Mi primer trabajo en Italia: vivir o morir

¡Hola a todos! Espero que se sigan encontrando muy bien, se deben de haber preguntado el porque de mi silencio por casi un mes en tiempos en donde más bien debería de publicar algo todos los días, hoy voy hacer una especie de catarsis sobre lo que estuve viviendo en mis últimas semanas aquí.

Todo parecia color de rosas pero...

Como toda persona que esta de vacaciones y quiere seguir adquiriendo experiencia, les cuento que estuve buscando un trabajo en Rimini finalmente luego de casi unas dos semanas de búsqueda pude encontrar un trabajo como recepcionista en un hotel de tres estrellas, esta vez no de Rimini sino de Riccione la cuál queda como a unos 30 minutos en bicicleta desde Rimini.

Mi experiencia en un family hotel de Riccione :S

Riccione al igual que Rimini es parte de esta costa romagnola caracterizada por ser cuna para la diversión y las distintas familias italianas que llegan en estas épocas de verano europeo, pues bien yo empecé a trabajar en un hotel dedicado a la familia y a los niños, por razones de reserva y respeto no voy a decirles el nombre pero les voy a contar que los dueños son una pareja de esposos con más de 60 años cada uno la cual se jactaban como insignia de tener mucha experiencia en este rubro y de tener una cartera amplia de clientes que llegan a su negocio de generación en generación.

¡No soy un inexperto! 

Les cuento que en el sector hotelero no soy para nada inexperto, tengo ya un par de líneas que se ha ido acumulando a través de mis experiencias en mi querido Perú y una experiencia en USA como housekeeping, esto quiere decir que a mi nadie me puede engañar sobre como limpiar una habitación de un hotel ya que he aprendido mucho de personas que me han ido enseñando de manera desinteresada cada uno de sus conocimientos adquiridos para que yo también las pueda ir transmitiendo, en fin, hoy no quiero hablar de mi pasado laboral sino precisamente de este último que me toco vivir.

Te propongo

Cuando tuve mi entrevista con quienes serían mis futuros jefes, quedamos en que iba a tener 6 días de trabajo de ocho horas y un día de descanso con un sueldo de 1000 euros, finalmente este acuerdo nunca se cumplió ya que la otra recepcionista que era una chica de apenas 16 años renuncio por la voluntad de su madre y yo me tuve que quedar haciendo cada día el turno de doce horas e inclusive llegué a tener en un solo día trece horas.

Cuantas veces soportar la injusticia laboral:

Definitivamente ya se podrán imaginar que no tenía ni tiempo para mí, eran días de bastante estrés, no me refiero al trabajo así sino al temperamento de quienes eran mis jefes en verdad no me llegué a sentir tan cómodo como esperaba estarlo así que finalmente decidí presentar mi renuncia y esta la tuve que hacer en más de tres oportunidades.

Se preguntarán porque les cuento esto, pues bien, no quiero que les suceda lo mismo que me sucedió a mí y que les agarren de “lorna” como decimos en Perú cuando las personas se quieren aprovechar de otras.

Luego de tener varios encuentros de tratar de llevar la fiesta en paz, les cuento que me hicieron otra propuesta, trabajar solo 7.5 horas al día sin día de descanso hasta agosto y recibir como sueldo 1100 euros ¿ustedes que hubieran hecho? Hubieran aceptado, la verdad que no estaba tan mal, por un momento lo pensé y dije ¿Por qué no? En la vida me acostumbrado a dar muchas oportunidades y a darme también a mí las oportunidades ya que perfecto no soy, no por algo me gusta llamarme “extrañamente imperfecto” (solo para conocedores)

¡No a la injusticia laboral! 

Hay algo que no puedo tolerar, y eso se llama la injusticia, la explotación y mis jefes eran bastante pero bastante temperamentales, ya no lo eran conmigo sino con los demás del trabajo con la persona que hacia limpieza, con los que cocinaban en el hotel, con quienes atendían en el restaurante yo era un espectador de todo lo que sucedía y dicen también que quién caya otorgo, yo no podía tolerar este maltrato laboral así que me armé de energía o quieran llamarlo y presente mi insaciable e irrevocable renuncia.

Tiempo de hacer las pases 

Me dio la impresión que mi jefa se dio cuenta que estaba perdiendo a un buen capital humano, sentí en sus ojos un poco de palabras que me decían “perdón” yo tengo un grado de sensibilidad que me permite escribir en algunas ocasiones como loco calato pero me dije que espero que haya aprendido la lección.

Nunca permitan que nadie les eleve la voz ni en sus vidas, ni en el trabajo, la tranquilidad de una persona vale mucho más que cualquier dinero o cualquier experiencia, esto fue lo que yo pude rescatar de esta primera experiencia laboral en Italia.

A pesar de todo, puedo decir que puedo rescatar algunas cosas como por ejemplo la cocinera que hacia unos platos maravillosos y que yo los comía en silencio junto con mis compañeros de limpieza, hay algo que también quiero dar una especie de homenaje y es a todas esas madres que se sacan la mugre para poder llevar un pan a la mesa para sus hijos , admiro insaciablemente a cada una de esas mujeres que aguantan todo para poder llevar la tranquilidad a su familia.

ültimo día en el trabajo 

En mi último día una de las señoras de limpieza cuando se enteró que me iba a ir, me pregunto ¿porque me iba? Le dije que no soportaba este clima laboral y que prefería estar tranquilo en casa, ella en cuestión de segundos se puso a llorar y me vino un sentimiento enorme de culpa como si yo hubiera sido el causante de sus lamentos, me hablo de sus hijos y que ella lo hacía siempre pensando en ellos, que perdone a las personas y que siga mi vida en paz.

Esas palabras no las voy a olvidar y le dije a la señora que siga teniendo coraje, que siga teniendo esa fuerza que la caracteriza para seguir aguantando que ya no faltaba mucho para que la temporada de verano termine, a veces me pregunto ¿es acaso el dinero lo que mueve a las personas? Que sería de nuestra vida si eso no existiera. No hay duda que la explotación laboral existe plenamente aquí en Italia como también lo existe en mi país, por un momento pensé que yo ya había pagado hace muchos años mi “derecho de piso” pero me estaba dando cuenta que para nada era así y que la vida siempre te va  a dar esos latigazos pero eso sí, ninguno de los que venga va a ser igual que el anterior, lo que no nos destruye nos hace más fuerte.

Lo que no te mata te hace ¡más fuerte! 

No se si algún día ustedes puedan pasar por experiencias de trabajo que en verdad como le dije a la señora antes de irme, son experiencias de vida que te marcan, estuve trabajando aquí solo un mes y hoy ya siento que he vuelto a la vida, y que hay muchas pero muchas personas en el mundo que pueden estar pasando lo mismo que yo, no nos rindamos, creo firmemente en que una de las mejores herramientas para romper con esta cadena de malas experiencias es ser emprendedores y si algún día somos supervisores, darnos cuenta que frente a nosotros no existen maquinas humanas, son personas que sienten, que tienen sentimientos y tienen un montón de valor y dignidad ¡recuérdenlo!

Mi último día en mi trabajo de Riccione hubo un viento infernal con lluvia incluida, sin embargo esto no fue impedimento para que siguiera bicicleteando contra el viento para regresar a mi casa y para de alguna manera a pesar de todo, poder rescatar lo aprendido y darle la gracias a la vida por hacerme cada vez más fuerte.

¡Nos vemos en otra oportunidad!  y muchas gracias por leerlo, espero que esta catarsis les haya podido ayudar en algún modo como me marcó a mí. Cuídense mucho

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