Descubriendo el camino portugués

Fue formidable realizar un camino a pié sola durante 5 días, con un propósito espiritual (el encuentro conmigo misma), contemplativo (admiración de los paisajes y la naturaleza), de agradecimiento al Universo y los seres supremos por la abundancia en mi vida y de meditación en la tolerancia, humildad y el amor. Atravecé bosques, puentes, túneles, caminos rurales, caminos urbanos, desde la hermosa ciudad medieval de Tui al sur de Galicia, colindante con el norte de Portugal y bañada hermosamente por el río Miño y su paseo fluvial, tras 30 km me encontré con la inolvidable Redondela y el ángel de mi camino, Rosa de Abreu, quien masajeó con amor mis pies para poder continuar con mi meta. Avanzando entre parras, a la sombra de arboles o bañada por el sol muchas veces avancé un segundo día hasta la casi inalcanzable Pontevedra (pues estuve a punto de desistir por el dolor en los pies y las incipientes llagas), sin embargo, la fuerza del camino y de los peregrinos me impulsó otros 18 km hasta la hermosa Caldas de Reis, donde la sincera y sencilla conversación con Fina y Cristina me dieron el aliento y calidéz necesaria para ese día, un albariño me hizo olvidar temporalmente las marcadas llagas en mis pies, e incentivó el deseo de continuar más animada al siguiente día hasta Padrón, donde mi siguiente ángel Pepe me sirvió un delicioso café y me dio su bendición, fue en ese maravilloso lugar, cuna del gran Camilo José Cela donde me enamoré de las croquetas de pulpo y la cerveza local. Convencida q el Universo me había favorecido con este viaje tuve la certeza q llegaría a respirar el aire de Santiago, fué así como el 13 de Agosto, despues de mucha introspección, reflexión pero tambien de compartir con otros peregrinos y breves compañeros de la vida llegué a la hermosa y magnífica Santiago de Compostela, cojeando, cansada, sudada pero emocionada y muy agradecida con la vida de estar ahí, reclamando con orgullo y satisfacción mi Compostela y diciéndome a mi misma "Buen Camino Denia". Cada vez q recuerdo ese viaje siento q mucho de mí quedó ahí, q me encantaría volver y charlar con Rosa, con Fina, con Pepe, repetir la experiencia, aunq yo no seré la misma, ni el lugar será el mismo, estoy segura q seguiré descubriendo ese y otros caminos.