Zermatt

Dicen que siempre hay una luz al final del túnel; y así es como describiría mi viaje. Mi escapada a Zermatt empezó con algunas complicaciones, pero al final, acabó siendo una de las experiencias más inolvidables que haya tenido jamás.

El viaje en tren desde Ginebra a Zermatt dura casi cuatro horas, por lo que quería coger el tren tan pronto como fuera posible para asegurarme de aprovechar al máximo el tiempo, y puesto que mi tren iba a salir a las ocho de la estación de Cornavin, me levanté a las 6:30, una pesadilla para mí. Sea como fuere cogí el autobús a Carouge Rondeau y supuestamente, desde allí tenía que coger el tranvía hasta la estación. Resulta que a medio camino, aquel servicio se interrumpía entre Carouge y Planpalais, por lo que tuve que caminar hasta Planpalais (teniendo en cuenta que ya eran las 7:30 y esperaba poder comprar algo de comida para el viaje). Hacía muchísimo viento, la mochila pesaba muchísimo ya que llevaba el portátil, la cámara, unas lentes de recambio y de diario... así que iba andando a media potencia y medio muriendo de estrés. Cuando finalmente llegué a Planpalais, el único autobús que pasaba era el 12, lo que significaba que tenía que volver de nuevo a la ciudad de Bel Air y coger otro tranvía para llegar a la estación. Cuando llegué a la estación decidí que no me iba a dar tiempo a ir al supermercado, así que simplemente me paré en una pastelería y compré un Brioche al Raisin (bollo con pasas). Entonces fui al andén y ¿a qué no sabéis qué? El tiempo parecía haberse ralentizado por completo y al final terminé esperando al tren durante diez minutos, ¡y podría haber ido a comprar algo de comida de verdad!

Después de todo el estrés, me encontraba finalmente de camino a uno de los lugares más bonitos del mundo, y este mismo trayecto en tren probablemente sea lo más cercano que voy a estar de vivir un cuento de hadas. Era una maravillosa tierra de invierno; me sentía como si estuviera dentro dentro de la película Frozen. Conducir desde Ginebra A Visp es también muy pintoresco, con grandes montañas cubiertas de nieve y adorables casitas que pareciera como si vivir allí fuera un sueño. Pero el viaje en tren de Visp a Zermatt es algo por el estilo y me siento muy agradecida de haber podido experimentarlo. El sol me daba en la cara mientras el tren iba casi deslizándose sobre la nieve. Estaba rodeada de árboles de hoja perenne rociados de nieve, de pequeños ríos y arroyos de blanca agua helada corriendo río abajo y de gigantescas montañas, lo que para mí es el paisaje más bonito del mundo.

Aunque puedas pensar que que estar a -11 grados (o incluso -17 en la cima de la montaña) es tremendamente incómodo, para mí es muy emocionante. Era la primera que me encontraba bajo estas temperaturas tan frías y me sentía muy feliz. ¡Tuve que volver a acostumbrarme al frío para mí siguiente escapada en Praga!

En cuanto llegué a Zermatt, fui a la oficina turística a coger un mapa y a que me dieran algo de información interesante, la cual voy a compartir con vosotros para asegurarme de que sacáis el máximo partido durante vuestra estancia aquí. Teniendo en cuenta que no quiero volver demasiado tarde a Ginebra (también porque tengo un examen al día siguiente [tal como vosotros]), mis actividades van a estar bastante limitadas, pero escribiré todo lo importante que haya que hacer aquí para que si planeáis visitar Zermatt tengáis un itinerario completo.

Mi primera parada fue la Estación de Gornegratt (enfrente de la estación principal de trenes) para coger un tren funicular a la montaña de Gornegratt. He leído que este es el mejor lugar donde obtener una vista magnífica del Matterhorn. Los tickets son un poco caros, a no ser que tengáis la tarjeta de media tarifa: 58 francos suizos. Pero os aseguro que si tenéis que ir hasta la cima de alguna montaña, esta será la adecuada. El viaje hasta la cima es mágico, subiréis por una empinada colina con el Matterhorn constantemente a vuestra derecha y el pequeño pueblo de Zermatt desapareciendo lentamente valle abajo. Es más que impresionante. Una vez hayáis llegado a la cima, hará un frío increíble, pero os olvidaréis de la temperatura en cuanto la belleza de la naturaleza os rodee. Cuando finalmente llegué a la cima (el viaje dura alrededor de 20 minutos), no hay palabras para describir esa sensación. Te encontrarás rodeado por una doble tonalidad de blanco y azul. El Matterhorn está más cautivador que nunca. Pero no es la único bello; tendréis una vista de 360° de las montañas que os rodean. Hay un chalet en la cima de la montaña donde podréis comer algo tanto en la parte self-service como en el restaurante. Entonces, podréis ir al lugar que hay para obtener una vista panorámica todavía mejor de vuestro entorno. No obstante, tened en cuenta que hay que caminar despacio y hacer algunas pausas a medida que vais cuesta arriba, ya que la poca presión atmosférica y las heladas temperaturas hacen bastante difícil respirar. Tardé un total de dos horas y media para llegar hasta aquí arriba (media hora la pasé cargando mi teléfono que decidió morirse estando al treinta por ciento, presuntamente, debido a la congelación de la batería).

Zermatt

Zermatt

Zermatt

El pueblo de Zermatt es espectacular por sí solo. Este pequeño pueblo, libre de coches, es tan único que merece la pena dedicarle una hora para dar un paseo y tal vez, sentarse en un café a tomar un chocolate caliente. Por ejemplo pasé por una cafetería preciosa llamada Petit Royal. Además el pueblo está lleno de historia. Tenéis que dar un paseo por la parte antigua del pueblo. Girad a la derecha en Hinterdorf, una de las partes más antiguas de Zermatt. Aquí veréis algunos de los graneros y establos construidos entre los siglos XV y XIX. Podréis prolongar la caminata hasta el río y girar a la derecha descendiendo hasta la Bachstrasse. Caminad hasta que veáis la Kirchstrasse a vuestra derecha, que es donde hay una de las tres vistas más importantes que hay en Zermatt: la primera es el Cementerio de los Montañeros, que es donde están enterrados muchos de los escaladores que perdieron sus vidas en el Matterhorn o en las montañas circundantes. Desde 1865 han habido más de 500 muertes, por lo que creo que es un lugar lo bastante simbólico e importante como para tenerlo en cuenta. Cerca del cementerio está la iglesia anglicana de San Pedro. Esta majestuosa iglesia es la principal de Zermatt, uno de los edificios más altos del pueblo y digno de ser visitado.

Zermatt

Caminando desde la iglesia, de vuelta a la Banhofstrasse, está el Museo Matterhorn. Creo que tenéis que echarle un vistazo a este museo para comprender la historia de este magnífico pueblo. Los tickets cuestan 10 francos suizos para los adultos y 8 francos suizos para los estudiantes. El museo es bastante pequeño pero aprendí muchísimo sobre el legado de Zermatt. Hay una historia sobre siete escaladores que fueron al Matterhorn, Edward Whymper que era un escalador británico, tres guías suizos y tres turistas ingleses. Aunque llegaron a la cima, se dice que la cuerda se rompió llevándose consigo cuatro de los montañistas. Desde entonces, ha habido un debate sobre si uno de los guías cortó la cuerda para salvarse a sí mismo y a los otros dos hombres, o si fue un accidente. Este incidente cambió la vida en Zermatt, dado que fue uno de los sucesos más significativos que han ocurrido. En el museo, comprenderéis con más detalle esta leyenda, pues tienen un vídeo demostrando el accidente y también algunos objetos que datan del terrible suceso.

Zermatt

Mi última parada antes de volver a casa es el Hotel Focus Matterhorn (pensé que no podía venir a Suiza sin visitar un spa con vistas). Así que atravesé el pueblo, lo cual solo me llevó quince minutos. El Focus Matterhorn Hotel está situado arriba de la Schuhmattstrasse justo después del teleférico que te lleva al Paraíso del Glaciar Matterhorn.

Este hotel es lujo absoluto, se entra tomando un ascensor desde el piso -2 a la planta baja y te recibe la recepción. Lo primero que hice fue pedir un té verde; después de caminar quince minutos a -11 grados necesitaba una bebida caliente para entrar en calor. El salón tenía una atmósfera muy agradable con un pequeño fuego, banquetas de piel y grandes y cómodos sofás. Después del té, llegó el momento de entrar en el Spa. Fue el Spa más espectacular en el que he estado, simplemente porque combina dos de mis cosas favoritas: relajación y montañas. La piscina interior tiene una gigantesca ventana de cristal con vistas a las montañas y las tenues luces azul/verde crean ambiente perfecto. También tienen una piscina caliente exterior a la que me hubiese encantado ir; simplemente no pude porque probablemente hubiera muerto de hipertermia. Pasar una tarde en el Spa fue una forma perfecta de finalizar esta increíble experiencia. Pero desgraciadamente, por mucho que me hubiera gustado quedarme en ese precioso hotel, tenía un examen que estudiar, por lo que tuve que irme sobre las 18:00 y llegué a Ginebra a las 22:00.

Zermatt

Otras cosas que hacer en Zermatt:

Sunnegga y Rothorn:

El Sunnegga es un viaje en teleférico de cinco minutos. Es recomendable hacerlo en primavera o verano, pues es un idílico y relajante lugar donde poder ir a contemplar marmotas en el lago Leisee. Además, desde el Rothorn, tendréis una espectacular vista del Matterhorn.

Paraiso del Glaciar Matterhorn:

En la oficina de información me aconsejaron que esta era la mejor de las excursiones; tanto si esquías como si simplemente vas por las vías. Es también la excursión más cara, con tickets que cuestan 100 francos suizos. Te suben a una altura de 1883 metros, pero a cambio experimentas una vista panorámica de 360° por encima de 38 picos alpinos. Tendréis una vista por encima de las montañas francesas, las italianas y las suizas.

Schwarzee:

Podéis tomar el Expreso de Matterhorn desde Zermatt, el cual os llevará al pie del Matterhorn en poco más de 10 minutos. Allí encontraréis un lago y una capilla. Este es un hermoso paseo, tanto para las familias como para las parejas. También encontraréis algunos caminos temáticos interactivos de los cuales podréis aprender sobre los glaciares.


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