Toulouse parte II + qué llevar

¡Hola a todxs!

Hace poco os conté lo que hice mi primer día en Toulouse. Hoy vengo a contaros cómo fue nuestro segundo (y último) día en la ciudad rosa.

Día 2

El segundo día, como estábamos cansadas del primero, no madrugamos excesivamente.

Teníamos ya bastante claro lo que nos quedaba por ver.

Lo primero de todo, fuimos al Hotel d’Assezat, la Fundación Demberg, una galería de artevque destaca sobre todo por su arquitectura. Es un edificio muy bonito, como todos, mezcla ladrillo con piedra y tiene un patio interior precioso. No entramos a la galería de arte por el precio (8€ para los estudiantes) y por el tiempo que teníamos.

Desde allí, quisimos ir a la Iglesia St-Jean. Al principio nos costó encontrarla (he de decir que hicimos todo el viaje con un mapa de la ciudad en la mano, no utilizamos Google Maps en ningún momento). Cuando por fin la encontramos, estaba en misa por lo que no quisimos entrar para no molestar. La entrada era muy bonita, me llamó la atención que el frontón estaba policromado, tenía pintura de colores. También me sorprendió esto mismo en una escultura dentro de la Iglesia ND du Taur. Hasta entonces nunca había visto esculturas o relieves coloreados. Al menos en España esto no es muy común.

Tras esto fuimos callejeando, buscando más cosas. Fuimos viendo más edificios emblemáticos, aunque no fueran visitables como el Hotel du Vx. Raisin. Muy cerca encontramos el Museo Dupuy. No teníamos muy claro lo que era, pero vimos que, al menos para estudiantes, era totalmente gratis. Además, era pequeño y no nos quitaría mucho tiempo.

Al final entramos al museo, era bastante curioso y a estas alturas, después del viaje, seguimos sin entender qué era exactamente. Había varias salas, según entramos, la primera de ellas tenía vasijas y cosas de la casa, bastante antiguas. Sin embargo, al cambiar de sala cambiaba completamente la temática y nos encontrábamos con los artilugios y las cosas de una farmacia. El museo tenía varias plantas, en la segunda encontramos una sala dedicada a relojes de bolsillo, todos muy pequeños y elaborados. Pero cuando subimos a la tercera planta lo que encontramos cambió de nuevo la temática y encontramos instrumentos de astrología, había astrolabios, mapas de la vía láctea y más cosas del estilo.

Fue en general un museo muy extraño y que no comprendimos, sinceramente. Si no nos hubiera salido gratis, no hubiera merecido la pena entrar (a no ser que te apasione alguno de estos temas).

Tras esto fuimos a una calle que es de las más bonitas y fotografiables de la ciudad. Es la Rue des Filatiers. Está entre el Hotel d’Assezat y el museo Dupuy. Y está justo antes del metro Esquirol y una zona un poco más moderna de la ciudad.

Es una calle muy estrecha, con edificio bajos a ambos lados y muchos locales de comida rápida para llevar y restaurantes. A parte de las casas de ladrillos, había algunas pintadas de colores pastel como el amarillo o el rosa y los marcos de las ventanas eran de azul celeste. Para mi fue la calle más bonita. Además, da a una pequeña plaza con una fuente, también muy bonita.

Desde allí fuimos a la zona de Esquirol y cruzamos por el puente Pont Neuf para ver el otro lado de la ciudad, al otro lado del río.

Desde el puente se veían algunos monumentos como la Iglesia de la Dorada (la que estaba cerrada y en obras) y la Dome de la Grave, al otro lado de la ciudad. También el resto de los puentes. 

En el otro lado encontramos, lo primero de todo el Hotel Dieu St-Jacques, que es también el Museo de la Medicina. Era un edificio enorme con un jardín precioso pero que no llegamos a saber si se podía visitar o si estaba cerrado al público, por lo que finalmente solo lo vimos por fuera.

Al lado de esto, y pegado al río, está la Quai de l’Exit Republicain Espagnol. Es una especie de explanada, al lado del río, justo donde antes estaba puesta la famosa noria de la ciudad. Debía haber sido un pequeño puertoen la ciudad por el que llegaban los exiliados españoles durante la guerra. Allí nos tumbamos un rato también, hacía muy buen día y se veía parte de la ciudad. Además de vez en cuando pasaba algún pato pidiendo comida y era divertido.

Después de esto nos acercamos a ver la gran cúpula de la Dome de la Grave, como nos pasó como con casi toda la ciudad, lo encontramos también en reparación, por lo que no lo pudimos visitar. Sin embargo, sí que os recomiendo que si cuando vais está abierto, lo visitéis, por que las vistas tienen que ser espectaculares.

Después de eso encontramos otra iglesia, muy bonita por fuera, la Iglesia de San Nicolás, pero tampoco pudimos entrar. Pasamos por un par de calles un poco curiosas, con restaurantes muy internacionales, desde indios hasta españoles. Era una mezcla del Malasaña y Lavapiés de Madrid. Tenía los árboles y los postes de señales decorados con cintas de colores o pintados.

Finalmente, a ese lado del río solo nos quedaba ver Les Abattoirs, esto es como nuestro Museo Reina Sofía, un museo de arte contemporáneo, pero mucho más pequeño, es un edificio de tan solo una planta.

El edificio era bonito, muy parecido a la zona del Matadero de Madrid y había en ese momento una exposición dedicada a la vida de Picasso en el exilio. Estaba rodeado de un enorme parque, con esculturas contemporáneas que debían de pertenecer también al museo. Nosotras nos sentamos en un banco junto a un intestino gigante, era bastante curioso. El parque estaba muy bien, había muchos niños jugando y daba directamente al río, por lo que había muy buenas vistas.

Para volver al centro de la ciudad cruzamos esta vez por el Pont des Catalans, un poco alejado del centro y fuimos caminando por unos jardines al lado del río hasta volver de nuevo al centro de la ciudad.

Llegó la hora de la comida, nosotras llevábamos nuestra propia comida así que llegamos hasta la plaza del Capitolio de nuevo andando y comimos sentadas en un banco, hacía muy buen día.

Cuando terminamos de comer aprovechamos para entrar en el Capitolio. Fue el edificio más bonito al que entramos.

No había muchas salas que se pudieran visitar, pero las pocas que había eran espectaculares.

Según entras, llegas a un patio interior enorme y al fondo de este hay unas escaleras que tienen unas pinturas preciosas en las paredes y en el techo.

 Había tres salas, y cada una era más espectacular que la anterior (creo que se nota que me gustó bastante). Todos los frescos de los techos eran increíbles. Todas las salas estaban llenas de cuadros y esculturas y me impresionaron muchísimo. Además, había una sala más distinta que las demás. Cada una era de un autor, pero me sorprendió que la segunda fuera de puntillismo. (Aunque no se aprecie, todo el cuadro está hecho con puntillismo).

Tras eso habíamos visto casi todo lo visitable de la ciudad, caminamos hacia la calle de Alsace, porque entre esa calle y la calle Rivals hay un edificio con un reloj un poco curioso, que marca las 24 horas, en vez de 12.

Después seguimos paseando un poco y luego, cuando volvimos a pasar por esa misma calle, nos encontramos que estaban preparando una cabalgata. Empezamos a investigar y es que resulta que el pasado 31 de marzo… ¡fue Carnaval!

Estaban preparando una cabalgata enorme y a partir de entonces vimos a muchísimos niños (y adultos) disfrazados por toda la ciudad.

Tras esto fuimos a comprar algún souvenir para llevar a casa, algo muy típico que hay en la zona de la Provenza son las violetas, unas flores que se escarchan o con las que se hacen caramelos. Como en Madrid también tenemos (y eran bastante caras) nosotras no compramos ninguna.

Otra cosa que quisimos probar fueron las crepes. Hay muchos locales en los que los venden, pero son bastante caros. Cerca del Capitolio pusieron después de comer un puesto en la calle y decidimos comerlas allí. Nos costó 2 euros cada una y están muy muy buenas. Además, había varios sabores, desde la típica de Nutella hasta mermelada o caramelo.

Espero que esta imagen os de un poco de envidia.

Por último, antes de ir pensando en acabar el día, quisimos ir al otro río que atraviesa la ciudad, el Canal du Midi, que pasa por varias ciudades de la zona. Al llegar hasta allí acabamos en una zona más moderna y menos bonita, y fuimos poco a poco bajando por la orilla del río hasta el hotel. Según íbamos bajando había más árboles y un pequeño puerto de barcas, y la zona era mucho más típica y de postal.

Finalmente fuimos al hotel a recoger nuestras cosas para después ir a cenar, un poco más cerca de la estación de autobuses. Hicimos tiempo metidas en el restaurante hasta la hora que teníamos que salir y no nos dimos cuenta de que fuera teníamos toda la cabalgata de Carnaval.

Cuando salimos había muchísimo ambiente, eran cerca de las diez de la noche y era imposible moverse de la gente que había. Además, iban pasando las carrozas y cada cierto tiempo se paraban y lanzaban fuegos artificiales. De verdad que era un espectáculo increíble y que nos pilló totalmente desprevenidas.

Leyendo el programa de fiestas vimos que a las once de la noche iban a quemar una de las carrozas cerca del río, algo parecido a las fallas de Valencia. Nosotras teníamos que irnos antes así que no pudimos llegar a verlo.

Conseguimos llegar al metro y nos fuimos hacia la estación de autobuses, y así acabamos nuestra pequeña escapada (no sin antes aguantar otras diez horas de viaje).

Os recomiendo bastante visitar la ciudad, merece mucho la pena, pero es muy pequeña, no hace falta estar más de dos o tres días en ella. Sin embargo, hay muchos más pueblos cerca como Albi o Carcasona que, si se tiene coche, merece muchísimo visitar. Además, si vais en estas mismas fechas, pillareis la gran fiesta que hacen por Carnaval.

Espero que esto os sirva de ayuda si vais a visitar la ciudad o si os estabais planteando hacerlo.

Qué llevar de equipaje

Voy a aprovechar para haceros una lista de lo que llevo en mi mochila para pasar un fin de semana fuera.

Lo primero de todo es decir que yo llevo dos mochilas, una más grande con toda la ropa y de más. Y otra más pequeña con la comida, la documentación y lo que necesito durante el día.

Para la mochila pequeña llevo:

• La comida del día
• Cosas para picar
• Documentación
• Una batería portable
• Auriculares
• Ibuprofeno, etc.

Por otra parte, en la mochila grande llevo:

• Neceser
• Pijama
• Ropa para el día siguiente
• Una almohada pequeña para el autobús
• Cargador del móvil
• Cosas para comer el segundo día

 Es muy poco tiempo y no es necesario que os lleveis muchísimas cosas. Además, si vais a hotel o apartahotel, os darán todo lo necesario de aseo. 

Espero que esto también os sirva de ayuda

¡Gracias por leerme!

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