Biblioteca Patiño Rosselli

La Biblioteca Patiño Rosselli definitivamente fue mi lugar favorito de Tunja, la capital de Boyaca. Cuando iba en camino sinceramente me aburría un poco la idea de ir a una biblioteca, y eso no cambió mucho cuando la vi desde el exterior, pero en cuanto entré, algo hizo clic en mí, diría que fue amor a primera vista, quise pasar de inmediato, pero tuve que detenerme por un momento para guardara mis cosas en un casillero y registrar mi cámara, pues es lo que exige el protocolo de seguridad.

Una vez que guarde mis cosas me dirigí de inmediato al jardín central el cual me dejo maravillada, por su estética, por su olor y por el ambiente en el que inmediatamente te introduce, las flores que allí están aportan mucho a esa imagen un poco fantástica, diría yo, que tiene la biblioteca.

En su totalidad la biblioteca es muy bella, pero particularmente me enamoré de sus paredes color rosa, que se prestan mucho para hacer bellas fotografías.

El día que fui conté con suerte pues en el segundo piso había una exposición de fotografía, que es de las cosas que más amo, la exposición era de Hernan Diaz, uno de los más reconocidos fotografos colombianos, quien hizo icónicas fotografías, como la de Jaime Garzon o aquel desnudo de Antanas Mockus. Seguramente cuando la visites encontraras una exposición diferente, pues es el Banco de la República el que esta a cargo de ello.

Al salir de la exposición empezamos a caminar a través de los pasillos, mi amiga y guía del día, Laura, me contó la historia de la biblioteca, la cual me sorprendió mucho. La biblioteca se construyó inicialmente como el Claustro de San Agustín, este pasó por ser cede de la Universidad de Boyaca, pero llego a ser también un hospital, luego fue tomado como cuartel del ejército para después ser una penitenciaria, y finalmente tras su restauración se convirtió en la Biblioteca Alfonso Patiño Rosselli.

Debido a todos los vivos y muertos que han estado en sus instalaciones, son muchas las historias paranormales que se desarrollan allí, muchos creen que sus pasillos son recorridos a diario por las almas de aquellos que allí sufrieron, por ello es por lo que en una de las salas de la biblioteca se encuentra la representación de un monje que es protagonista de la principal historia paranormal de la biblioteca.

Finalizando mi visita quise ir al baño y hasta eso término en una bella foto, a la salida del baño se encontraba una gran ventana, donde le tome un par de fotos como esta a Laura.

Cada detalle que allí encontré, como esta particular señalización

me dejó maravillada, por eso y por todo lo que me faltó mencionar, si visitas Tunja no te puedes perder de esta hermosa biblioteca a la que puedes llegar fácilmente caminando desde el centro de la ciudad, si preguntas seguro alguien te dirá por donde es. La entrada es libre, solo gastaras 500 pesos colombianos para pagar el casillero.

Definitivamente su belleza arquitectónica e importancia histórica hace de la Biblioteca Patiño Rosselli un lugar imperdible.

Marcela Torres, Colombian globetrotters.

Referencia imágenes:

Ventana: imágen propia de nuestras redes sociales.