Aventuras en pañales.Parte II- Varsovia

Llegamos a Varsovia. La verdad, es que el viaje no es nada corto desde Ostrava, alrededor de 7 horas en autobús.

Si que es verdad que estamos muy lejos, y a pesar de las horas de autobús, el billete no sale nada mal de precio. Pero allí llegamos, un sábado por la tarde llegamos a la gran Varsovia, conocida por su pasado histórico y reciente.

Como cosas que ver, realmente nos decepcionó un poco. Tras haber visto 3 de las ciudades (para nosotrxs), más bonitas de Polonia, Varsovia combina estructuras antiguas con otras muy modernas sin llegar a casar.

El Casco Histórico está reconstruido después de que fuese arrasado en la Segunda Guerra Mundial. La Plaza del Casco Antiguo o Rynek estaba llena de terrazas a pesar del frío. En esta parte de la ciudad, también podemos ver la Catedral, creo recordar que de San Juan. No llegamos a entrar porque desgraciadamente estaba cerrada a las horas a las que llegamos, pero por fuera es digna de ver. No podemos evitar ver la nueva ciudad, separada de esta parte por un trozo de muralla llamada Barbacana.

Nos desplazamos hacia el Castillo Real, junto al río Vístula, también reconstruido después de la guerra. Continuamos por la calle Krakowskie, donde comienza la Ruta Real, desde donde se pueden visualizar los edificios iluminados a ambos lados. 

El Palacio Presidencial es espectacular, pero lamentablemente no podemos acceder a su parte más bonita: el Parque de Lazienki.Continuamos por dicha Ruta, llegando a la Iglesia de Santa Ana y de Santa Cruz. Podemos ver también la Universidad de Varsovia, muy iluminada por la noche.

A la mañana siguiente, decidimos aventurarnnos y visitar el barrio de Praga cruzando el río. La catedral de San Miguel es espectacular, rodeada por edificios de antigüedad soviética. Pero realmente si no tienes tiempo, no merece la pena más que quedarte por el casco histórico.

Nos informamos sobre el Gueto de Varsovia, ya que como buena cineasta que soy, es la inspiración de Polanski en la película El Pianista. Realmente no queda nada de esa zona tal y como era, sólo los cementerios o el Museo Judío. Como no teníamos tiempo para más, realmente no fuimos por falta de tiempo. ¡Nos lo apuntamos para la próxima visita!

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