Escocia I

Publicado por flag-es Nieves Airazti Ballesteros — hace 10 años

Blog: Mi viaje a Escocia
Etiquetas: flag-gb Blog Erasmus UWS, UWS, Reino Unido

Como ya sabéis, mi nombre es Antonio. Siempre me gustó la naturaleza, lo verde, lo salvaje y lo libre. Imagino que fue por eso por lo que Braveheart se convirtió en mi película favorita de la época, para aquel entonces, ir a Escocia a ver sus praderas, sus montañas y sus bosques de coníferas había sido para mí un sueño, sueño que tuve al alcance de la beca del ministerio que daban para aprender inglés en el extranjero. Afortunado fui, pues me la concedieron en la primera solicitud, y fue por varios motivos por los que escogí este enigmático lugar.

Siempre tuve por seguro que no desaprovecharía la oportunidad de irme. Así pues, en un principio intenté convencer a mis amigos. Sólo se la concedieron a uno, y nos pusimos de acuerdo según consejos y experiencias de nuestros cercanos. Edimburgo, (O como pronunciábamos allí “Edembra”) además de ser más barata que Londres era un lugar más tranquilo con una buena cultura de nuestra buen deseada bebida energética para el alma, la Cerveza. Miles de historias se pasaron por mi cabeza que podrían ocurrir allí, y más que viví queridos amigos, una vez que llegué.

Contaré las anécdotas que a día de hoy, me ocurrieron en aquel lugar. Era el verano de 2010, cuando ya estaba todo planeado, academia lingüística, hotel, avión que cogeríamos... Pero ocurrió que mi amigo decidió no ir allí por causas personales. Yo, con 18 años recién cumplidos dudé de si ir o no, y como recurrí muchas veces a mis sueños. Donde llegaba a las praderas de las Hightland y corría por allí como corre un niño en el campo. Sentía la llamada. Fue en un parque, rodeado de mis allegados, que tomé una importante decisión muy a la ligera. Pensando en las veces que he hecho un gran esfuerzo por gente, y nunca habría hecho uno grande por mí, el protagonista de ésta historia. “Mackensies (Como suelo llamar a mis colegas), Me voy a Escocia”. Mis amigos se quedaron sorprendidos pues, aunque planeado, no tenía hotel donde dormir, avión que coger, ni clases a las que acudir, pero sé que aunque pobre en dinero, siempre fui rico en personas. Mis primos mayores, Sergio y José, ya fueron en distintos tiempos a aquella tierra y me habían hablado maravillas de Scottland, me “buscaron las habichuelas” de un modo rápido por mi tozudez de irme a principios del mes de agosto, fecha que coincidiría con un festival, pues yo estaba más verde que los campos de Escocia.

Partí el domingo de esa semana sin saber si se habría realizado bien la reserva de en el Smart city hostels (Que como de su nombre se deduce, no sería barato, pero no había otra cosa) en el avión (La primera vez que cogía uno) conocí a Blanca, mi actual compañera de piso y una Amiga con todas sus letras como contaré más adelante.

Nada más llegar, me separé de Blanca que dormía en una casa acogida con comida, techo y ducha junto a otros estudiantes. Llegué solo al final del trayecto de un autobús que cogí en el aeropuerto escocés, con unos mapas impresos del google map y otros cuantos cogidos del autobús. Más perdido que el barco del arroz me vio un extraño y pintoresco personaje. Era un hombre de veintipocos años, pelo largo, barba arreglada, alto y vestía cual duende de los Simpsons, pero en versión morado o una de las variantes de este color que una mujer distinguiría enseguida. Con sombrero y bastón, alegre se me acercó bajo la luz de la farola al banco donde estaba sentado estudiando el mapa. Me preguntó algo que no entendí, así que saque mi papel y bolígrafo y le indiqué que me escribiera pues es como se aprende inglés en la escuela. Me preguntó donde iba, le dije el nombre del hotel, y con señales de brazos indicando que calle coger visiblemente, y luego señalando en el mapa las calles con silbidos y diciendo palabras sueltas. Me vislumbró el camino a mi hotel y se esfumó. Juro no tomar estupefacientes antes de este encuentro fortuito. Por las calles me quedé asombrado, con el corazón encogido de la emoción, al ver los edificios puntiagudos y grises en contraste con parques verdes y de árboles frondosos con cuestas. Me quedó aquí, seguiré mi historia en el próximo artículo!


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