Los exámenes se acercan

El primer examen importante

No tuve mucho tiempo para echar de menos a mi padre y a su novia, porque pocos días después de que se fueran, tendría el primer examen gordo en Francia. La asignatura se daba por terminada tras haber dado 5 clases, que era algo que en Alemania no se veía mucho, pero de hecho, no estaba mal. Así no se acumularían todos los exámenes la misma semana, sino que estarían repartidos a lo largo de los meses.

De todos modos tenía miedo, porque no sabía como iban a ser los exámenes aquí, lo que esperan los profesores o si entendería las preguntas siquiera. La última clase fue durante la semana en la que mi padre estaba allí, y al final la profesora nos comentó como sería el examen, y que los estudiantes internacionales tendrían permitido usar un diccionario de francés en el examen. Eso ya era un punto a favor, porque aunque me estuviera esforzando por aprender términos más técnicos y cosas nuevas, seguía siendo complicado; aún hay muchas palabras que no me sé. Cambien nos dijo que habría una parte de respuesta múltiple y un caso para analizar, cosa que me asustó un poco, ya que los casos suelen ser textos muy largos. Pero los apuntes que tenía del curso eran bastante buenos gracias a las presentaciones PowerPoint de la profesora, por lo que pensé que podría hacerlo. El otro estudiante alemán estaba algo más asustado, pero no teníamos elección, debíamos examinarnos.

A la semana siguiente, después de 5 días de estudio intensivos (no quise estudiar mientras mi padre estaba allí, así que fue algo menos), y algunos libros de la biblioteca que ni siquiera pude abrir por falta de tiempo, el día del examen había llegado. Estaba nerviosa, agarré fuerte mis apuntes mientras esperábamos a que ella entrase en la sala (que por primera vez estaba totalmente llena). Nos preguntamos cosas unos a otros, pero eso nos hizo sentir incluso más inseguros. Me obligué a pensar en positivo como siempre hago antes de los exámenes, porque sabía que había estudiado mucho y que la posibilidad de no saberme algo, era bastante pequeña.

El sistema de exámenes en Francia es algo diferente, porque cada uno de los 120 que estábamos en la clase tuvo que acercarse hacia la mesa a coger tres hojas. Eso era un caos y una pérdida de tiempo. Tiempo en el que yo me ponía más y más nerviosa. Pero finalmente el examen comenzó. Leí todas las preguntas y sonreí al ver que podía entender casi todo. Rellené las hojas, intenté cometer los mínimos errores lingüísticos, y releí todo varias veces. Como en Alemania, terminé algo antes de que el tiempo acabase, cosa que me sorprendió, porque pensé que no sería capaz debido al problema con el idioma. Pero como sabía que había estudiado un montón, no pasó nada, y empecé a relajarme de nuevo.

Finalmente el tiempo acabó, y pudimos salir de la sala. Cogí el bus junto a otra chica alemana y nos pusimos a hablar de las preguntas. No estuvimos del todo de acuerdo, pero bueno, una respuesta a un caso práctico no es blanca o negra, así que tendríamos que esperar al final del semestre para conocer los resultados.

El orgullo de haber terminado una asignatura

Lo positivo del examen, es que ¡ya habíamos terminado con esa asignatura! No tendríamos la clase de tres horas los lunes, lo que significa que solo tendría una hora y media. ¡Sonaba bastante bien!

Por la noche quedé con mi amigo francés para ir a correr y tomar un café después. Después me metí en la cama y dormí pero que muy bien.

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