Pausa de italianos, estres de españoles.

Bien.

Con esto empiezan mis relatos desde el primer momento en que fui seleccionada como estudiante Erasmus.

Me decido por Trento, Italia.

Universidad prestigiosa, ciudad pequeña y tranquila, lo ideal si lo que quieres es acabar la carrera, y no estar de fiesta todos los días.

Toda llena de ilusión, empiezo a meterme en foros de Erasmus anteriores, en blogs, en páginas webs sobre la ciudad y la vida estudiantil.

Esperando cuentos de fantasía y relatos maravillosos... no me llevo otra cosa sino respuestas como estas:

estudiar todo el día, exámenes muy difíciles, problemas con las asignaturas y los profesores...

Sin saber en qué o quienes confiar, me dedico a navegar un poco por la red buscando en diversos apartados de la página de mi universidad, la Università Degli Studi di Trento, en la facultad de ingeniería.

Busco las carreras, la estructura del curso, las asignaturas... y empiezo a notar una mala espina...

Efectivamente. Se complican las cosas.

Faltan programas de asignaturas, en mi caso, electrónica, y los profesores, no se como, ninguno sabe nada, ninguno tiene los temarios.

Pasa una semana, pasan dos semanas, tres semanas... un mes, dos... después de muchos correos enviados a jefes de departamento, e incluso a los profesores que imparten las asignaturas pedidas, aquí sigo, esperando a que dejen de lado su pausada y desestresada vida y me envíen lo que les pido, antes de que acabe el plazo de entrega de mi contrato de estudios...