Semana 3 en Santo Domingo (Quitándome el pelo malo y evitando "chapear")
Noche en Applebee’s para reencontrarse con viejos compañeros
Todavía no hemos ido a la playa y no creo que vayamos, pero eso no me ha importado mucho que digamos porque hemos tenido algunos eventos sociales que me han mantenido muy distraída. El otro día, por ejemplo, Alex y sus amigos del colegio quedaron de verse en el restaurante Applebee’s para festejar un cumpleaños. Eran sus amigos del bachillerato y en dominicana es común que los chicos vayan a estudiar a otro país, lo hace casi la mitad de los chicos que se gradúan porque hay mejores oportunidades en otras universidades. Cada verano o cada navidad suelen volver y hacen reuniones para contarse lo que han hecho hasta ahora.
El restaurante Applebee’s queda en la planta baja de la plaza donde está mi gimnasio (Planet Fitness) así que ya lo había visto muchas veces, pero no se me antojaba ir porque ya he ido un par de veces a los restaurantes de Applebee’s en México y no han sido mucho de mi agrado. Pero finalmente fuimos a la cena y resultó gustarme mucho más de lo que esperaba. Yo estoy en esa etapa de mi vida en la que quiero perder peso así que me pedí una ensalada, mi novio pidió una hamburguesa y una cerveza.
(Ensalada teriyaki con pollo y nueces, estaba deliciosa pero hubi un momento en el que el sabor del teriyaki comenzó a empalagar.)
Al final quisimos llenar nuestro segundo estómago con un delicioso postre. Definitivamente, el concepto que tenía del Applebee’s cambió por completo, sobre todo por el ambiente que había en el restaurante ya que contrataron a un hombre que llevaba una trompeta, un saxofón y un clarinete, así que nos deleitó con buena música durante toda la noche. Si quieren saber un poco más del restaurante a detalle (porque la verdad es una muy buena opción para ir) entonces métanse al link de abajo para leer un poco más al respecto y ver fotografías de nuestra comida y del restaurante.
(Nuestro delicioso postre.)
(Link de Applebee’s: )
La belleza sale barata en Santo Domingo
Una de mis cosas preferidas sobre esta ciudad es el costo de los tratamientos de belleza. Es increíble la cantidad de salones de belleza que hay, pero lo más impactante es que siempre hay mujeres esperando a ser atendidas, no importa si vas un jueves por la mañana o un viernes por la noche, siempre tendrás que esperar un poco.
Debido a eso, yo anhelaba con hacerme una manicure y una pedicura como la última vez que vine, así que la mamá de Alex me llevó a una estética para poder hacérmelo. El manicure y el pedicure me lo hicieron más o menos en 45 minutos y nunca me lastimaron. Puedes escoger que te pinten las uñas con los colores que ellas tienen, pero si usas esos colores te cobran extra, así que decidí pintármelas de un color salmón que traía la mamá de Alex. El salón de belleza a donde fuimos estaba por la sección de Honduras, así que estaba un poco más barato que los que se encuentran en Ensanche Naco, sin embargo, tienes que tener cuidado de la zona en la que te haces todo esto porque los precios son bastante variados. Las zonas caras son Ensanche Naco, Arroyo Hondo, y Bella Vista
(Mientras me hacían pedicure, que no me dolió nada.)
El costo de la manicure fue de $300 pesos dominicanos y de la pedicura también, en total pagué $600 pesos dominicanos que vendrían siendo más o menos como 13 dólares americanos. En lo personal, a mí se me hizo muy barato en comparación con los servicios de este tipo que se encuentran en México, sin embargo, pregunté en Silver Sun que es la plaza donde voy al gimnasio (en Ensanche Naco) y ambas cosas te las cobran a $1000 pesos dominicanos, aproximadamente $21.7 dólares americanos. ¿ya ven la diferencia de un lugar a otro? Y eso que mi novio afirma que el lugar a donde fuimos a hacérnosla todavía entra dentro de las cosas caras, que él sabe que hay lugares aún más baratos que eso.
La obsesión dominicana con “el pelo malo”
Algo que me ha impresionado mucho en este país es la obsesión que tienen las mujeres dominicanas con el “pelo malo”, pero antes de explicar tengo que hacer algunas aclaraciones sobre términos de belleza. Aquí el cabello rizado le dicen “crespo”, mientras que en México le dicen “chino”. Por el otro lado, al cabello lacio le dicen “chino” porque “así es como lo tienen los chinos”. Ya se imaginarán el relajo que era entenderme cuando les explicaba sobre las aventuras con mi cabello chino, me veían como una loca porque en México es al revés.
Ahora sí, volviendo al “pelo malo”… Resulta que en este país se le dice “pelo malo” al cabello que es sumamente crespo, muchos dominicanos tienen el cabello así debidoa sus raíces africanas. Lo feo de esto es que me han contado que el rechazo a este tipo de pelo ha llegado a niveles importantes, por ejemplo, hay escuelas privadas que les prohíben a las maestras llegar con el “pelo malo” así que tienen que pasar varias horas en el salón de belleza para alaciarlo antes de ir a trabajar.
Otro caso reciente que escuché fue el de una chica que fue a MINERD (Ministerio de Educación de la República Dominicana) a pedir una beca para estudiar al extranjero, cuando ella se enteró que no se la dieron fue personalmente a hablar con la encargada de las becas, que le dijo “yo no le doy beca a gente con el cabello como tú”. Esta situación ya ha salido en los periódicos y se han hecho varias parodias al respecto, pero no deja de impresionarme que en una sociedad globalmente avanzada éste tipo de discriminación sin fundamento continúe creciendo.
El alaciado más barato del mundo
En fin, debido a esta cultura donde tener tu pelo natural está mal se han creado miles de estéticas que debido a la alta demanda ya han encontrado sus mañas para atenderte muy rápido y barato. Uno de estos días decidí hacerme un alaciado, estoy acostumbrada a pagar mínimo $10 dólares en el lugar más barato que conozco de la ciudad donde vivo (obviamente pagamos en pesos mexicanos, pero decidí convertirlo para ustedes.)
(El alaciado con blower/secadora le da mucho más onda y volumen al cabello. Usualmente yo me lo alacio con plancha pero aquí todo es con secadora. Me gustó mucho cómo me quedó aunque el clima no ayuda a su permanencia.)
Le dije a Ana María que quería alaciarme el cabello, ella va a la estética una vez a la semana porque eso hacen las dominicanas. Suelen ir un día a la semana a la estética para que les laven el cabello (ellas llevan su bote de shampoo o tratamiento) y después se lo secan con secadora hasta que quede lacio. Normalmente ellas se lo dejan así durante varios días y en las noches se lo peinan en “tubi”, o sea, se enrollan el cabello alrededor de la cabeza y se lo sujetan con pinchos o pasadores para que se les mantenga el peinado, finalmente se ponen una malla para que se les mantenga así. No sé cómo le hacen para que el cabello no se les quede grasoso y la verdad me da pena preguntar, pero en Colombia pasa algo parecido y tengo entendido que se pasan “shampoo seco” o “talco”, creo que aquí deben hacer algo parecido.
En fin, me fui al salón de belleza y me lavaron el cabello durante diez minutos, me pusieron shampoo y me enjuagaron el cabello en tres ocasiones. Al inicio pensé que estaba muy sucio, pero me explicaron que aquí te lo lavan muchas veces. Tardaron media hora o menos en hacerme mi alaciado con secadora, pero quedó muy lindo. Lo mejor de todo esto es el precio, pagué $150 pesos por el lavado de cabello y el alaciado, que serían aproximadamente como $3.26 dólares americanos, es lo más barato que he visto hasta ahora y eso que estábamos en “Ensanche Naco” donde se supone que es más caro todo.
En los salones cerca de mi gimnasio hay ofertas como de pagar $1000 pesos dominicanos al mes (como $21.76 dólares americanos) por lavados ilimitados al mes. Siento que si viviera aquí no me alaciaría tan seguido porque debido a la fuerte humedad, el cabello no se me quedó así por mucho tiempo, al otro día ya se podían ver algunas ondas en mi pelo.
Del verbo dominicano de “chapear”: Las aventuras de ChapiBarbie y MariKen
(El poster promotor dela exposición con el color predominante y favorito de ChapiBarbie: rosa)
El viernes en la noche, la Ana María y su esposo iban a salir con una pareja a una exposición fotográfica y decidieron invitarnos, así que ya seríamos tres parejas, aunque nosotros teníamos miedo de incomodar al ser una pareja como veinticinco años más joven. Como sea, decidimos ir y no me arrepiento de nada porque fue una de mis mejores noches.
La exposición fotográfica de Las aventuras ChapiBarbie y MariKen fue idea de dos increíbles fotógrafos que querían hacer una fuerte crítica a la sociedad dominicana y vaya que lo lograron. Alina Vargas-Afanasieva y Yeimy Díaz son dos fotógrafos dominicanos con bastante trayectoria que se encargaron de todo, ellos mismos fueron los modelos, se encargaron de la toma de fotografía, de la edición y en la exposición organizaron todo el diseño.
En esta exposición todo era de rosa y parecía que estábamos viendo a una Barbie y a Ken, que en este caso en vez de ser el eterno novio de Barbie la hacía de su confidente amigo gay. Se puede percibir a una Barbie diferente, a la que sólo le importa lo que la sociedad piense de ella, preocupada por poner sus mejores fotos en Instagram, lucir un cuerpo envidiable, ir de “shopping” y lo más importante, hacerlo todo para conseguir el dinero de un hombre. En República Dominicana, le dicen “chapeadora” a toda mujer que está con un hombre únicamente por su dinero, lo suele acompañar a eventos sociales y en ocasiones (si ella lo quiere) hay sexo. Estos hombres tienen mucho dinero y están listos para cumplirles todos sus caprichos estéticos.
(Decorado con cabellera que representa las extensiones que las "chapeadoras" frecuentan.)
Luis Graham fue el encargado de hacer una reseña reflexiva de esta exposición y lo que más me gustó fue que dijo algo que no sólo hacen las chapeadoras sino que últimamente hacemos todos: “la identidad, la estética y nuestros códigos sociales que se nos han vuelto cotidianos en nuestro andar citadino.” Tengo entendido que la exposición va a estar hasta el 7 de agosto en el Centro Mirador, por si están interesados de ir. También pueden seguirlos en su Instagram donde están como “chapibarbieymariken”.
Lo que más me gustó de la exposición no solo fueron las fotos, sino la originalidad de la idea y el diseño del lugar de exposición. Por ejemplo, en cualquier fotografía siempre hay una descripción abajo donde dice el nombre del cuadro o fotografía, pero en esta ocasión eso fue sustituido por un pantallazo de la aplicación de Instagram para hacerlo más original.
(Una manera muy original de presentar el nombre de cada fotografía. Fíjense mucho en los detalles porque no se llama "instagram", se llama "chapigram".)
Hay un cuarto donde hay cientos de billetes colgando del techo, y estos fueron diseñados por los fotógrafos, se puede apreciar la originalidad al llamarlos “chapi pesos” y ponerle que son de la “república del chapeo”.
(El cuarto donde están todos los billetes colgando.)
Les recomiendo mucho ir a esta exposición en el centro mirador, pero más que nada les recomiendo disfrutarla con copa en mano y quedarse después a cenar por ahí, ya que hay músicos y noches de jazz que de seguro les encantarán.
(El lugar está decorado como un lounge.)
(La parte exterior esmuy elegante.)
(Así se veía la decoración interna del centro mirador. La piedra es real mientras que las estalacticas, no)
El regalo de un fotógrafo (más lindo no pudo ser)
La amiga de Ana María iba con su esposo, que es un fotógrafo muy conocido, ya que a cualquier lugar a donde íbamos había gente que lo saludaba. Estábamos todos sentados platicando en el centro mirador con Alina Vargas-Afanasieva, la fotógrafa de la exposición de Las aventuras de ChapiBarbie y Mariken. Los fotógrafos siempre traen en mano su cámara y esta ocasión no era la excepción.
Recuerdo muy bien que nos miró a Alex y a mí, nos preguntó “Si les hago un regalo, ¿quién se queda con él?” y le respondimos “los dos”. En ese momento le dijo a Alex que se pusiera detrás de la silla donde estaba sentada y que sonriéramos. Después de un flash que nos dejó cegados por unos minutos nos dimos cuenta que la cámara que él traía no era una común y corriente, era una antigua de las que revelaba las fotos en ese momento. Después de esperarnos unos cinco minutos pudimos ver el resultado de su obra, una hermosa fotografía muy inesperada pero bonita. Más adentrada la noche nos dijo que nos iba a hacer una sesión de fotos antes de que nos fuéramos a México, porque ya compramos nuestros boletos de avión para regresarnos el 6 de agosto (así es… nos queda poco tiempo para disfrutar de este hermoso país.)
(Con nuestro regalo que fue la cerea del pastel esta noche.)
Disfrutando la cena en Nina’s
(El diseño muy retro.)
Después de la exposición fotográfica fuimos a la Zona Colonial, que es algo que deben visitar cuando vengan a Santo Domingo porque se encuentra el Alcázar de Colón, que es uno de los edificios más antiguos. Lamentablemente de las dos veces que he ido ha sido de noche, entonces no he podido apreciar bien la Zona Colonial a plena luz del día.
(Nuestra bebida.)
En la zona colonial hay muchos restaurantes muy lindos, con mucha buena música y cultura. Uno de ellos es Nina’s donde tienen su happy hour, comida deliciosa y un ambiente inmejorable, ya que contrataron esa noche a un guitarrista que deleitó a todo el restaurante. El diseño está espectacular, venden collares, hay muchos libros que puedes tomar para leer mientras disfrutas tu café y los cuadros que cuelgan de la pared también son muy originales.
La comida estaba bastante rica porque me supo a comida mexicana aunque el restaurante no era de comida mexicana. Puedes pedir paninis, quesadillas, ensaladas de garbanzo y tocino, dips y taquitos. Eso sí, el restaurante no está muy barato que digamos, pero el precio es bastante justo considerando la calidad y el sabor de la comida.
(Los "taquitos" que pedimos.)
Conociendo el Centro Comercial Sambil
Mi novio se inscribió a un torneo con su hermano del juego Melee (Be Smash 2016), de Nintendo. Por supuesto que yo tenía que ir a echarle porras y ser todo un apoyo moral, pero también moría por conocer el que dicen que es el centro comercial más grande del Caribe.
Llegamos muy temprano a Sambil, que se encuentra en la avenida Kennedy que es bastante concurrida. Pagamos por entrar al torneo porque, aunque no jugaras tenías que pagar. La competencia tardó mucho en empezar, así que decidí ir a darme vueltas por el centro comercial. Primero me compré un café en el que vendría siendo “el Starbucks de República Dominicana” o “el Juan Valdés de Colombia” y aquí es: Café Santo Domingo. Ellos tienen su propia marca de café (que sabe mucho mejor que el de Starbucks) y hay muchas franquicias en donde puedes animarte a probar uno.
Estuve paseando por las tiendas y me compré una linda blusa para el calor que costaba sólo $600 pesos dominicanos (tras una rebaja del 60%) que al final vendrían siendo como $13 dólares americanos. También me compré un par de zapatos que costaron $1400 pesos dominicanos, como $30.42 dólares americanos porque en la compra del primero, el segundo salía a mitad de precio. Esta tienda tenía modelos que me gustaron mucho y que no encuentro en México, así que por eso decidí comprarlos. Si quieren ir a esta tienda se llama “Payless” y la marca es American Eagle.
(Muchos piensan que es de American Eagle Outfiters pero es de la marca de Payless.)
El mundo acuático de Sambil
En medio de la plaza hay grandes peceras que a la gente le gusta contemplar, tienen un gran tamaño, pero de seguro nada comparado al acuario que tienen en la planta baja. Para entrar ahí hay que pagar adicional, pero yo ya no quería gastar mucho, así que decidí abstenerme de entrar y mejor disfrutar la pecera gratuita.
(La exposición de carros.)
(El torneo de Melee 2016)
En este centro comercial tiene un área de comida rápida arriba y Palacio del cine, que es otra compañía de cine dominicano a parte de Caribbean Cinemas, que es la otra opción. Nos metimos a ver la película de “Now you see me 2” y decidí probar el famoso refresco de merengue, que no hay en México. El sabor no era malo, pero tampoco puedo decir que me gustó mucho, lo que sí me llamó la atención es que las palomitas no tenían mantequilla, el sabor natural sabía raro sobre todo sabiendo que las habíamos comprado en el cine.
(El refresco de merengue se ve naranja y el sabor no es a merengue, pero tampoco supe distinguirlo.)
Después de ver la exposición de carros que había en la plaza, decidimos irnos a la casa de los abuelos de Alex, los chicos estaban un poco tristes porque en la competencia no pasaron de la primera ronda, pero después de ver la película en Palacio del Cine y de comprar un delicioso burrito en “Los 3 mariachis” los ánimos en general subieron. Yo jamás iba a estar triste porque acababa de comprar un par de zapatos, una blusa y conocer otro centro comercial de Santo Domingo.
La próxima semana será nuestra última semana aquí y eso me pone muy triste porque no quiero regresar a clases. Siempre siento que me faltó más por conocer, pero creo que todos sentimos eso cuando vamos a un país nuevo y no nos queremos ir. Nos vemos en la próxima (y muy melancólica entrada) de la semana 4.
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