Lugares que hay que ver por lo menos una vez en la vida. Galicia.

Cuando se realiza un viaje siempre intentamos ver aquello que nos recomiendan. Uno no puede ir, por ejemplo a Santiago de Compostela y no visitar la Catedral, ciertamente sería imperdonable no hacerlo. Pero, están esos otros rincones maravillosos, que no nos recomiendan en las agencias y catálogos de viajes y que son verdaderas maravillas.

Hoy os voy a hablar de alguno que me han contado y que pienso incluir en mis viajes futuros por todo el territorio nacional, lugares donde el sosiego, la calma y la naturaleza en estado puro dicen que son los reyes.

Uno de ellos es Carnota, que tirando de Google maps, veo que está situado al suroeste de la Coruña. Cuenta con una playa de aproximadamente7 kmde largo, bueno esto en principio no sería nada excepcional si no fuera porque, es uno de esos lugares que aún no ha sido invadido por el turismo masivo que en otras entradas he comentado y que muchas veces destruye los paisajes en si. De arena blanquísima, está en una zona a la que está prohibido acceder con el coche, con lo que resulta un paraíso. Después de darnos un baño en esas cristalinas aguas podemos seguir en esa zona porque seguiremos encontrando cosas  interesantes.

Muy cerca de la playa se encuentra uno de los hórreos más grandes de España, (aunque ellos digan que es el más grande), mide 35 metrosde largo.  Forma parte de un conjunto arquitectónico e histórico de gran belleza e importancia y se encuentra junto a una casa solariega, un palomar y la iglesia de Santa Comba . Los hórreos se utilizaban hace siglos para preservar las cosechas, sobre todo de maíz y patatas. Su separación del suelo hacía posible su conservación sin humedad y su buena aireación y oscuridad hacía que los alimentos duraran mucho más tiempo. Además la separación de los pies del cuerpo, estaba formada por“tornaratos”que su función era mantener las cosechas fuera del alcance de los ratones y otros roedores. (Como desconocía lo que eran lostornaratos, he investigado y he descubierto que son los voladizos que se ponen sobre las columnas que sostienen los hórreos).

Que los hórreos estuvieran cerca de la iglesia y las grandes casas solariegas tenía una explicación y era que pertenecían a éstas, ya que el clero cobraba el famoso diezmo, que no era otra cosa que el diez por ciento de la cosecha. El hórreo de Carnota fue construido en el siglo XVIII, durante los años 1768-1783.

Podemos seguir el viaje por la llamada Costa da Morte , hacia Fisterra, Finisterre (el fin del mundo), donde disfrutaremos de incomparables vistas , el viaje debe ser lento, disfrutando del paisaje, de los colores y de los olores  de los bosques de eucaliptos. Bordearemos el cabo de Cee, desde donde podemos deleitarnos con una impresionante vista de la ría y si el día está más o menos claro divisaremos las Islas Lobeiras, llamadas así porque en ellas habitan lobos marinos. Llegados  “al fin del mundo” debemos perdernos por sus estrechas calles, disfrutar  de todo lo que este paraíso nos ofrece. 

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