o 'Carnevale', como dirían los italianos). Cada una tenía mucho que ofrecer.

También me topé con el taller de Lanardelli, un pequeño espacio de exposición con obras de madera y vidrio. El propietario de la tienda explicó que estos dos materiales son fundamentales para la cultura de Venecia: el primero se utiliza para dar forma a los canales y construir góndolas, mientras que el segundo es un medio popular entre los artesanos venecianos.

16:30

Unos cuantos callejones más tarde, me encontré atraído por otro expositor de arte. Este expositor se presentó en el festival de Venecia Salone Verde como parte del festival de arte Biennale Arte, y contó con fotografías del fotógrafo croata Igor Grubić. Presentaron diferentes casas en todo el mundo que crearon los vagabundos: entre ellas había refugios habilitados en fábricas abandonadas y cabañas construidas en los laterales de autopistas transitadas. Fue increíble ver lo imaginativa que había sido esta gente, pero me alejé sintiéndome extremadamente agradecida por los lujos que tan a menudo tomo por supuesto.

16:40

A esa hora, el avión de mi amiga había aterrizado, así que pensé que sería mejor que me subiera y fuera al destino. Con Google Maps recorrí las calles a toda velocidad con mucha más confianza. Por el camino pasé por el Mercato del Pesce al Minuto, un hermoso edificio en forma de arco donde hay un mercado de pescado la mayoría de los días de la semana. No había ningún puesto abierto, pero me gustó disfrutar de la hermosa arquitectura, así como de las grandes vistas desde este lugar hacia el Gran Canal (ver la primera foto).

Poco después estaba cruzando el famoso puente de Rialto. Esta construcción del siglo XII estaba repleta de turistas, pero me las arreglé para pasar por delante de ellos y echar un vistazo al agua que había debajo.

16:55

Por fin, después de muchas vueltas llegué a la Librería Acqua Alta. Esta pequeña librería al lado del canal estaba tan llena de gente como el resto de la ciudad, pero había una razón para que así fuera. Había libros por todas partes: por las paredes, en montones en el suelo ¡e incluso apiñados en una góndola y en una bañera! También salí y subí una escalera hecha con ellos. De vuelta al suelo, miré mi teléfono y descubrí que mi amiga estaba a punto de llegar a la estación. Google Maps dijo que tardaría veinticinco minutos en llegar. ¡Puedo decir con seguridad que salí de la tienda en cuestión de segundos!

¿Tuve éxito en este reto?

Venecia es conocida por ser un lugar barato para visitar, pero me enorgullece decir que me las arreglé para pasar toda la tarde sin gastar un céntimo (¿o debería decir 'centesimo'?). ¿Mantuve esta austeridad durante mucho más tiempo? Lamentablemente no: ¡un sorbete de frambuesa en la estación era demasiado tentador para rechazarlo!

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