Dos días en la magnífica Sevilla

Éramos un grupo de seis chicas Erasmus. Decidimos visitar en enero una de las ciudades históricas más bonitas y mejor conservadas del sur de España. Planeamos este viaje unos tres meses antes y decidimos qué ver en Sevilla, pero aun así la ciudad nos sorprendió con su historia y la magnificencia del casco histórico y sus alrededores.

Sevilla es una de las ciudades más antiguas del mundo que se conserva intacta actualmente. Se cree que fue fundada por Hércules cuando viajaba por el estrecho de Gibraltar y el océano Atlántico. Más tarde los romanos conquistaron la ciudad, la llamaron Hispalis y la convirtieron en uno de los mayores mercados de la provincia de Hispania. Posteriormente los moriscos tomaron el control de la ciudad, entorno al s. VIII y construyeron el Real Alcázar de Sevilla, así como algunas partes de la Giralda y de la torre de la catedral de la ciudad.

Finalmente, Sevilla estuvo bajo el control del rey católico de Castilla, Fernando III, durante la conquista de Andalucía. Según cuenta la leyenda, la ciudad fue atacada durante quince meses hasta que por fin se rindió. Más tarde los Reyes Católicos transformaron todos los edificios musulmanes por la fe cristiana. Actualmente es fácil ver que la mayoría de edificios históricos tienen una mezcla de arquitectura gótica, árabe y cristiana. Es absolutamente increíble.

¿Cómo llegar a Sevilla?

Como estábamos en Faro, donde ya habíamos pasado dos días explorando la zona del Algarve, en Portugal, decidimos coger un autobús a Sevilla. La opción más barata era viajar con Flixbus, ya que nos costó unos 6 € llegar a Sevilla. En Faro tuvimos que ir a la estación de autobús, que está al lado de la de tren, y esperar enfrente de ella a nuestro Flixbus. Nuestro viaje a Sevilla duró unas dos horas, casi tres. El bus nos dejó en la estación de autobuses, que está a unos diez minutos del centro de Sevilla. En general, fue un viaje agradable y el bus no iba lleno, así que pudimos sentarnos unas al lado de otras.

Otra forma de llegar a Sevilla es en avión, yo diría que es la opción más rápida y también la más económica. Por desgracia, no había ningún vuelo directo desde Faro, así que por eso decidimos coger el autobús. Sin embargo, hay vuelos directos a Sevilla desde Lisboa, Oporto, Madrid, Barcelona y casi cualquier ciudad de Europa que tenga aeropuerto.

Cuando regresamos a Oporto sí pudimos coger un vuelo desde el aeropuerto de Sevilla que nos costó unos quince euros, fue bastante económico, y el vuelo duró una hora aproximadamente. Fue una experiencia muy agradable.

¿Qué tiempo hace en Sevilla en enero?

En Sevilla en enero hace bastante sol y calor, pero por las tardes refresca. Sin embargo, os aconsejo llevar ropa caliente y una chaqueta porque el tiempo es bastante impredecible.

En general, en Sevilla hace bueno todo el año. Vayáis cuando vayáis, esperad que haga sol y que los días sean calurosos. Algunos locales me contaron que en verano el calor es a veces insoportable, así que las mejores épocas para venir son primavera y otoño.

¿Qué beber y comer en Sevilla?

Uno de los platos que tenéis que probar sin falta es la paella. Normalmente está acompañada de marisco, pollo y otros tipos de carne, o incluso sin ella. En mi opinión, la mejor es la que lleva marisco. Está increíblemente buena.

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Otra opción en Sevilla son las tapas, unas pequeñas raciones de comida. Nosotras las probamos en un restaurante llamado Orio, cerca del Real Alcázar de Sevilla y también en el 100 Montaditos, que es un bar donde todas las tapas cuestan 1 € y podéis elegir entre una gran lista de opciones. Os recomiendo que probéis el 100 Montaditos, tienen las mejores tapas de Sevilla.

Si queréis mimetizaros por completo con la cultura hispanoárabe, podéis ir a un bar de shishas como hicimos nosotras. Pedir una shisha no es caro y es una experiencia divertida. Fuimos al Bámbola Café Teatro, cerca de la Alameda de Hércules y pedimos una por 15 €.

Si vais a Sevilla, os recomiendo que probéis el tinto de verano, una bebida hecha con vino, hielo y limón. Se sirve frío y es perfecto para los días calurosos de verano. Sin embargo, si queréis comprar vino y tomarlo en vuestro alojamiento, el mejor que encontramos en la tienda fue el Albali, un vino blanco español que estaba bastante bueno.

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¿Los free tour por Sevilla merecen la pena?

¡Sí, merece mucho la pena! Se lo recomendaría a todo el mundo que quiera saber más sobre esta increíble ciudad. Los guías dan información detallada sobre la ciudad y sus monumentos históricos y son muy serviciales cuando te acercas a preguntarles cosas sobre los diferentes lugares.

Nuestro tour empezó a las once de la mañana en la iglesia colegial del Salvador y terminó sobre las dos del mediodía cerca del Real Alcázar de Sevilla. Durante el tour paramos en un bar muy agradable donde servían bebida y comida y donde había sitio para descansar. Al final del tour gratuito, todo el mundo podía dejarle (o no) propinas a la guía.

Primer día en Sevilla

El primer día lo empezamos con el free tour gratuito de la ciudad, en el que pudimos pasear por Sevilla y conocer sus monumentos más famosos. Nuestra guía fue muy amable y compartió con nosotros información importante sobre la ciudad, consejos para visitar los monumentos y también nos enseñó algunos rincones ocultos. Además, nos recomendó comprar las entradas para acceder a la catedral de Sevilla en la iglesia colegial del Salvador, ya que allí podían hacernos un descuento para estudiantes y evitaríamos hacer cola para entrar.

Las columnas romanas en la calle Mármoles

Las columnas romanas son un lugar casi olvidado de Sevilla y no mucha gente conoce su historia. En la antigüedad había seis columnas que pertenecían a un templo romano, pero una la cogieron para llevarla al Real Alcázar de Sevilla y se rompió por el camino. Las otras fueron instaladas exitosamente en la Alameda de Hércules en el s. XVI y aún siguen allí. Las tres que quedan siguen en el centro de Sevilla, en el barrio de Santa Cruz, que es el barrio judío antiguo.

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El barrio de Santa Cruz

El barrio de Santa Cruz es conocido como el barrio judío y fue la zona más rica de la ciudad hasta el s. XV, cuando los judíos fueron expulsados de Sevilla. Más tarde, el barrio quedó deshabitado, pero solo hasta la ocupación francesa en el s. XVIII. Hoy en día, según los locales, los judíos viven en las afueras de la ciudad, lejos de lo que antiguamente fue su hogar.

Sin embargo, el barrio antiguo es la verdadera joya de Sevilla. Tiene calles estrechas y empedradas, pequeñas tiendas y restaurantes. Santa Cruz atrae muchos turistas con sus colores y monumentos históricos como las columnas romanas de la calle Mármol.

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Si queréis dar un paseo por este barrio, id a la plaza Virgen de los Reyes, que está al lado de la catedral. Desde allí, seguid recto y disfrutad del casco antiguo de Santa Cruz. Además, os recomiendo que busquéis los jardines ocultos y lugares para descansar, hay muchos. La plaza de Santa Marta es uno de esos lugares tranquilos y escondidos del centro de Sevilla, está justo al principio de este barrio. Se encuentra justo al lado de la plaza Virgen de los Reyes, justo detrás de la iglesia que hay. Es fácil de encontrar.

El Real Alcázar de Sevilla

El Palacio Real de Sevilla lo construyeron los árabes, concretamente los reyes de Taifas, entorno al s. X. Estos mismos habían conseguido el control de la ciudad dos siglos antes. Está completamente construido en un estilo morisco. Más tarde, cuando los Reyes Católicos llegaron en tiempos de la Reconquista, reconstruyeron partes de este palacio con elementos góticos y románicos, que aún hoy en día pueden apreciarse en muchas de las estancias. Posteriormente, estos elementos que se añadieron hicieron del palacio uno de los más importantes del continente, ya que integraba perfectamente diferentes estilos arquitectónicos.

El Real Alcázar de Sevilla es alucinante y está increíblemente bien conservado. Para entrar, accedimos por el patio del león, que es la entrada original y desde donde se llega a varias estancias decoradas con azulejos. Una curiosidad de estos azulejos es que son de dos tipos: de cerámica mayólica y de arista. La diferencia entre ellos es que los de cerámica mayólica son planos y están llenos de dibujos, mientras que los de arista tienen bordes convexos o con decoraciones.

Más tarde, entramos y vimos los preciosos azulejos que decoran habitaciones enteras. En mi opinión, mirarlos es hipnótico. En una de las estancias, hay una cúpula preciosa decorada con azulejos de diferentes tipos que crean el efecto óptico de ser oro. Finalmente, acabamos en el patio de los Levíes, un gran jardín interior desde el que se puede acceder a cualquier habitación del palacio.

Después fuimos al jardín del Príncipe, desde donde accedimos al palacio del Rey Don Pedro. Las estancias en él son más grandes que las de la Casa del Asistente y tienen pequeños balcones. Desde allí visitamos el patio de las Doncellas, que nos llevó hasta el Palacio Gótico. Allí encontramos los Baños de Doña María de Padilla, que pertenecieron a la mujer del mismo nombre, la que se creía que era la amante del rey Pedro I de Castilla. Los baños se llenaban únicamente con agua de lluvia y se han conservado muy bien hasta nuestros días.

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Desde allí llegamos al estanque de Mercurio, que era una piscina con una estatua de Mercurio en el medio y una cascada artificial. Justo detrás de ella, encontramos un camino para subir al muro desde donde vimos todos los jardines del palacio. El acceso a estas escaleras está justo al lado de la entrada al estanque de Mercurio, un poco a la izquierda. Desde el muro teníamos unas vistas increíbles. Palmeras altas, muchos arbustos verdes, fuentes, caminos estrechos y el Pabellón de Carlos V.

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Más tarde visitamos el jardín del Marqués de la Vega-Inclán, el jardín de los Poetas, el jardín del Laberinto, el jardín Inglés y las Grutas de las Sultanas. Todos estaban llenos de pájaros, pavos reales y patos correteando. Además, estaban repletos de vegetación, lo que le daba un aire sureño muy especial.

Entrar al Real Alcázar de Sevilla cuesta 3 € para estudiantes menores de 26 años. Sin embargo, el precio de la entrada normal es de 12,50 €.

Archivo General de Indias

El Archivo General de Indias está al lado del Real Alcázar de Sevilla y es famoso por guardar los archivos y mapas desde el s. XV sobre la historia de España y sus colonias. Por desgracia, no pudimos visitarlo porque estaba cerrado, pero se quedó en mi lista de lugares imprescindibles para el próximo viaje a Sevilla.

Metropol Parasol

Por último fuimos a Metropol Parasol. Es un edificio moderno en Sevilla desde el que se puede ver la ciudad o simplemente contemplar el atardecer. Desde lejos parecen un montón de champiñones en medio de la ciudad, así que lo reconoceréis fácilmente. Las entradas pueden comprarse un piso más abajo y subir cuesta 5 €. Mientras hacíamos cola vimos las famosas ruinas romanas y árabes en el Antiquarium.

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Segundo día en Sevilla

Tal como nos aconsejó nuestra guía el día anterior, fuimos a la Iglesia Colegial del Salvador para comprar las entradas para la iglesia y la catedral de Sevilla. El precio de las dos juntas fue de 5 € para estudiantes y menores de 26 años.

Iglesia Colegial del Salvador

El interior de esta iglesia católica es espectacular. Tiene un altar enorme en el medio muchos retablos cubiertos por completo con oro y ornamentos que representan varias escenas de la Biblia. Lo más impresionante de esta iglesia es que si entráis por otra puerta, acabaréis en un jardín aislado con una pequeña fuente y naranjos a su alrededor. ¡Maravilloso!

La catedral de Sevilla

La catedral de Sevilla es famosa por ser la tercera más grande del mundo y la más grande de estilo gótico. También fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto al Real Alcázar de Sevilla y el Archivo General de Indias.

Cuando los árabes controlaban este territorio, construyeron una mezquita en el s. XII donde está la catedral ahora. Actualmente, los restos de la mezquita se pueden ver junto a la salida de la catedral, donde también quedan en pie algunos arcos árabes.

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Más tarde, en la Reconquista, la mezquita fue transformada en catedral por el rey Fernando III. Posteriormente, en el Renacimiento, la catedral se siguió construyendo en la capilla. Su prominente torre se terminó de construir entorno al s. XVI y era uno de los edificios más altos de la zona.

Hay una historia muy interesante sobre las cadenas que rodean la catedral. Está relacionada con la época de la Reconquista y con cuando los Reyes Católicos gobernaban en la ciudad. Cuando sitiaron la ciudad y gobernaron sobre ella, construyeron la ciudad y, en sus alrededores, pusieron las cadenas que aún se pueden ver. Según cuenta la historia, las cadenas se pusieron para mantener alejadas a las personas pecadoras. Así, solo la gente buena y creyente podía entrar y rezar.

Cuando conseguimos entrar en la catedral, nos quedamos asombradas por su grandeza. Era maravillosa. Al principio, vimos el altar mayor, que es increíble. Es tan alto como la propia catedral y está hecho de oro. Al lado están el coro y la capilla de Nuestra Señora la Virgen de la Antigua. A su derecha está la tumba de Cristóbal Colon.

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Paseamos un poco por el interior y disfrutamos del patrimonio nacional español. Después salimos y fuimos al patio de naranjos. Más tarde volvimos a entrar en la catedral, pero esta vez fuimos a la izquierda para dirigirnos a la entrada de la Giralda. La torre no tiene escaleras, así que es mucho más sencillo y rápido subirla. El camino de subida es bastante ancho y caben tres o cuatro personas, así que en poco tiempo estábamos arriba. Desde allí pudimos ver muchos monumentos de Sevilla desde arriba.

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Uno de ellos fue la plaza de toros de Sevilla, donde se hacen corridas de toros. Más cerca estaba la Torre del Oro, una torre de observación construida en el s. XIII y utilizada como prisión en el s. XV. Por último, bajamos y fuimos directas a la plaza de España, donde planeamos el final del día.

Plaza de España

Mientras íbamos de camino a la plaza de España, pasamos por delante del palacio de San Telmo, una universidad para navegantes en el pasado y que actualmente es la sede del Gobierno de Andalucía.

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Después seguimos andando hasta que alcanzamos la colorida y soleada plaza de España. La plaza de España se construyó a principios del s. XX y su objetivo principal era mostrar la industria y la tecnología de España. En mi opinión, la parte más interesante de la plaza son las diferentes esquinas cubiertas con azulejos que representan cada provincia española y que están acompañados de un mapa donde se indican las ciudades más grandes de la misma. Otro dato interesante de la plaza de España es que los cuatro puentes que tiene representan a los antiguos reyes del país.

Finalmente, llegamos al parque de María Luisa para explorarlo un poco antes de ir al aeropuerto y coger nuestro vuelo de vuelta a Oporto.


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