STORIA A FIRENZE
Publicado por 
Marisol Hernández Nieto
— hace 13 años
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Etiquetas: Experiencias Erasmus Università degli Studi di Firenze,
Università degli Studi di Firenze,
Italia
Yo he estudiado Historia en Via San Gallo y mi experiencia en la universidad de Florencia ha sido muy satisfactoria en lo referente a las clases en sí y tirando a mala en lo que respecta a las cuestiones burocráticas y administrativas. Y esto no es culpa sólo de la universidad de Florencia, en gran parte la mayoría de mis problemas, dudas y las consiguientes perdidas de tiempo son consecuencia de la desinformación y el desinterés de mi coordinadora española (Mª Ángeles González, profesora de Hist. Contemporánea en la universidad de Sevilla). Así que llegué sin saber que el semestre se dividía en dos y que todas las asignaturas que me había cogido correspondían a la segunda mitad, es decir, a los meses de abril y junio.
Instalaciones: he dado clase en un antiguo palazzo de la Via San Gallo que consevaba parte de su antigua estructura. Era un lugar con encanto. El Aula Magna era preciosa pero deberían poner asientos con un apoyo donde se pudiera escribir. Las clases de italiano las di primero en la facultad de arquitectura, que si no me enteré mal era la antigua prisión de mujeres. Allí pasé mucho frío porque la calefacción nuca funcionaba y cuando hice el segundo curso de italiano, éste en Morgagni, me moría de calor porque el aire acondicionado no lo ponían por las tardes. La mensa del centro parece un edificio en ruinas, está muy abandonado, pero se come bien. Y algo importante, en general los baños son amplios y están siempre limpios y con papel higiénico y jabón. Esto lo resalto por el contraste con los servicios de la universidad de Sevilla.
Aprobar o no aprobar, esa es la cuestión. Me he encontrado de todo, gente que me ha dicho que estudiando poco han sacado notas altísimas y otros muchos que se han quejado por la dificultad del nivel. Supongo que depende de a lo que uno esté acostumbrado en su universidad de origen, y que los problemas de muchos derivan de haberse relajado en exceso pensando que una erasmus son vacaciones pagadas. Algunos profesores dan facilidades a los erasmus y otros les exigen lo mismo que al resto.
A mí me ha sorprendido para bien la preparación de mis compañeros a la hora de expresarse y hablar en público. Los profesores están muy bien formados. Estoy satisfecha con las cursos que he seguido: Illuminismo con Rolando Minuti, Riforma e Controriforma con Lucia Felici y Toscana Moderna con Giovanni Cipriani. Y recomiendo sobre todo a este último profesor, que aparte de explicar genial nos ha llevado de excursión a varios lugares que de no ser por él no habría visitado.
Respecto al profesorado la única nota negativa la puso una profesora de literatura italiana (Adele Dei) que se negó a aceptarme en sus clases, supongo que por ser erasmus porque otra razón no se me ocurre, ocasionándome más de un quebradero de cabeza para encontrar otra asignatura y cuadrar el horario.
Instalaciones: he dado clase en un antiguo palazzo de la Via San Gallo que consevaba parte de su antigua estructura. Era un lugar con encanto. El Aula Magna era preciosa pero deberían poner asientos con un apoyo donde se pudiera escribir. Las clases de italiano las di primero en la facultad de arquitectura, que si no me enteré mal era la antigua prisión de mujeres. Allí pasé mucho frío porque la calefacción nuca funcionaba y cuando hice el segundo curso de italiano, éste en Morgagni, me moría de calor porque el aire acondicionado no lo ponían por las tardes. La mensa del centro parece un edificio en ruinas, está muy abandonado, pero se come bien. Y algo importante, en general los baños son amplios y están siempre limpios y con papel higiénico y jabón. Esto lo resalto por el contraste con los servicios de la universidad de Sevilla.
Aprobar o no aprobar, esa es la cuestión. Me he encontrado de todo, gente que me ha dicho que estudiando poco han sacado notas altísimas y otros muchos que se han quejado por la dificultad del nivel. Supongo que depende de a lo que uno esté acostumbrado en su universidad de origen, y que los problemas de muchos derivan de haberse relajado en exceso pensando que una erasmus son vacaciones pagadas. Algunos profesores dan facilidades a los erasmus y otros les exigen lo mismo que al resto.
A mí me ha sorprendido para bien la preparación de mis compañeros a la hora de expresarse y hablar en público. Los profesores están muy bien formados. Estoy satisfecha con las cursos que he seguido: Illuminismo con Rolando Minuti, Riforma e Controriforma con Lucia Felici y Toscana Moderna con Giovanni Cipriani. Y recomiendo sobre todo a este último profesor, que aparte de explicar genial nos ha llevado de excursión a varios lugares que de no ser por él no habría visitado.
Respecto al profesorado la única nota negativa la puso una profesora de literatura italiana (Adele Dei) que se negó a aceptarme en sus clases, supongo que por ser erasmus porque otra razón no se me ocurre, ocasionándome más de un quebradero de cabeza para encontrar otra asignatura y cuadrar el horario.
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