Segundo día- Santiago y Valparaíso

¡¡Hola a todos!! En esta segunda publicación os hablaré de mi segundo día viajando por Chile.

Amanecí en Santiago, la capital y decidí hacer uno de los free tours que anunciaba el hostel donde me alojaba.

Free Tour en Santiago

Elegí la compañía que se llama Tours 4 Tips, una de las más conocidas.

Para quien no lo sepa los free tours son tours por la ciudad en los que al final pagas lo que tú quieras darle al guía y para mi es de las mejores formas de conocer la historia de una ciudad, siempre intento hacer free tours allá donde voy.

El tour comenzaba a las diez de la mañana en el museo de bellas artes:

Por fin veía algo bonito en Santiago, ya que solo había ido de la estación al hostel por una de las calles más concurridas de la ciudad y fue un horror.

El primer punto donde paramos fue esta estatua del escultor colombiano Fernando Botero que se dedica crear animales gordos como este caballo

Terremotos

La guía nos estuvo hablando de lo frecuentes que son los terremotos por aquí, que para ellos es normal y que lo suelen llamar temblores.

En Santiago de encuentran los edificios más altos de latino América pero están construidos para soportar los terremotos ya que son flexibles. Ante un terremoto mejor quedarse en el sitio y cubrirse, huir es más peligroso.

También nos contó que hay un cóctel típico chileno que se llama terremoto porque cuando lo bebes sientes que el suelo se mueve, es muy dulce pero contiene mucho alcohol, se bebe fácil.

Mercados

Nos estuvo enseñando también muchos mercados típicos de la zona. El primero fue el mercado central donde se puede disfrutar de alimentos frescos típicos de la zona y disfrutar de ellos en restaurantes. 

Era muy antiguo.

Ricas Sopaipillas

Durante el tour también pudimos probar las sopaipillas que son típicas de Chile. Son unas tortas de masa frita que están hechas con zapallo, una verdura de aquí que es prima hermana de la calabaza pero más pequeñita. Se puede comer con lo que le quieras echar: mostaza, picante, tomate, pico de gallo (típico mexicano y que lo ponen en muchos sitios de Chile)... pero incluso solas sin nada están buenísimas:

Cementerio 

La última parada y la más larga fue la del cementerio, para el cual tuvimos que pillar el metro. 

El cementerio se encuentra dentro de la misma ciudad, es algo muy normal.

En Chile son muy religiosos, en el aeropuerto hay hasta una capilla, y como son muy creyentes a esta tumba, la de carmencita, le llevan ofrendas y flores por favores que le piden y ella les concede, ya que se ve que en su momento fue una mujer que realizaba milagros.

Muchas tumbas eran nichos, que por lo visto eso solo se da en España y en Chile, no es algo universal el poner las tumbas en una pared.

había muchos mausoléos, y este edificio era el más grande de todo el cementerio, con un total de ocho plantas (dos subterráneas) y pertenece a una familia italiana.

Para mi gusto, la visita al cementerio fue interesante pero demasiado larga, pero la guía fue genial.

Tuve que hacer el tour en inglés ya que casi nadie hablaba español pero la guía pronunciaba muy bien y pude entender todo.

Estuvo a gusto durante el tour, pero la verdad que me esperaba más. De hecho, pasamos por al lado de un monumento y le pregunté a la guía, me estuvo explicando que era en honor a los caídos en la guerra del Pacífico (entre Perú y Chile), pero sin embargo, no era punto del tour, lo cual me pareció importante. Podría resumir el tour en mercados y el cementerio.

Había otro tour a las tres de la tarde, pero me pareció suficiente tiempo en Santiago, tenía que ver también más sitios, igual ese estaría más interesante.

Vista de las montañas desde la ciudad.

Metro de Santiago

El metro de Santiago es mucho más sencillo que el de Madrid ya que a pesar de tener diferentes líneas (como seis), no se divide en zonas, y el billete que compras es siempre el mismo independientemente de donde salgas y a donde vayas. 

También es muy económico, no llega a un euro el billete (allí lo llaman viaje) y ese mismo billete que compres, te sirve para entrar en el metro y cambiarte de línea cuantas veces quieras hasta que tengas que salir.

Y tras las dos horas que duró el tour, pusimos rumbo al Valaparaíso.

Santiago-Valparaíso 

Hay tres estaciones de autobús en Santiago, dos muy cerca una de la otra: la central y la del sur y un poco más alejada la de Pajaritos. Pues cogimos el autobús a Valparaíso desde la estación sur con la compañía TurBus, una verde que suele ser para todos los destinos la más económica y la que mayor variedad de conexiones ofrece. Fueron dos horas de camino y nos salió por unos cuatro euros (no más), el transporte aquí es muy económico tanto el urbano como el interurbano. 

Mi experiencia sacando dinero en Chile

Mi banco es el Santander, casi que puedo sacar dinero en cualquier parte del mundo sin ningún problema. En Mendoza (Argentina), donde vivo, puedo sacar dinero cuando quiero. Cuando me dispuse a sacar dinero en Chile (donde también hay un Santander en cada esquina), empecé a tener problemas. Me di cuenta que en Chile, los extranjeros aunque tengamos la tarjeta habilitada, para realizar cualquier operación en el cajero tenemos que entrar con una opción de extranjeros, si no, nos funcionará. Así que ya a la tercera pude sacar dinero. Por la noche al revisar los movimientos de mi cuenta me di cuenta que me habían cobrado la cantidad dos veces. Cuando intenté sacar dinero como no extranjera, me lo cobró sin dármelo. Así que tuve que llamar a Santander España para que me hiciera el reclamo pertinente. Fue una faena, así que en base a mi experiencia tened mucho cuidado, y al sacar dinero en Chile entrad siempre como extranjeros y siempre pendientes de que no os cobren de más.

Valparaíso 

Si Santiago me asustó, Valparaíso aún más, es muy decadente la primera imagen que muestra: mucho extranjero, mucho comercio ambulante (demasiado, es agobiante) y sobre todo muy peligroso, hay que tener mucho cuidado con las pertenencias, y eso que me habían hablado muy bien de este sitio.

Mercado central

Era ya tarde y aún no habíamos comido así que lo que hicimos al bajar del autobús fue buscar algún lugar para comer. Llegamos al mercado central donde habíamos leído que ofrecen comida tradicional, pero era un lugar muy feo donde los locales se peleaban por ti, por llevarnos a su restaurante, nos vinieron como cuatro mujeres describiéndonos los respectivos menús del día, fue muy agobiante, además yo no entendía nada de lo que decían, no quiero imaginar el chico israelí que me acompañaba.

Portal Paraíso (centro comercial)

Después nos acercamos al centro comercial que está al lado (no había mucho que ver), donde conseguimos comer en el Rincón Jumbo. No fue nada barato y la comida malísima, lo único bueno el postre, pero no encontramos nada mejor por la zona.

Muelle

Para terminar el día nos acercamos al muelle y vimos por fin por primera vez el Océano Pacífico. Allí había un ambiente más agradable, no tan cargado como dentro de la ciudad y pudimos descansar un poco del largo día. Había mucha gente paseando y haciendo deporte.

La puesta de sol fue preciosa.

Y ya cuando empezó a caer el sol buscamos el hostel que habíamos reservado: Laresakaña (está en Booking), es el más económico (cinco dólares la noche) aunque no especialmente el más lujoso, pero bueno, para pasar una noche y descansar está genial, fue toda una aventura.

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