Primer día en Sofía
Introducción
¡Hola a todos! Estos días he estado un poco desaparecida ya que mis amigos Erasmus y yo hemos pasado el fin de semana en la capital de Bulgaria, Sofía. Decidimos viajar a esta ciudad (para ser sinceros) ya que el vuelo ida y vuelta nos ha salido a tan solo 30 euros, así que nos lanzamos a la piscina sin saber realmente si era un destino el cual valía la pena visitar o no.
En este post y en el siguiente, os cuento todo lo que hemos visitado en este par de días, os recomiendo dónde comer, y os doy algún que otro consejo útil a la hora de viajar a este país, teniendo en cuenta el cambio de moneda, el frío que puede llegar a hacer en invierno, o la cultura de este país de Europa del este.
Cómo llegar a Sofía
Como os he dicho previamente, por tan solo treinta euros pudimos volar hacia Sofía, una cifra de risa, ya que volamos con la aerolínea de bajo coste Wizz, o más conocida como "el Ryanair de Europa del Este".
Nuestro viaje comenzó el viernes en el aeropuerto París Beauvais, desde donde cogimos el avión hacia Sofía. Una vez llegas a Bulgaria tienes que añadirle una hora más a tu reloj, por lo que mientras en España o Francia eran las 7 de la tarde, para nosotros en Sofía eran las 8.
Para llegar al centro de la ciudad hay varias opciones: coger un taxi, un autobús de línea, o el metro. Aunque bien es cierto que los taxis en Bulgaria son muchísimos más baratos que en cualquier otra ciudad europea, sin duda lo más recomendado es coger el metro para ir en dirección centro, ya que es la opción más barata, y aunque no la más rápida, sí es cierto que apenas se tardan unos treinta minutos en llegar al corazón de la ciudad..
La estación de metro se encuentra en la terminal 2 del aeropuerto de Sofía, y nosotros aterrizamos en la terminal 1, así que tuvimos que coger un autobús lanzadera gratuito que va de una terminal a otra en intervalos de quince minutos o media hora y que opera durante todo el día.
Una vez en la terminal 2, nos dirigimos hacia el metro y compramos los billetes, que tan solo cuestan 1,60 leva, o lo que es lo mismo, 80 céntimos.
Aquí hago un inciso para comentaros que, aunque Bulgaria pertenece a la Unión Europea desde 2005, todavía no ha adoptado el euro, por lo que la moneda oficial es el lev. Un euro equivale a 2 leva, así que la conversión es bastante fácil ya que solamente hay que dividir el precio entre dos.
Otra duda que os preguntaréis es si hacer el cambio de divisa de euros a leva antes de viajar a este país. En nuestro caso, teníamos pensado cambiar algo de dinero estando allí pero finalmente decidimos pagar casi todo con tarjeta, ya que la comisión era insignificante y para dos o tres días no valía la pena cambiar dinero. Además, nos contaron que en numerosas ocasiones las casas de cambio intentan engañar subiendo la comisión del cambio, por lo que solo optamos por cambiar el dinero que fuera necesario. Sin embargo, en muchos bares o incluso en tiendas de souvenirs aceptan el euro, y siempre la tarjeta, así que no tendréis ningún tipo de problema.
Una vez cerrado el paréntesis, os continúo contando cómo llegar hasta el centro. Nosotros alquilamos un apartamento a unos 15 minutos andando del centro, así que cogimos el metro hasta la parada Serdika, una de las más céntricas, y desde ahí fuimos a pie hasta el apartamento. El metro solamente cuenta con dos líneas de metro, así que no es nada difícil llegar hasta donde quieras, a pesar de que los nombres de las paradas están en búlgaro y son indescifrables.
Alquilamos un apartamento llamado Sofia Balkan Apartment, y os recomiendo quedaros aquí si viajáis a Sofía ya que es bastante amplio, está muy bien equipado, y el propietario es bastante atento. Además de ser muy barato, se encuentra relativamente cerca del centro y a unos 9 minutos andando de un Lidl donde podréis comprar de todo.
Itinerario
Nada más llegar el viernes a Sofía, cenamos en un Domino’s pizza y nos fuimos al apartamento a descansar y prepararnos para el día siguiente.
El sábado, madrugamos para ir a comprar al supermercado Lidl, muy recomensable por si necesitáis hacer compras en esta ciudad, ya que tiene de todo, conocemos prácticamente todos los productos, y estos están muy bien de precio.
A continuación, volvimos al apartamento para desayunar allí tranquilamente, y luego comenzamos nuestra ruta por la ciudad. La mayoría de los lugares de interés en Sofía están por el centro, así que tranquilos si venís con poco tiempo ya que la ciudad se ve rápidamente.
Empezamos visitando la Catedral de Sveta-Nedelya, la cual me impresionó muchísimo por su interior decorado de frescos en las paredes de esta iglesia ortodoxa. Después, visitamos otros monumentos importantes de la ciudad, como la pequeña iglesia de Sveta Petka Samardzhiiska, la Mezquita Banya Bashi, o el Mercado Central, donde podéis encontrar muchos puestos donde degustar la comida local, comprar productos artesanales, ropa, etc.
Iglesia de Sveta Petka Samardzhiiska
Justo detrás de la mezquita, se encuentra el Museo de Historia de Sofía. Una cosa bastante curiosa es que este edificio antes de ser un museo era unos baños termales, por lo que hoy en día podemos ver en sus laterales fuentes de agua caliente de las cuales puedes beber. Según nos contó el guía del free tour, cada fuente beneficia a una parte concreta del cuerpo, ya que por ejemplo el agua que nosotros bebimos ayuda al buen funcionamiento del corazón, mientras que otras fuentes protegen el riñón, el hígado…
Luego, nos dirigimos a la Presidencia de Sofía, donde pudimos ver el cambio de guardia y en cuyo interior se encuentra la iglesia de Sveti Georgi, algo que nos sorprendió bastante ya que no nos esperábamos que hubiese una iglesia en el patio interior de la Presidencia.
Iglesia de Sveta Georgi
Después, seguimos caminando hasta llegar a la fachada del Teatro Nacional Ivan Vazov. Al lado de este edificio, se encontraba un parque donde colocan cada año el mercado navideño, con decenas de talleres artesanales, puestos en los que se vende ropa o comida típica de Bulgaria, etc.
Llegó la hora de comer, así que fuimos a almorzar y de paso resguardarnos del frío. Un consejo que os doy es que, si queréis venir a Bulgaria, no lo hagáis en invierno ya que hace muchísimo frío y aprovecháis menos la visita. Además, la naturaleza de Bulgaria es increíble y no podrás hacer muchas de las rutas recomendadas en invierno debido a que las carreteras o paisajes naturales están congelados.
Una vez repuesto energías, nos dirigimos hacia el monumento más turístico de la ciudad: la Catedral de Alejandro Nevski, sin duda un edificio muy impresionante tanto por fuera como por dentro. Si vais a Sofía, tenéis que incluir en vuestra guía visitar esta catedral ya que es imperdible.
Como estábamos calados debido al frío, volvimos al apartamento para entrar en calor y descansar un poco hasta las 6 de la tarde, cuando empezaba nuestro free tour. Para seros sincera, el guía nos llevó por exactamente los mismos sitios que ya habíamos visitado esa misma mañana, pero mereció la pena volver a repetir el recorrido ya que nos explicó la historia de cada edificio, monumento o de la ciudad en general, y aprendimos muchísimo sobre la cultura o tradiciones de este país. Además, la ciudad tiene un encanto especial de noche, ya que todos coincidimos en que la iluminación de los edifcios los hace incluso más bonitos al caer el sol. Con el guía, pasamos también por la Iglesia Rusa, la Galería de Arte Nacional o la Iglesia Hagia, monumentos que no habíamos visto por la mañana del sábado.
Iglesia Rusa
Una vez finalizado el free tour, nos fuimos al apartamento a descansar y coger fuerzas para nuestro segundo día en Bulgaria, el cual lo pasaríamos en Plovdiv, una ciudad a dos horas de Sofía.
Si queréis leer mi post sobre nuestro viaje de un día a Plovdiv, el itinerario del segundo día que pasamos por Sofía, o lugares recomendados para comer por Bulgaria, pinchad aquí para redirigiros a la entrada de la segunda parte de mi estancia en este país.
¡Gracias a todos!
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