Escocia IX Tercera Semana

En la tercera semana, tras despedirnos tiempo atrás de Luis y Frutos, Blanca y yo ahora vivíamos más cerca, me mude llevando la maleta 8 kilómetros hasta la casa que me acogió. Allí viví con una familia. La mujer era de marruecos, tenía una hija pequeña de ojos grandes preciosa y un bebé. Un Rottweiler más grande que yo y un marido que había nacido en marruecos pero había vivido en Edimburgo. Halima, que se llamaba la mujer, solía conversar en inglés conmigo y corregirme pues, a estas alturas, yo ya entendía lo que me decían aunque no sabía expresarme del todo bien, pero formaba un buen equipo con Blanca, que si sabía cómo decirlo porque no me entendían. Aunque no sabía todas las palabras, el entenderlos se convirtió como algo intuitivo. Conversaba sobre mi familia y mis amigos, echaba de menos mi tierra, pero todavía no había terminado la última semana.

En esa casa me alimenté de mi comida, una docena de huevos duros, unas masas de pizza y en una noche, me invitó a todo un banquete de comida marroquí donde pude degustar la comida típica. Era una familia humilde y generosa, aunque yo me alimentaba de ésto, ellos no sabían realmente qué es lo que comía y siempre me lo ponían todo por delante. Dormía en una habitación y se refería a su hija mayor sobre mí como un “Hermano mayor” y desde allí podía conectarme a Internet para mantener un poco el contacto con mi gente. Aquí lo dejo...por ahora! saludos chicos!

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