Tunja, una aventura de tres días / Parte 2
En mi segundo día en Tunja inevitablemente volví a la Biblioteca Patiño Rosselli, por más fotos y para disfrutarla más tiempo en el lugar que me enamoró de Tunja, te recomiendo visitar la entrada que hice sobre ella para que te antojes de visitarla, ese día gastamos toda la mañana en eso y recorriendo nuevamente las calles de la ciudad.
Visitamos también el Pozo de Donato, y una vez más mi amiga como buena turista y habitante de Tunja me conto su historia, este pozo es conocido también como Pozo de Hunzahúa, nombre del primer Zaque de Tunja, quien según se cuenta se enamoró de su hermana, con quien luego se esposó. La madre cacica al enterarse, enfurecida, quiso castigarles, esto con el palo con el que revolvía la chicha, pero en medio del ajetreo este palo golpeó la vasija en la que estaba toda la chicha, que luego empezó a regarse, creando así el pozo. Esta historia es muy a grandes rasgos, si visitas el pozo allí tienen dispuestos carteles donde se cuenta de manera más completa.
Después de pasar por allí volvimos a casa de mi amiga, caminando, pues una de las ventajas de Tunja es que todo es relativamente cerca, lo que te da la oportunidad de recorrer la ciudad a pie, para que disfrutes cada calle.
Mas tarde nos dirigimos a uno de los barrios que quedan saliendo de Tunja, camino a Bogotá, para encontrarnos con Andres, el hermano de un amigo de Laura quien nos mostró otro de los lugares que más me gusto del viaje, el plan en principio era ir a un bosque un poco lejano, pero la tarde empezo a caer rápidamente así que decidimos ir a otro que era más pequeño pero se encontraba más cerca, subiendo la montana.
Apenas empezamos a subirla note una vez más que Laura no me decía que Tunja era un lugar frio solo por decírmelo, y aunque llevaba la mayor cantidad de abrigos que pude siento que me faltaron más, realmente el frio no es lo mío.
En el bosque hicimos un par de fotos, tome a Laura y a Andres como mis modelos y realmente lo disfrute mucho, aquí una de las fotos que les hice:
Luego de eso decidimos ir un poco más arriba de la montana, por curiosos terminamos en propiedad privada, y aunque no tenían ni vigilancia ni perros si habían cavado una zanja de unos dos metros de profundidad y un metro y medio de ancho, diría yo, aunque en ese momento yo sentía que eran casi tres de ancho; Laura y Andres saltaron al otro lado sin problema alguno, pero yo me quede del otro lado pensando en su profundidad.
Debo admitir que las alturas son uno de mis mayores miedos, y aunque creía que no me afectaba tanto en ese momento note que no era así, literalmente duramos más de media hora ahí, para que yo me decidiera por saltar, Laura saltaba de un lado a otro, pero claro ella ha practicado gimnasia parte de su vida, fue una situación aterradora para mí, pero termine saltando el agujero y sobreviví, en ese momento me sentí muy orgullosa de mí misma.
Luego de esa travesía, solo exagero, decidimos ir al centro de la ciudad para visitar esta vez el café Madame Lili, puedes visitar la entrada que escribí de aquel lugar, es muy lindo, luego volvimos, esta vez en bus a casa de Laura, pues otra de las ventajas de Tunja es que tiene transporte muy accesible.
Así termino el día, con bellas fotos y habiendo superado uno de mis miedos, un gran día diría yo.
Marcela Torres, Colombian Globetrotters.
Referencia Imágenes:
Chica saltanto
Laura y Andres en el bosque: Imágen propia de nuestras redes sociales.
Galería de fotos
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