Sur: Trasporte hasta Reggio Calabria y Lievito
Trasporte hasta Reggio Calabria:
Habíamos estado viendo las diferentes opciones para viajas hasta Reggio Calabria, nuestro próximo destino. Sin embargo las comunicaciones hasta esta zona eran bastante escasas, es decir, FlixBus no llegaba hasta Reggio, para ir en tren, además de un ojo de la cara teníamos que echar prácticamente un día completo viajando pues teníamos que hacer al menos cinco trasbordos, alquilar un coche no salía nada rentable y no queríamos pasarnos el día bajando y subiendo de diferentes trasportes porque os recuerdo que íbamos cargadas de maletas y bolsas. Asique cuando menos nos tuviésemos que mover, mejor.
Buscamos entonces a través de una aplicación que yo he descubierto este año y es bastante útil. Seguro que muchos ya la conocéis, se llama GoEuro. Es una app disponible tanto para Android como para iPhone a través de la cual puedes buscar y comparar los precios en los transportes. Es decir, metes el lugar de partida, el lugar de llegada y la fecha de tu viaje, inmediatamente se comienzan a buscar las diferentes opciones, horarios y precios, apareciendo así varias líneas de tren, de autobuses, aviones y a veces hasta los Blablacar que haya para ese día concreto.
Fue por pura suerte que nosotros encontramos entonces un viaje bastante económico con una agencia llamada BusCenter, eran unos 35 euros, y al menos 6 horas de viaje, de forma que lo cogimos sin pensarlo.
Bajo mi punto de vista y mi experiencia… volvería a coger esta opción en el caso de que no tuviese otra. Porque, aunque fuimos bien durante el viaje, el autobús no tenía lugares para cargar los teléfonos, no era tan cómodo como otros en los que he subido y también tuvimos que hacer un cambio en Taranto. Además el conductor paró muy pocas veces para el trayecto tan largo que era y las personas que iban en el autobús le tuvieron que acabar llamando la atención de la brusquedad con la que conducía, ya que las carreteras eran algo estrechas y además pasábamos al lado de precipicios, lo que hizo que algunas personas se marearan y otras, como yo, tuviésemos esa sensación de miedo incómoda en el estómago al acercarnos a las curvas. En fin, se ve que es raro, pero todos preferíamos llegar tarde al destino, que no llegar.
Salimos entonces a las 12:15 h desde Lecce para llegar a las 20:00 h a Villa San Giovanni, el lugar más cercano donde podíamos parar con el bus, y desde allí, un tren hasta Reggio Calabria.
Estaba ya atardeciendo, estábamos cansadas de todo el viaje, y acaloradas de ir tirando de las maletas. Así que fue llegar a la casa de nuestra amiga, donde nos íbamos a alojar, y pegarnos una ducha de agua fría. De esas que te devuelven a la vida.
Lievito:
Tocaba cenar, y cerca de donde nos alojábamos se encontraba uno de los restaurantes que había sido premiado con el segundo puesto ‘premio gastronauta’ a la pizzería del año en 2016 dentro del certamen MilanoGolosa. El nombre del restaurante es Lievito, y sabiendo que esta joya estaba a unos metros de nosotros… ¿Cómo no probar sus pizzas?
Pues allí que nos presentamos y nos pusimos en cola (porque allí en verano no habrá una sola noche que vayas y no haya gente esperando para sentarse). Mientras esperábamos nos sugirieron tomar una cerveza artesana hecha por ellos (ya he mencionado en alguna ocasión que en Italia es muy común este tipo de producto) y no la habíamos acabado del todo cuando ya nos estaban llamando para sentarnos.
La carta es bastante completa y puedes encontrar pizzas para todos los gustos. De hecho debajo de donde aparecían los ingredientes de la pizza aparecían también algunas recomendaciones sobre cómo podría ser la mejor forma de comerla. Por ejemplo, aparecían sugerencias sobre la cerveza que mejor le sienta o también podías elegir la masa con la cuál hacían la pizza, que podía ser normal, de cúrcuma o de… ¡marihuana! Y no, no tienen un precio excesivamente caro, de hecho, es un precio estándar, entre 7 y 15 euros. Lo normal.
Marta y yo nos decantamos finalmente por un par de pizzas para compartirlas, una de ellas era la Al Caponata y la otra la Luppolo. Ambas dos con un ingrediente que me enamoró desde el primer momento en el que lo probé: la cebolla.
En una de ellas cruda y en la otra cocida en cerveza, la cebolla de Tropea es uno de los descubrimientos, sin duda, de mi viaje por esta parte del Sur.
El sitio me encantó y obviamente si regresase a Reggio, volvería a repetir. Eso sí, como consejo diría que no vayáis con prisa, porque es real que tienen mucha afluencia de gente, y esto también se refleja en los tiempos de espera para comer. Nosotros estuvimos esperando más de media hora las pizzas, de hecho, recuerdo a Marta hecha polvo del viaje, que casi se queda durmiendo encima de la mesa mientras esperábamos que llegase. Pero bueno, merece la pena.
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