El barrio de Akihabara

El segundo día, visitamos el barrio de Akihabara. ¡Es el barrio friki perfecto! Al salir del metro, nos sumergimos de golpe en un mundo lleno de luces, building Sega y carteles y vídeos de todo tipo en las fachadas.

Las primeras impresiones son diversas. Es como si entraras en otra dimensión. Incluso cuando llueve, es divertido ver a los japoneses, todos sacan un paraguas transparente con una mancha blanca. Te hace pensar que está a la moda. Chicas disfrazadas de criadas o colegialas se nos acercan (sobre todo a los chicos) para proponernos ir a algún bar o incluso recibir... ¡masajes! ¡un poco de dignidad! Hay que saber que Japón es un país en el que conviven los excesos visuales y la censura... Las parejas no se dan la mano por la calle, pero un hombre puede leer un manga porno en el metro... y las jovencitas pueden disfrazarse de criada. Aunque sin duda, no tienen la mente tan perversa como nosotros.

Entramos en varias tiendas. Todos los sitios tenían el mismo tamaño. Pisos y pisos llenos de juegos/libros/objetos para vender.

Vimos una tienda de mangas de al menos cinco pisos. Había para todo tipo de gustos y precios. Encontramos también objetos e imágenes de los protagonistas de los mangas... Tazas, cojines, dibujos, cuadernos, bolis, llaveros y más cosas que me salto, seguro.

Después, la tienda de Sega. Bueno, el centro luna-park, mejor dicho. Es un edificio de varias plantas en las que hay máquinas para jugar a videojuegos. Los hay de los años 90, los primeros juegos de todos, o incluso juegos mucho más modernos e impresionantes (como juegos de baile con reconocimiento de movimiento), juegos con armas, con asientos que se mueven,... un verdadero parque de atracciones, al final. Hay para todos los gustos, y aunque yo no esté muy enganchado a los videojuegos, ¡les cogí rápido el gusto!

Hay que decir que los precios son muy justos, no a lo belga, vamos. Unos diez o veinte yens por un juego que dura al menos diez minutos (a veces). También probamos los grappins, que tenemos también en el lunapark de nuestro país. Pero ¡ganamos mucho más de lo que ganamos en nuestras ferias! ¡Gané dos peluches en un par de intentos! Y sigue siendo barato. Muy buena experiencia, que, por desgracia, no repetimos por falta de tiempo.

Al final encontramos (gracias a la guía turística) una tienda vieja de tres plantas con videojuegos antiguos. De game boy, de consolas antiguas (nintendo, xbox,... ) y "the virtual boy", una vieja game boy en 3D. Era muy divertido, sobre todo porque la imagen se veía fatal (era roja entera). Aquí os dejo fotos de esta tienda que nos costó trabajo encontrar porque en Japón... ¡las calles no tienen nombre!

"The virtual boy" aquí debajo:

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