Karumbé - Voluntariado con tortugas marinas
Karumbé es una asociación que ayuda a las tortugas marinas en La Coronilla, Uruguay, muy cerca del límite de Uruguay con Brasil.
Una amiga de la facultad de Veterinaria de la UBA me comentó sobre esta asociación y que aceptaban voluntarios durante los meses de verano, y me invitó a ir con ella. Me parecía una idea muy buena, poder ir con una amiga a ayudar a tortugas marinas y cualquier otra especie que también suele tener Karumbé en caso de que no haya otra asociación que pueda albergarla, como por ejemplo pingüinos o aves silvestres. Las tareas a realizar parecían buenas cuando las leía en el archivo que me había enviado el encargado de la asociación: se basaba en hacer caminatas para ver si había alguna tortuga varada en la costa con la necesidad de ayuda, curar a las tortugas marinas rescatadas, liberar animales que ya estuvieran recuperados, colaborar en la “Tortutienda” donde se vendían artículos para ayudar de forma monetaria con la asociación, avistar tortugas en el mar, etc. Resultó que todo esto tan llamativo, terminó siendo bastante diferente. Ya nos habían dicho que los alojamientos eran bastante precarios, así que eso mucho no me asombró, y lo que había que pagar me parecía razonable para un lugar así por estadía y comida.
Al llegar, me enteré que había sólo wifi en zona de la Tortutienda, donde también estaba el comedor al aire libre (apenas con un techo pero no suficiente como para estar protegidos frente a alguna tormenta). Las habitaciones de los voluntarios estaban muy lejos de este comedor. Los únicos que tenían la habitación en la zona de la tortutienda, comedor y cocina, eran los voluntarios más antiguos que se quedaban durante toda la temporada de verano.
Cuando llegué al lugar, me gustó que éste se encontrara muy cerca del mar. Pero en ese mismo momento me enteré que mi habitación estaba bastante lejos de la tortutienda, y ya no tan cerca del mar. En mi habitación había varias camas marineras, por ende en la misma habitación entrábamos 9 personas y teníamos un solo baño dentro de la habitación. Igual eso no me molestó tanto porque por muy poco tiempo estuvo la habitación llena con 9 personas. Pero sí que había bastante espera para poder bañarnos todas en el mismo baño. A veces optaba por bañarme a la mañana del día siguiente.
Luego de enterarme cuál era mi habitación, me enteré cuál era la cocina, y verdaderamente me horroricé. Era muy chica y apenas entrabas apestaba. La única heladera estaba tan vieja y rota que ni cerraba la puerta (había que poner un elástico para que se mantuviera el frío de la heladera). Siempre estaba lleno de moscas y hormigas. Estaba bastante sucio todo y la comida que se compraba para todos era de muy baja calidad, haciendo a la comida casi incomible.
Con respecto a la comida, por más buen cocinero que seas, tenías materia prima tan básica y de tan poca calidad que la comida iba a salir muy fea igual. Esto era porque el encargado de Karumbé era el que hacía las compras, y él iba al Chuy a comprar (una ciudad que es muy barata y está en el límite exacto entre Brasil y Uruguay). Y, aunque ya era una zona donde se podía conseguir productos muy baratos, él compraba lo más barato todavía, así que era comida de muy baja calidad y gusto no muy rico. Además se reciclaba toda la comida de días anteriores en el complejo, haciendo que por primera vez en mi vida haya probado tortilla de FIDEOS (algo que nunca había escuchado que existía y menos haberlo probado).
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