Escapada a Tallinn

A principios de abril mis padres y mi hermana llegaron a Helsinki. Llevaba esperando este momento desde hace tiempo y por fin los tenía aquí, a mi lado, en el andén de la estación. Parecía como si no les hubiera visto desde hace siglos y al mismo tiempo, nada había cambiado. En cualquier caso, fue maravilloso verles.

Habíamos alquilado un apartamento pequeñito y muy mono, ¡tenía hasta sauna! Y durante cuatro días la vida en familia siguió su transcurso. Fuimos a visitar la ciudad de Turku, la antigua capital de Finlandia, por la que llamamos así a nuestro corderito (nació aquel día) aunque estuviéramos lejos de él. Por suerte, la naturaleza ha hecho bien su trabajo y cuando mis padres y mi hermana volvieron a Bélgica, todavía seguía vivo y es uno de los corderos más enérgicos que hemos tenido en casa. Estoy deseando poder verlo otra vez. Espero que no haya crecido demasiado.

Os dejo aquí unas cuantas fotos de la ciudad de Turku antes de pasar a la segunda visita que hicimos: la ciudad de Tallinn.

Fuimos a Tallinn en ferry y tardamos solo 2 horas, nos salió barato (10 euros ida y vuelta). Había oído hablar mucho de Tallinn por unos amigos que tengo que habían estado y me vendieron muy bien el centro histórico con sus restaurantes buenos y baratos, sobre todo el restaurante tan conocido de pancakes (que es más de crêpes que de pancakes, pero da igual). Bueno, la verdad es que no me mintieron. El centro nos dejó boquiabiertos. Todas esas casitas de colores son una monada. Tuvimos la mala suerte de que no hizo mucho sol y no todas las fotos se ven bien...

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