Islandia - Aventuras por el sur. Primera parte (relato de mi viaje por el sur de Islandia)

El miércoles pasado, aprovechando que mi hermano venía de visita una semana, nos fuimos hacía el sur. La idea era llegar a Jökulsarlon, aunque sabíamos que dependíamos bastante del estado de las carreteras y del tiempo que nos hiciera. Otro de los inconvenientes eran las horas de luz, y es que a principios de Diciembre, apenas hay cinco horas de claridad.

Alquilamos un coche en Sadcars, como la última vez. Preguntamos sobre las ruedas y nos dijeron que eran de invierno, pero que no tenían tacos. Aunque si íbamos a ir por la Route1 no teníamos por que tener ningún problema. Al final decidimos coger un coche con tracción en las cuatro ruedas por si las moscas.

La salida:

A las nueve de la mañana de un fría y lluvioso día fuimos a recoger el coche y emprendimos nuestra ruta, dirección Vik. Cosa rara lo de estos días. En esta semana ha llovido más días que en todo lo que llevo en Islandia. Para colmo, las gomas de los parabrisas estaban hechas polvo, así que la salida de Reykjavík fue un poco caótica. Pero a medida que avanzábamos, el tiempo iba mejorando. Con la salida de los primeros rayos de sol cesó la lluvia.

Seljalandsfoss:

Al cabo de algo más de una hora, hicimos la primera parada: la cascada de Seljalandsfoss, que se puede ver desde la carretera principal.

Esta caída de agua de 60 metros es famosa por tener la peculiaridad de que se puede caminar por detrás.

Eso sí, había que andar con bastante ojo a no caerse, ya que había hielo por todas partes.

Los paisajes en Islandia son espectaculares. No creo que las fotografías hagan justicia a lo que uno ve. Es un pais de contrastes; tan pronto te encuentras con una inmensa cascada en medio de la nada, como con paisajes desérticos, absolutamente desérticos, sin nada en kilómetros a la redonda. Además, nosotros fuimos en Diciembre, que no es temporada turística, por lo que apenas nos cruzamos con gente.

Cada dos por tres tienes una excusa para parar el coche, quedarte embobado viendo una montaña que aparece enmedio de la nada, o un paisaje de aspecto lunar.

Skogafoss

Siguiendo por la Route1, a 15 km de Seljalandfoss te encuentras con esta otra enorme cascada. Es famosa porque a poco sol que haya se puede ver un gran arcoiris. Con el tiempo tuvimos suerte, ya que el sol hizo acto de presencia y pudimos verlo. Menos suerte tuve yo, que acabé en el suelo hielo después de intentar atravesar una enorme placa.

Un ibuprofeno para bajar el hinchazón de la rodilla y a subir escaleras se ha dicho. Aunque al mirar esa infinidad de escalones me lo pensé bastante.

Las vistas, espectaculares. Mereció la pena el esfuerzo.

Desde arriba se podía ver el camino que iba siguiendo el agua antes de desembocar en la cascada.

Una vez arriba se puede seguir y hacer varios trekkings, pero como íbamos justos de tiempo no nos alejamos demasiado.

Vík:

Continuamos el camino, porque teníamos que llegar a Vík antes de que anocheciera. A medida que avanzamos empezó a aparecer más nieve en la carretera, aunque por la Route1 no tuvimos ningún problema.

Continuamos nuestro camino y enseguida llegamos a Vík, un pequeño pueblo al sur de Islandia famoso por las formaciones rocosas de su playa.

Llegamos justo a tiempo para ver ua increíble puesta de sol.

Incluso vimos una foca y todo! En las fotos no se aprecia casi nada, pero el punto negro que hay en el centro es una foca. Os lo prometo. Si se hace grande se puede distinguir algo más. A ver si revelo las fotos de la Réflex, que se ve de más cerca. Estuvimos un rato jugando con la foca, que se escondía y volvía a aparecer.

A medida que iba desapareciendo el sol, el cielo se iba tiñendo de más y más colores. Uno de los momentos del viaje, sin duda.

Y una última foto de la playa de Vik, toda nevada.

Una vez pasado Vík, la carretera estaba bastante nevada.

Mientras era de día no hubo problema, pero cuando empezó anochecer, decidimos parar y buscar un sitio donde pasar la noche.

Nos paramos en una gasolinera de Kirkjubæjarklaustur, a unos 60 km de Vík y preguntamos por alojamiento. Decidimos ir al más cercano, a apenas 2 km, en Geirland.

El alojamiento de toda la zona tenía precios similares. Por 3500isk (unos 20-25 euros) tienes una cabaña con “sleep-bag acommodation” para tí. Con lavabo, ducha, calefacción y camas.. Nos duchamos, cenamos y nos fuimos a dormir pronto, que estábamos bastante rebentados de todo el día.


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