Stranger things: peculiaridades y rarezas de la cultura inglesa

Inglaterra es un país genial pero hay que reconocer que tienen cosas que podrían considerarse bastante peculiares, desde hechos tan conocidos como el uso de la libra y no del euro a pesarde pertenecer a la Unión Europea (al parecer ya no por mucho más tiempo) a otros algo menos importantes pero fundamentales en la vida diaria de cualquiera que vaya a vivir una temporada en Inglaterra como la total ausencia de persianas. Para los que próximamente estéis pensando en iros una temporada por allí, ahí va una lista con las cosas que probablemente más os llamen la atención (unas para bien y otras no tanto):

- Los enchufes. Todos sabemos que son diferentes y, por tanto, se necesita un adaptador para poder usarlos pero no es a eso a lo que me refiero con la parte sorprendente de esto. La sorpresa llega cuando pones a cargar tu móvil y después de dos horas sigue exactamente igual (si ya tiene su edad probablemente incluso haya muerto por falta de batería). Entonces es cuando descubres que hay un interruptor en cada enchufe para permitir el paso de la corriente. Reconozco que es muy útil y permite ahorrar un montón de energía innecesaria pero las primeras semanas puede llegar a ser muy pero que muy frustrante.

- Moqueta everywhere. Personalmente me encanta ir sin zapatos por mi casa así que es algo que me gusta bastante pero en Inglaterra a veces sobrepasan los límites: poner moqueta en una discoteca no es algo que tenga mucho sentido y de higiénico tiene más bien poco. En la Universidad en muchas clases nos encontramos de nuevo con su adorada moqueta aunque aquí no lo considero un problema y, de hecho, me parece adorable que haya profesores que se quiten los zapatos para dar clase como si fuera su casa, es como que le da a todo un aire más relajado. Eso sí, el primer día que entré a clase y me encontré unos zapatos por ahí en medio me quedé alucinando. Ahora en cambio soy yo misma la que ha llegado a estar descalza en los sillones de la biblioteca con toda naturalidad. A todo se acostumbra uno y cuando te pasas el día en el campus la verdad es que se agradece. Solo hay que asegurarse de llevar unos calcetines respetables.

- Grifos con temperaturas extremas. Por alguna extraña razón la mayoría de los grifos están divididos en uno para agua fría tirando a congelada y otro para agua caliente de la que sale incluso vapor porque, ¿quién podría preferir un grifo cuya temperatura puedes regular? Reconozco que en España aún queda algún grifo de estos en lugares ya más viejos pero es que en Inglaterra están por todos lados. Así que tú decides, congelación o quemadura. 

- La dirección del tráfico. Cuando llegas a Inglaterra sabes perfectamente que circulan por el otro lado pero una cosa es saberlo y otra estar preparado para ello. Durante las primeras semanas tu subconsciente se encargará de que no aciertes ni una vez para qué lado debes mirar antes de cruzar la calle por lo que no es recomendable intentar saltarse ningún semáforo por muy convencido que estés de que no vienen coches, puede que se deba a que estás mirando para el lado equivocado. Llega un momento que es como vale, solo tengo que mirar al lado contrario al que miraría automáticamente pero, como empiezas a acostumbrarte a que los coches vengan por el otro lado, ya no tienes muy claro hacia qué lado mirabas en España. Así que lo mejor es mirar a todas partes o cruzar con otra persona a la que se le vea más suelta con eso de controlar el tráfico y evitar atropellos. Tu corazón y esos mini infartos al ver un coche salir de la nada te lo agradecerán.


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