¡Una artista millonaria en Turín!
Bueno, aquí estamos. Primer día en Italia, en la ciudad de Turín. Mi corazón solo desea tener muchasaventuras y saciar su curiosidad, porque, por fin, mi Erasmus ha comenzado.
No sabéis lo divertido que es no entender nada de lo que la gente me dice, a pesar de todos los gestos que me hacen.
Sin embargo, lo que no es tan divertido es tener que haber aprendido la palabra freddo (frío si lo traduces del italiano al español). Cuando llegué a Turín, todo estaba prácticamente congelado y tenía que dormir con tres pantalones y cinco camisetas por culpa del maldito freddo. Cuando decimos freddo en Grecia, nos referimos al café con hielo.
Tras unos días después de mi llegada a Turín, me enamoré de la facilidad con la que podía perderme por la ciudad. Para ser sincera, nunca pensé en tener la oportunidad de vivir todo esto a mis 21 años. La oportunidad de vivir fuera me ha ayudado a luchar contra mis miedos. Gracias a esto, he sido capaz de hablar con desconocidos para hacerles la sencilla pregunta de "Mi scusi, per via Antonio Pigafetta?"
Después de un mes, me rendí y decidí sustituir mi método obsoleto para moverme por la ciudad (utilizar un mapa impreso de Turín) por la dichosa aplicación del móvil (desarrollada por el mismísimo demonio) que funciona como GPS.
En los días posteriores, la cosa iba mejorando poco a poco. Por ejemplo, ya no hacía tanto frío. Mi pronunciación de italiano también iba mejorando. Quizá fue por todos los espaguetis que comía.
Una vez instalada perfectamente en Turín, empecé a planear mis viajes. Mi primer destino eran los Alpes. Hasta ese momento, no tenía ni idea de qué íbamos a hacer por allí. Así que decidí aprender a hacer snowboard. Sin embargo, justo cuando llegamos, se nos acercó un señor mayor y nos dijo: "Ciao, ¿queréis que os enseñe a hacer snowboard?" Con mucha ingenuidad respondimos que sí. Imaginaos la sorpresa que nos llevamos cuando el tipo resultó ser el borracho del hotel. Pero bueno, aun así no rechacé las clases de snowboard. ¿Alguna vez han intentado ayudaros a lograr la postura correcta, pero vosotros os convertís en estatuas rígidas? Pues eso mismo me pasó a mí.
Jamás olvidaré la anécdota que tuve con un peluquero. La verdad es que le tengo bastante a-precio a esta anécdota. Pues bien, os cuento. Cuando el peluquero en cuestión acabó de tintarme el pelo, me dice en inglés: "Ninety euros, please". Y yo, con toda mi amabilidad, le respondo: "Ninenty or nineteen, Sir?" Parece ser que tras contarle lo de que era artista-estudiante y que era de Grecia los precios subieron bastante.
En cuanto a mi academia, permitidme decir que más bien parece un museo. Es un edificio impresionante con unas aulas inmensas. Los profesores solo pueden hablar en italiano y fue el sitio ideal para mejorar mi nivel de dibujo. En mi clase, el 90 % de los alumnos son chinos. Mi amiga sigue riéndose de mí todavía. Le dejé mi lápiz y no sabía cómo pedírselo.
Y en lo que se refiere a comida, la gente de Turín suele cenar el típico "aperitivo" de la zona. Lo bueno del "aperitivo" es que puedes beber y comer tanto como quieras por el mismo precio. Lo malo es que necesitas más mesas para ir dejando los platos vacíos (no os preocupéis, os las ponen ellos).
Turín es un sitio estupendo para estudiantes. Hay un montón de museos, restaurantes, pubs agradables, pizzas deliciosas, una buena variedad de chocolates y un transporte público aceptable. Sin embargo, su mejor baza es su ubicación, ya que está muy cerca de Francia y Suiza. Podéis viajar muy fácilmente entre estos países incluso en bus.
¡La vida es maravillosa! Arriesgaos y haced todo lo que soñéis. La clave está en vosotros mismos. Pero para mí, la clave ha sido Turín. Una vez abierta la puerta de Turín, ya puedo abrir muchísimas otras para explorar el mundo entero. No voy a titular esta publicación Experiencia Erasmus, sino que se va a titular felicidad. A partir de hoy, cada día, cada mes, esta felicidad va a iluminar mi vida, mis sueños y mis ideas. Una melodía preciosa que hace un tiempo era incapaz de oír ahora está empezando a sonar con más fuerza. ¿La oís? Los colores más oscuros se convierten en otros más brillantes y vivos. ¿Lo veis? Abrid los ojos, compañeros, porque nunca más los volveréis a cerrar.
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- English: A millionaire artist in Turin!
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