Distrito de comida de Akabane
Después de visitar el Tokyo DisneySea, viajé hasta la estación de Sugamo, ya que había quedado con un amigo de nuestra familia, Naoto. La última vez que le vi, fue en 2015 cuando nos dio a conocer a mi familia y a mí a la comunidad LGBTQIA+ en el centro comunitario de Akta en Shinjuku.
Tenía muchas ganas de volver a verle. No me olvidé de llevar unos pasalubong (regalos) de mi país, Filipinas. Le traje granos de café y mango deshidratado.
Desde la estación de Sugamo nos dirigimos hacia el distrito de Akabane, donde habíamos quedado con un par de amigos suyos, periodistas fotográficos autónomos que están visitando Japón.
Como soy periodista autónoma, agradecí mucho poder conocer y establecer contacto con otros autónomos. Dos de ellos eran de países occidentales (México y Holanda) y uno de ellos era de Japón que trabajaba desde casa. Naoto y yo quedamos con ellos después de atravesar un par de calles desde la estación de Akabane.
Para Naoto, Akabane era un tesoro escondido en Tokio que muchos turistas normalmente pasaban por alto en sus itinerarios. Aunque he buscado en Internet lugares populares para comer en Tokio y este distrito de comida nunca me ha aparecido. Según él, el distrito de comida de Akabane lo frecuentan lugareños, además tiene los izakayas más auténticos de Tokio.
Una tienda local que sirve platos guisados con el nabe o elaborados en una olla. Los clientes pueden escoger de entre una variedad de ingredientes que se mezclan en un caldo.
Llegar hasta allí fue todo un reto, ya que el distrito de comida estaba oculto de la carretera principal. Pasamos por varias callejuelas con casinos de pachinko, pequeños centros comerciales y tiendas de comida. Una vez que llegamos, vi a montón de japoneses celebrando que habían terminado una larga semana de trabajo.
Dos japoneses andando hacia el distrito de comida.
Era viernes por la noche y cada sitio que visitábamos desprendía un aroma a comida ahumada y a carnes a la plancha.
En muchos sitios, los clientes podían cocinar su propia comida. Tras dar una vuelta, decidimos cenar en un izakaya en el que habían estado muchos famosos locales.
Cenamos en este sitio que tenía una fachada pintoresca con farolillos tradicionales.
Nos recibió el propietario, que fue muy amable y hospitalario. Aparentemente es bastante conocido en la zona, ya que nos sentamos justo al lado de una pared llena de fotografías suyas con gente famosa que había cenado en su izakaya y también eventos públicos que había organizado.
Una pared con carteles de los eventos y recuerdos del propietario.
Pedimos carnes y verduras listas para hacer en la parrilla y lo pasamos muy bien cocinándolas. El aroma de la comida cocinada flotaba en el aire y resultaba algo complicado ver quién estaba hablando debido al humo.
Estábamos cocinando pollo, ternera y patatas.
No obstante, la comida era excelente y además, el propietario nos puso unos aperitivos gratis.
Este aperitivo estaba hecho con alga, un pedazo de queso y pollo cocinado. Nos sirvió para limpiar el paladar de sabores antes de tomar la segunda ronda de comida a la plancha.
Además de la deliciosa comida, aquí también pudimos probar la cerveza local. La cerveza Asahi es parecida a la San Miguel. San Miguel es una marca popular de cerveza en Filipinas. Puedes encontrar cerveza San Miguel, tanto en botella como en lata en casi todos los sitios, sucede lo mismo con la cerveza Asahi. Todas las máquinas expendedoras de Japón tenían esta bebida.
La cerveza tenía un sabor refinado y poco amargo. No fui capaz de terminármela, pero maridaba perfectamente con las carnes a la plancha que comimos.
Al final de la noche, Naoto y yo habíamos hecho tres nuevos amigos que tenían historias muy interesantes que contarnos sobre sus respectivos países. Pasamos horas hablando, riendo y compartiendo nuestras experiencias. Ciertamente, la buena comida y bebida puede unir a gente de diferentes nacionalidades bajo un mismo techo.
Al ser mi primer viaje en solitario, significó mucho para mí y este encuentro en particular fue el comienzo de cómo fui más abierta de mente y más amistosa con los viajeros como yo, que también anhela una vida de aventura.
(En el sentido de las agujas del reloj desde la izquierda: Hilde Coenegrachts, Walter Shintani, Mutzu Ishizawa, Naoto Okamura y la autora).
Galería de fotos
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- English: Akabane Food District
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