Escocia X Relax

Empezamos la semana haciendo una fiestecilla yo y Blanca donde compramos aceitunas y cerveza para hacer algo que nos hiciera sentir como en casa, pero allí al igual que los plátanos de los que me alimenté en el viaje al lago Ness, las aceitunas no sabían bien, no sabían a nada. No obstante nos lo pasamos genial en aquel parque. Por el parque que mencioné al principio, los niños me paraban confundiéndome por mis pelos y mis barbas con Jesucristo: “Is yisus, is Real” decían y las madres los apartaban de mi riéndose. Allí nos encontramos con gente disfrazada de personajes de videojuegos, algo que no era tan raro tras acostumbrarnos a que allí la gente iba con el pelo de colores. Tras ésto Blanca y yo, empezamos a ir más por nuestra cuenta. Yo por la mañana me levantaba temprano para ir andando 2 horas a clases y luego por la tarde volver.

Los primeros días me dolían los pies pero luego ya me fui acostumbrando. No me conformaba con llegar a clases y volverme, me quedaba todo el tiempo en esta última etapa, caminando por Edimburgo. Me pasé por un espectacular parque paisajista algo a las afueras al este llamado parque de Holyrood. Allí subí a lo más alto para ver desde el mismo nivel de las nubes mientras lloviznaba, toda Escocia. Subí casi trepando hasta allí monte a través y cuando llegue arriba, cansado pero refrescado por el agua, con aquellas vistas, mientras veía como el sol iluminaba los diferentes risco de algunas zonas del lugar, me pareció ver a Dios. Tomé fotos, piedras de Escocia de todos esos momentos que me dejan ahora sin palabras para describir tal grandeza.

Casi al acabar, me di cuenta de que había ocurrido un fallo en la tarjeta, y que tenía dinero en la cuenta que me quedaba de la beca. Compré regalos para mis más allegados y llevé recuerdos de Escocia al volverme a mi tierra. Me quedé sin nada de lo que compré y me acordé de mucha gente al llevárselos los recuerdos sólo me quedé con lo que me regaló mi amiga Blanca del viaje. Pero ni las fotos, ni las piedras, ni el agua que podría haber traído, ni las palabras que ahora escribo, ni nada que pudiese traer de allí, pudo demostrar lo grande que fue aquello para mí. Los buenos y malos tragos y esas veces que como ahora vuelve a ocurrir, no tenía expresión para hablar sobre la magia y el hechizo que vive en Escocia. En mi cabeza tengo imágenes y momentos que nunca podrán borrarse de mi memoria que hacen que no me arrepienta de mis aventuras... Desde entonces, siempre digo que mi mente pertenece a mi cuerpo, mi corazón a los míos pero mi alma vive lejos libre...bajo aquellos árboles, rocas, agua y magia que vive en Escocia. En el próximo artículo os hablaré sobre arte y cultura en Escocia! ya me entenderéis! saludos!

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