Café Sevilla
¡Hola de nuevo a todos y bienvenidos un día más a mi blog! Hoy vengo a hablaros de un restaurante que hay aquí en San Diego: Café Sevilla. Como podréis deducir por el nombre, no se trata de un restaurante americano, ni italiano, ni chino... ¡se trata de un restaurante español!
Ya llevamos aquí casi cinco meses y yo la verdad es que una de las cosas que más echo de menos de España es la comida... Por ello, buscamos un poco de información sobre sitios en los que poder comer comida española aquí en San Diego y este fue el mejor que encontramos. Tenía bastantes buenas opiniones, y además varias personas me lo habían recomendado, así que decidimos ir a probarlo...
El restaurante está en Downtown, la zona de San Diego que os dije que se caracterizaba por su cantidad de variedad de restaurantes y locales nocturnos. Antes de empezar a contaros mi opinón y alguna que otra curiosidad sobre el restaurante, os voy a dejar por aquí la página web por si tenéis curiosidad: https://www.cafesevilla.com/san-diego/menu/brunch-menu/
La zona en la que está el restaurante mola muchísimo. Las calles tienen siempre muchísimo ambiente y además suelen estar decoradas con lucecitas, lo que le da un toque bastante especial. En concreto, el local está bastante bien y os dejo por aquí una foto de cómo es por fuera para que os hagáis una idea:
Lo siento mucho por la calidad, pero era de noche y no se veía mucho. He de decir que el Café Sevilla no es únicamente un restaurante, sino que también tiene una sala al lado que es una especie de discoteca en la que ponen música española...
Además, en el propio restaurante tienen música en directo. Nosotros cuando llegamos nos encontramos a una mujer bailando flamenco encima de la tarima, y el señor que la acompañaba únicamente cantaba cosas en español. Me sentí totalmente como si estuviese en Andalucía... Aquí os dejo una foto de la mujer dándolo todo mientras bailaba:
Algo que me hizo muchísima gracia es que en la zona de la barra tienen puesta una bandera gigante de España con un toro, y no pude evitar hacerle una foto:
La verdad es que en general el restaurante está puesto bastante original y la decoración que tiene está muy guay. No pude evitar hacerle una foto a este cartel en medio de todo el restaurante que decía "Tapas Bar".
Sin embargo, lo de Tapas Bar en mi opinión se quedó un poco (por no decir bastante) en el intento. Ya os he contado que el local en sí molaba mucho y que la decoración estaba muy guay, pero ha llegado la hora de hablar de la comida, y eso no está tan bien como me esperaba...
Nosotros estamos acostumbrados a la deliciosa comida española y quizá por eso lo que comimos aquí no me gustó tanto. Igual para una persona que no está acostumbrada a comer una tortilla de patata de La Búha (el mejor restaurante de Madrid para comer tortilla de patata) o unos calamares a la romana en alguna terraza de Andalucía la comida de aquí está bien, pero para mi la verdad es que no...
Es cierto que la carta podía parecer una carta de una terracita de Conil de la Frontera, pero el sabor ya es otra cosa... He de decir que obviamente no probé todos los platos, así que esta opinión se basa únicamente en lo que yo probé. Teniendo en cuenta mis platos preferidos españoles, decidimos pedir para compartir entre tres:
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Croquetas de jamón
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Pulpo a la gallega
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Calamares
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Tortilla de patatas
Por el nombre parecía que iba a ser todo como en España pero no fue así, y aunque las fotos que os dejaré a continuación tienen buena pinta, no todo estaba rico. Es cierto que las croquetas y los calamares me gustaron un montón y sí que los recomendaría, pero los otros dos platos para nada...
El pulpo a la gallega estaba malísimo, de verdad. Yo suelo ser bastante positiva y siempre me gusta todo, pero este plato no había por dónde cogerlo. De hecho lo mejor eran las patatas que acompañaban al pulpo, así que con eso creo que os lo estoy diciendo todo.
La tortilla era de todo menos tortilla de patata. Parecía un poco una "quiche" francesa y la verdad es que no estaba muy rica. Además te ponían un pincho súper pequeño, cuando por el precio que costaba (nueve dólares) en España te ponen una tortilla entera. Esto también es algo negativo a destacar, ya que los precios eran bastante altos...
Os dejo por aquí un par de fotos de la comida pero ya os digo que no os fiéis mucho del aspecto, porque aunque es cierto que parece que estaba todo riquísimo, lo único salvable eran las croquetas y los calamares:
A parte de las tapas también sirven paella, aunque no os puedo decir qué tal está porque no la probé. Sin embargo, también debo confesaros que no creo que vaya para probarla.
Además de la comida pedimos un barril de sangría para compartir entre todos, y esto sí que es verdad que estaba muy rico. Eso sí, el precio también demasiado alto para que lo que era...
Éramos un grupo bastante grande, ya que creo recordar que éramos unas doce personas. Aún así llamamos para reservar esa misma mañana y nos prepararon una mesa para todos. La camarera era bastante agradable a pesar de que siempre trabajar con mesas tan grandes es mucho más incómodo.
La única pega que pondría es que tardaron mucho en servir los calamares. Habíamos pedido dos raciones y las trajeron súper tarde, de hecho tuvimos que preguntarles si se habían olvidado porque nos parecía súper raro... Además, también tuvimos que quejarnos porque tal y como os he comentado previamente, el pincho de tortilla era súper pequeño, pero es que el que le trajeron a dos de mis amigas era excesivamente pequeño. Lo bueno es que les trajeron otro, por lo que tuvieron dos pinchos por el precio de uno...
Pues bien, después de cenar vino la mejor parte de la noche. A pesar de que la comida no estaba muy rica y tuvimos que pagar bastante más de lo que teníamos pensado, la siguiente parte mereció muchísimo la pena.
Ya os he comentado que ponen música en directo, y pusieron a un grupo que tocó un montón de canciones en español (ya sabéis que yo en cuanto escucho música latina automáticamente me pongo contentísima). Al principio únicamente estábamos escuchando pero después nos animamos y empezamos a bailar. Pasamos un muy buen rato, y después pusieron un DJ para seguir bailando un buen rato más.
La verdad es que en resumen nos lo pasamos muy bien, y aunque no repetiría el restaurante para comer sí que me gustaría ir otro día para bailar un ratillo, porque la música estaba súper bien y el ambiente que había también.
Para despedirme os voy a dejar aquí un par de fotos, la primera con mi grupo de amigos, todos súper sonrientes porque aún no habíamos probado la comida y teníamos grandes expectativas en ella; y la segunda del mural que había en la pared que me pareció súper chulo.
Y dicho esto, no me queda nada más que añadir así que... ¡hasta el próximo día!
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