Riga - Reykjavic: quinto día

Riga (5)

¡Hola de nuevo! En esta ocasión te voy a contar nuestro quinto día de viaje por la capital letona: Riga.

Nos levantamos sin prisas, sobre las 09:30. Desayunamos, nos arreglamos e hicimos las maletas. A las 11:00 salimos del hotel. Como teníamos que entregar la llave de la habitación, dejamos las maletas en recepción. ¡Teníamos que darnos una última vuelta por la ciudad antes de coger el avión rumbo a Reykjavic.

Visitamos el gueto judío de Riga. ¡No es gran cosa! Por no hablar de la calle que tuvimos que atravesar para llegar al gueto. ¡Muy peligrosa! Que estuviera desierta quizá fuera por el mal tiempo. O eso quiero creer. Encima, los edificios estaban en ruinas.

El museo del gueto y del Holocausto de Riga fue inaugurado el 21 de septiembre de 2010 con el objetivo de preservar la memoria de la comunidad judía letona y de no olvidar los crímenes del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Se encuentra en el barrio Spikeri.

Su interior reúne fotografías de los edificios del antiguo gueto de Riga, muchos de ellos aún en pie; fotografías de rabinos y sinagogas letonas; una sala dedicada a las escuelas judías y a su educación en Letonia; una sala dedicada a personalidades judías y fotografías de los soldados judíos que lucharon por la independencia de Letonia; un muro conmemorativo con el nombre de los 25 000 judíos de la Europa occidental que fueron deportados a Riga para ser exterminados; otro muro con otros 70 000 nombres de judíos letones exterminados durante el Holocausto; otra sala en homenaje a los salvadores de los judíos; por último, una exposición dedicada a los 3000 judíos de la República Checa exterminados en la capital letona.

También se puede visitar una casa de madera de dos plantas construida a mediados del siglo XIX en un barrio de Moscú. Se la llevaron al gueto de Riga durante la guerra. La superficie total de la casa es de solo 120 m². En ella se alojaba una treintena de personas. En la planta baja, hay varias réplicas en miniatura de las sinagogas letonas, mientras que la primera planta es una recreación de una vivienda típica del gueto, decorada con muebles originales y objetos de la época. Delante de la casa, hay una plaza dedicada a los letones que salvaron a los judíos: la Plaza de los Símbolos Judíos. En ella, se erige una escultura conmemorativa, el Árbol de la Esperanza del artista Edgar Kvjatovskis.

Pero vamos, ya te digo que el museo no es para tanto. Por algo la entrada es gratuita. Quien lo desee, puede dejar propina. Yo, tonta de mí, dejé 4 € para nada... Si yo fuera tú, no perdería el tiempo visitando esta zona.

Luego fuimos a comer algo al principal centro comercial de la ciudad, y de ahí al hotel a recoger las maletas. Más tarde, cogimos el autobús número 222 para ir al aeropuerto por solo 2 €. Un taxi nos habría costado unos 7 €, según la trabajadora del hotel. Pero ¡5 € son 5 €! Si me los puedo ahorrar, mejor.

Llegamos al aeropuerto demasiado temprano; no nos quedaba ya nada por ver en la ciudad. El cielo amenazaba con llover, no ayudaba.

En el aeropuerto conocí a otra chica letona que iba a visitar a una amiga islandesa. Hablando un poco de todo, como le dije que al llegar iba a alquilar un coche, me preguntó si la podía acercar a casa de la islandesa. A cambio, ella nos alojaría en casa de su amiga a mi hijo y a mí esa noche. ¡Ea, dinero ahorrado!

El avión aterrizó a las 20:20, hora islandesa. Recoger el coche fue superfácil. En el aeropuerto hay una lanzadera que te lleva hasta donde tiene la compañía de alquiler (Geysir) los coches. Allí nos ofrecieron un chocolate caliente. Pagué, me dieron las llaves, ¡y a la aventura! En total fueron 384 € por 9 días. ¡Y mira qué buen coche! :

Al llegar a casa de la amiga, cenamos, nos pusimos cómodos y nos fuimos a dormir mi nene y yo, como siempre, juntitos, juntitos...

Te dejo unas fotitos de todos nosotros ya en la casa antes de caer rendidos. ¡Vaya cuatro! :

Galería de fotos