El carnaval de Rio 3
Seguimos en esta publicación con la experiencia del carnaval, al momento les he contado un poco de la diferencia entre un bloco y el sambódromo, de algunos lugares muy concurridos durante el carnaval, pero aún no les he dado las fechas, ni que lugares visitar mientras aprovechan su viaje a Rio.
Unas fechas no tan exactas.
El carnaval de Rio viene de tradición cristiana, como muchos de los carnavales en todo el mundo, se celebra el viernes antes del miércoles de ceniza al miércoles de ceniza, cuando comienza la cuaresma, para los no católicos, son los cuarenta días antes de la pascua donde se purifica y desintoxica el cuerpo y alma, como estas fechas son variables en el calendario gregoriano, el inicio y termino del carnaval también lo son, aproximadamente es en las primeras dos semanas de marzo, pero eso solo es “oficialmente”, en realidad la gente comienza a celebrar el carnaval casi casi desde enero, con pequeños blocos no tan recurrentes y con gente empezando a tomarse sus vacaciones, pero es una semana antes y una semana después, cuando empieza a existir un enorme flujo de personas en las terminales, en los aeropuertos y en las calles.
Mi mayor sorpresa.
Lo que realmente me sorprendió del carnaval no fue la cantidad de gente bebiendo, bailando y haciendo ruido por todas partes, no fueron la infinidad de disfraces exuberantes, alocados y bizarros, no fue siquiera el que me hayan robado, mi mayor sorpresa ocurrió cuando estábamos paseando por una de las calles principales del centro en búsqueda de un banco para poder retirar algo de efectivo y percatarnos que éstos estaban tapizados, completamente cubiertos con placas de madera como si se trataran de obras en construcción, lo que me hace pensar ¿qué tan frecuente han asaltado, boicoteado o hecho motines en los barcos, como para que el hecho de cubrirlos se haya convertido en una práctica común?.
Una cosa que les irán diciendo frecuentemente es que tengan mucho cuidado, que hay muchos robos, muchos asaltos e inseguridad, suelen decirlo de muchos países en realidad, me advirtieron incontables ocasiones de Barcelona, de Madrid, de Nápoles, de Colombia, Amsterdam, a decir verdad me han advertido de más lugares que a los que he ido, pero debo serles franco que para la vez que yo visité Río, no solo fue el hecho de que me hayan advertido, sino que la inseguridad se sentía, había lugares en los que la vibra era muy pesada y no te sentías cómodo caminando por ahí, algo que suele ocurrir es que la policía se queja del poco apoyo por parte del gobierno y que hay poca paga entonces recurren a las huelgas, y dejan de trabajar por un corto periodo, pero en ese periodo muchos pobladores aprovechan para hacer de las suyas.
La vez que me robaron en Brasil.
Lo comenté muy vagamente anteriormente, pero les contaré más detalladamente como, cuando y como me robaron para que puedan estar prevenidos o tengan un sentido de alerta en alguno de sus viajes.
Yo suelo tener la desventaja/ventaja de que cuando comienzo a tomar me hago amigo de todos a mi alrededor, se me nublan mis prejuicios y veo lo mejor de cada persona, este hecho me llevó a separarme de mis amigos por unos momentos y perdernos por el resto de la tarde, es frecuente que con toda la cantidad de personas sea fácil que tu grupo se separe, en especial si hay alcohol de por medio y alguno se vuelve amigo de todos como yo. Me fui conociendo diferentes personas, y terminé en una de las “fiestas” callejeras que se hacen en Lapa, donde una bocina con funk brasileño va atrayendo a la gente y muchos brasileños se integran a bailar (muchas de sus canciones ya tienen una coreografía), empezó a oscurecer y mi sentido de seguridad comenzaba a advertirme de mi imprudencia, y caminé rumbo al departamento que habíamos rentado, me había dado cuenta que no tenía una clara idea de como llegar, eran los primeros días y aun no me grababa el camino a la perfección, divague un poco por algunas calles, evitando en las que se veían grupos de personas sospechosas o poca iluminación y estaba caminando en una de las más transitadas pero que extrañamente se encontraba vacía en ese momento cuando tres jóvenes, o mejor dicho niños, salieron de la nada y me abordaron gritando como desesperados “celular” (es igual que en español pero con un acento chistoso) y “carteira” (que significa cartera o billetera), como había seguido el consejo de muchas personas, me encontraba con un short sin bolsas, una de esas bolsas delgaditas (se le conoce como riñonera en México) para guardar dinero por debajo del short y sin celular, entre los tres me esculcaron, uno de ellos se agacho y me dio un ligero golpe en la entrepierna, no sé porque, pero estuve muy calmado todo el tiempo y únicamente les repetía que no tenía nada, se fueron velozmente y por fortuna el asalto se quedó únicamente en eso, un susto.
En el hostal que rentamos la última noche de nuestra estadía en Brasil, a un extranjero le robaron en la puerta mientras esperaba a su uber, regresó muy molesto porque le acababan de quitar su celular y no podía hacer nada al respecto, esa sensación de impotencia es lo que más se siente.
Amigos por doquier.
El ambiente de alegría, festividad y sabor, hace parece ese enorme carnaval como una fiesta fraternal masiva, puedes hablar con todos (si no hablas portugués te puedes dar a entender, algunos brasileños prefieren que les hables en inglés o algunos otros en español) terminas conviviendo con diferentes grupos y algunos se quedan como amistades de largo plazo, mi estadía en Rio de Janeiro fue de una semana, y nuestro Airbnb fue de cinco días si no mal recuerdo, por lo que los siguientes dos días me hospedé en un hostal, ¿quieren saber la diferencia de precios del último día a el día siguiente por una habitación compartida? La primera noche costó cien reales, lo que equivale a un aproximado de veintitrés dólares, y en la segunda el precio disminuyó considerablemente a menos de diez dólares; en el hostal conocí a un grupo de diferentes nacionalidades con los que viajé a ver el Cristo Redentor y el parque Lage ubicado dentro la extensión del Parque Nacional de la Tijuca.
En la fotografía: un grupo de amigos del carnaval, a lo alto se ve la botella de Salvagem que les había mencioando en la publicación anterior.
En la fotografía: Otro grupo de amigos fugaces.
En la fotografía: Otros tantos amigos espontáneos.
En la fotografía: más amigos.
En la fotografía: un grupo de mexicanos que casualmente tambien son de la misma ciduad en la que crecí.
Esta publicación de Rio se complementa con la de algunos lugares que tengo en mi perfil: Museo do Amanha, Pan de azúcar, Santa Teresa, el cristo de Corcovado y el lago Lage.
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