Escocia III
Al día siguiente acudí a clases, un simpático inglés, pelirrojo alto y delgado me recibió con cordialidad y acordamos las clases. Fue muy curioso porque Richard, a pesar de que me hablaba en inglés y no lento, lo pude entender. Acordamos como serían las clases y impartió su primera lección de inglés junto a una compañera valenciana llamada Neus, rubia, delgada de ojos azules.
Así pasamos la primera semana, yo cogía comida de mi maleta y me apañaba, pero me di cuenta de que el dinero que llevaba, fue consumiéndose a un ritmo alarmante, y no fue por las cervezas, sino por lo que tiene un viaje improvisado, viajes rápidos de vuelo, hostal de ultima hora, no había en otro sitio por el festival. Pasamos la primera semana Blanca y yo, probamos unas estupendas sopas de escocia y otras comidas típicas que no nos llamaban tanto la atención: (Fish and chip), cada día probábamos aun de supermercados diferentes cervezas y nos íbamos a ver rincones de Edimburgo.
Ella declaró un monumento del parque que describí antes como suyo para referirse como punto y discutíamos sobre quien lo habría visto primero. Nos reíamos mucho. Una vez en un pizza hut, vimos un cartel en la planta baja sobre el servicio para minusválidos que ponía en inglés algo como: “Servicio averiado, hay otro al bajar las escaleras.” Parecía irónico.
Por las calles se veían músicos diversos, desde gaiteros, a rockeros, guitarristas solitarios al más puro estilo de Jimmy Hendrix, coros de música negra como en las antiguas capillas de las películas americanas, Pubs con música en directo, malabaristas, escupe-fuegos, música africana, música celta y todo mientras caminábamos. Cada día me levantaba con alguien diferente, primero una pareja anciana, al dia siguiente una pareja de unos 40 años, al día siguiente una pareja joven, luego un grupo de hermosas australianas (Una enfermó, le di una caja de ibuprofeno que vendían en el Lidl, espero se mejorara jejej), japonesas... Los días en el hotel iban mejorando, y en esa primera semana mentiría si dijera que no me emborraché. La cerveza de allí tiene más grados que aquellas que tomo en España. La primera semana fue así. Clases hasta media mañana, paseos al solecito o a la llovizna, borracheras nocturnas, risas e historias fueron forjando una valiosa amistad con Blanca. Cogimos confianza rápido, ella supo mi vida y yo la suya en poco tiempo y nos hicimos buenos amigos. Me dijo que su novio, vendría a la siguiente semana y nos iríamos a viajar con él y un amigo de ellos...basta por hoy! hasta la próxima vez que me apetezca escribir! Saludos!
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Comentarios (3 comentarios)
Jose Antonio Traves Candón hace 10 años
Me asombra tu pensamiento sobre el país; seguiré leyendo
Nieves Airazti Ballesteros hace 10 años
Gracias por tu apoyo Jose Antonio.
Daniel DE LA Rosa hace 10 años
Lo mismo digo