Sevilla: Transporte, alojamiento y la primera noche

"Sevilla tiene un color especial" - Dice una famosa canción española dedicada a la ciudad con la que estoy de acuerdo al 100%. Los últimos días que pasé allí con mi amiga brasileña, todo tuvo un inexplicable encanto que hizo muy difícil el decirle adiós a la ciudad al final del viaje.

Era la primera vez que viajábamos juntos con Kellen y, en realidad, fue una decisión en el último minuto. Puede que por eso haya sido una experiencia realmente increíble. Los viajes espontáneos y poco planeados siempre dejan mucho por descubrir.

Transporte

Decidimos usar BlaBlaCar por primera vez en nuestras vidas. Aunque teníamos un poco de desconfianza y miedo en ese método, reservamos dos asientos para ambos viajes, lo que nos hizo tener que pagar por adelantado con la tarjeta de crédito. En total, con la comisión incluida, pagamos 55€ ida y vuelta. A través de mensajes privados intercambiamos información necesaria con el conductor como el tamaño del equipaje o el lugar de recogida, después de que este nos confirmara el viaje.

Lo más importante que debes saber antes de usar BlaBlaCar es que sólo puedes pagar con tarjeta de crédito, y en el momento en el que hagas la reserva, el dinero será retirado de tu cuenta. Este sistema fue creado para disminuir el número de cancelaciones, las cuales pueden seguir pasando fácilmente todavía. (Lo sé porque la primera vez lo cancelamos, la segunda el conductor no nos confirmó el viaje y sólo pudimos encontrar un conductor al tercer intento). Sin embargo, en el momento en el que recibes el mensaje oficial de la página, el proceso de devolución de dinero a tu cuenta empezará de inmediato, recibiéndolo en un plazo de 3-5 días laborables. El mío llegó en 2-3 días, así que al menos puedo decir que apruebo el sistema. Además, te aconsejo leer y confiar en las recomendaciones ya que nos ayudó un montón a la hora de encontrar al conductor perfecto. Y finalmente, en el caso de que alguien intente hacer negocios fuera de la página y después de haber pagado, lo mejor es no aceptarlo.

Nuestro conductor, Ana, llegó un poco tarde al punto de encuentro pero se le veía muy agradable y eso nos ayudó a relajarnos durante el viaje. Nuestra llegada estimada era a las 6 de la tarde, pero sólo hicimos una parada y en buena compañía el tiempo voló, así que a las 17. 30h ya estábamos despidiéndonos de nuestra chófer temporal. Nos dejó en Plaza de Armas dónde puedes encontrar una enorme estación de autobuses. Tal y como nos contaron más tarde, es un actual punto de recogida de muchos usuarios de BlaBlaCar y, por lo tanto, puedes ser testigo de las primeras divertidas y tímidas conversaciones que ocurren allí.

Alojamiento

Después de que nuestra conductora se marchara, caminamos alrededor de una hora buscando un hostal llamado Triana Backpackers. No he ido a muchos hostales, aunque tengo algunos puntos de referencia sobre los que puedo afirmar que este fue el mejor y más limpio en el que he estado con diferencia, y con el personal más simpático que jamás puedas encontrarte. Aunque la peor experiencia llegó a la hora de dormir gracias al ruido, un tanto inaguantable para mí, de mis vecinos roncando. Por supuesto esto último sólo fue mala suerte.

Triana Backpackers se encuentra en el barrio de Triana de Sevilla. Normalmente lo llaman el centro histórico. Está solo a 5 minutos andando desde el Puente Isabel II. Desde el exterior lo único que se veía era un pequeño letrero que indicaba que habíamos llegado a nuestro destino, pero cuando entramos dejamos de preocuparnos de si el hotel era realmente el nuestro o no, ya que el interior era muy impresionante. Aquí dejo algunas fotos:

Como puedes ver, el diseño interior está basado en azulejos de color blanco mezclado con otros colores, lo cual es una de las señas de identidad de Sevilla. Es algo de lo que me enamoré inmediatamente. Pero aparte de eso, los dormitorios y los baños estaban impecables todo el tiempo - un punto para el personal y para los residentes también - había una pequeña pero muy acogedora cocina y un salón comunitario con dos ordenadores y televisión que podíamos usar en cualquier momento, además de desayuno y wifi gratis, una terraza en la azotea con jacuzzi y 1 litro de sangría por 3 euros - sólo por mencionar algunas de las muchas cosas positivas que Triana Backpackers tiene que ofrecer.

Por todo esto, teniendo en cuenta en la factura que era el final de Semana Santa, pagamos más o menos 40€ por las tres noches. Puedo decir con seguridad que cada vez que vuelva a Sevilla en el futuro y necesite un lugar barato para alojarme, sé exactamente dónde ir.

La primera noche

Después de acomodarnos en la habitación y de haber recopilado toda la información que necesitábamos, fuimos a dar un paseo por Triana y terminamos al lado del río Guadalquivir. En realidad, lo que puedes ver desde Triana y la ciudad no es el río verdadero sino que hace de canal, mientras que el río real está desviado hacia otra parte de Sevilla. Caminando a lo largo del Guadalquivir, mi amiga encontró un lugar donde tenían caipirinha, un cóctel brasileño, así que pedimos uno y nos sentamos en una mesa desde la que se veía la otra parte de la ciudad.

Aunque estábamos muy cansados por el largo viaje, no queríamos volver al hostal después del cóctel, así que cruzamos el puente e intentamos descubrir un poco la zona más cercana. A esa hora ya tenían que ser las 7 o las 8, por lo que todos los bares empezaron a llenarse de gente y, además, el tiempo era muy agradable, lo que creó una atmósfera perfecta. Realmente sentí que el verano había empezado y que estaba de vacaciones.

Entre todas las cosas que habíamos visto en nuestra primera noche, encontramos un mercadillo cerca de Triana, donde vendían cosas deliciosas por precios tan económicos que decidimos comer allí al día siguiente. Además, encontramos una churrería fuera del mercadillo, dónde probamos unos churros deliciosos rellenos de Nutella. Estaban muy ricos.

Sólo después volvimos al hostal, y pasamos el resto de la tarde conociendo a nuestros vecinos un poco más y familiarizándonos con el hostal. La primera noche, conocimos a una chica argentina, un chico peruviano y un hombre holandés en nuestra habitación. Con el resto no hablamos mucho.

Era alrededor de media noche cuando nos fuimos a la cama y aunque estábamos realmente cansados, estábamos esperando a que llegara la mañana siguiente.

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