Róterdam: mi primera vez en los Países Bajos

En invierno de 2017 era una chica que quería irse de viaje y experimentar cosas nuevas.

Después de buscar información, pensé que estudiar fuera sería una buena opción. Fue entonces cuando descubrí la Universidad Erasmo de Róterdam. Mi sueño era estudiar allí... (al final acabé en otro sitio, pero bueno, nunca sabes qué te deparará el futuro).

Y así fue cómo acabé de un día para otro en Róterdam.

Era la primera vez que viajaba a otro país sola, con 18 años, por lo que fue una experiencia bastante intensa desde el principio.

Llegué allí sin conocer a nadie y sin saber lo que iba a hacer. Encontré trabajo, hice buenos amigos y me fui de allí ¡con muy buenos recuerdos!

Estar en un país nuevo fue, para mí, algo emocionante y muy divertido, di un gran paso en mi vida.

Resultó ser una gran experiencia y no cambiaría nada de ella.

En mi primer día en Róterdam, lo primero que hice fue ir a un hostal (que acabó siendo mi lugar de trabajo y donde formé una familia durante los meses siguientes).

Para mí, incluso el hostal era algo nuevo. Había gente de muchos países, estudiantes, mochileros y otros viajeros.

Róterdam es una de las ciudades más grandes de los Países Bajos y, aunque no sea tan turística como Ámsterdam, es una ciudad activa y con muchas opciones.

Gracias a su universidad tiene miles de estudiantes internacionales y holandeses, lo que le da cierto encanto a la ciudad.

Para mí todo era nuevo y estaba entusiasmada con conocer a toda la gente posible.

En ese momento mi inglés era bastante malo, pero me sentía muy cómoda, por lo que no tuve problemas en comunicarme con los demás.

Desde el primer día que empecé a explorar la ciudad y a ver las oportunidades de trabajo, pensé ¿por qué no hacer amigos?

No es la típica ciudad holandesa. Tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, todo se reconstruyó con una arquitectura moderna y futurista. Todavía se pueden ver por toda la ciudad las marcas donde cayeron las bombas.

Buscar alojamiento fue todo un reto, ya que mucha gente estaba buscando piso al mismo tiempo que yo.

Tuve que quedarme en hostales, hacer couchsurfing (alojamiento gratuito en casa de terceros), quedarme en casas de amigos y cambiar de habitación tres veces hasta que por fin conseguí compartir piso con tres chicas más.

La ciudad está siempre activa, pero los fines de semana lo mejor que puedes hacer es ir a Witte de Withstraat, una calle llena de bares y pubs, para todo tipo de gustos.

La ciudad se divide en dos partes y se conecta con un puente precioso que se llama Erasmusbrug, por el que puedes pasar andando, con coche o en bicicleta.

Las ciudades holandesas son famosas por su tradición de ir en bicicleta. En los Países Bajos hay más bicicletas que personas y pueden robarte la tuya muy a menudo, pero puedes conseguir otras bicicletas chulas por muy poco precio... así que ni tan mal.

Encontrar trabajo sabiendo solo inglés fue sencillo aquí, en restaurantes, bares y hostales. Lo difícil fue el largo proceso de conseguir el BSN —el número de identificación de los Países Bajos— pero una vez conseguido, ¡lo demás está chupado!

Os recomiendo el mercado municipal, todos los martes y sábados, donde puedes encontrar frutas y verduras por poco precio, instrumentos musicales y ropa elegante. Está en la plaza donde está el Markthall, otro edificio moderno con restaurantes y delicatessen de todo el mundo.

Si te gusta la fiesta, la arquitectura moderna y la gente simpática, ¡Róterdam es esencial!

Disfruta de esta ciudad. Espero que te guste tanto como a mí...

Espero volver pronto y recordar todos los buenos momentos que viví...

¡Un saludo para mis amigos de allí!

Os veo pronto...

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Fay

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