Tiempo libre con los compañeros
Domingo de descanso
El domingo después de nuestro viaje a la Gomera me quedé en la cama bastante tiempo, y tras desayunar un poco volví a esta. Todavía estaba cansada y no quería salir de mi cama. Simplemente quería un domingo de descanso. El tiempo no era muy bueno y aparte de sentarme en la piscina con mis amigas no quería hacer nada, así que disfrute descansando mientras pasaba las fotos que había echado el día anterior del móvil a mi ordenador portátil. Tardé un poco más debido a unos problemas de hardware. Después vi un par de vídeos para aprender árabe e intenté hacer un resumen de todo lo que había aprendido hasta ahora. Era muy difícil aprender una lengua con tan solo vídeos de YouTube, sin asistir a un curso universitario. Podía escribir algunas cosas, pero la pronunciación era imposible. Esperaba poder hacer un curso de principiante en la universidad el año que viene para aprender de verdad. Con el agobio del trabajo me había vuelto un poco vaga y aparte de hacer un poco de ejercicio todos los días (estaba muy orgullosa de mí misma) no estaba aprovechando el tiempo. Tenía muchos problemas para motivarme a la hora de ponerme a leer, porque quería terminar "La vida de Pi" en español, pero tras un rato leyendo me aburría mucho porque ya me sabía la historia y no entendía la gran mayoría de palabras. Además, que no me gustaba tener que leer con un diccionario al lado.
Pero este domingo me senté en el sofá a leer un par de páginas del libro. Me sentía motivada porque me compraría libros en alemán o en inglés cuando terminara este. Contenta por haber hecho algo que quería hacer desde hace mucho tiempo y sintiéndome muy bien conmigo misma, decidí pasar el resto de la tarde en mi cama, viendo la televisión como una vaga. Luego tendría que cocinar algo para preparar la comida de mañana para trabajar, y quizás haría un poco de ejercicio.
Semana de mucho trabajo
El lunes por la mañana no estaba nada motivada, tan solo me queda una semana más de perder el tiempo, y estaba deseando que fuera viernes de la semana siguiente para terminar mi periodo como becaria. Por suerte, tenía unas cuantas cosas que hacer. Quería terminar mi segundo examen de Google AdWords para recibir mi certificación de Adwords. También iba a quedar con una agente inmobiliaria para saber que tenía que hacer antes de dejar mi apartamento y además tenía que ver qué cosas me iba a llevar a Alemania conmigo y qué cosas iba a tirar y a donar aquí en Tenerife. Estaba muy contenta de que no me iba a aburrir mucho esta semana, pero mi estancia en el trabajo no iba a ser nada interesante, porque me iba la semana siguiente y no estaba motivada en terminar ninguna de las tareas.
Me centré en leer foros de Google y en ver vídeos de Youtube de gente haciendo el examen para prepararme para hacer el segundo examen, que era más difícil. No fue difícil encontrar el tiempo para prepararme ya que no tenía mucho que hacer. Obviamente, en la empresa pensaban que yo ya no era relevante. Pero quería tener la certificación de haber hecho el examen para sentir que había hecho algo importante en aquellas prácticas que me daban tanto igual. De vez en cuando hablaba con la chica vietnamita y nos mandábamos imágenes y vídeos por Hangouts. Nuestro jefe de proyecto se había vuelto muy molesto y sabíamos que no era feliz con su puesto pero era increíble que nos tratara tan mal por eso, ya que nosotras no teníamos la culpa. No paraba de hacer cosas raras y algunas cosas eran muy disparatadas. Pensaba en cómo había podido conseguir el puesto y como había conseguido mantenerlo durante más de dos años, ya que cualquier otro jefe lo hubiera despedido hace tiempo porque se comportaba como un niño. Pero en tan solo dos semanas ya me daría igual porque dejaría de trabajar aquí.
Durante la hora de la comida hablamos sobre mi dos últimas semanas y una compañera sugirió que teníamos que quedar un día para cenar y tomarnos algo juntas antes de que me fuera. Me parecía una gran idea y como solo quedaban dos fines de semanas, después de hablarlo decidimos hacerlo el viernes siguiente. No nos sentimos mal de que nuestro jefe de proyecto no pusiese venir porque ya tenía otros planes para esa noche. Quería cambiar la cena a la última semana (sin preguntarme) pero por suerte nadie quería, así que se confirmó para el viernes y le dijimos al jefe de proyecto que podríamos quedar la semana siguiente sin los demás compañeros para celebrar mi despedida (puede que esté feo, pero la chica vietnamita y yo ya estábamos pensando en una excusa para no ir).
No pasó nada importante en el resto de la semana y fue muy aburrida. Lo más interesante fue el momento de hacer el segundo examen de la certificación Adwords y tras dos horas lo aprobé. No había estudiado mucho y nunca hubiera pensado que iba a aprobar, ya que las preguntas de este segundo examen eran bastante difíciles y no tenía mucha experiencia, ya que solo tenía permitido hacer tareas sencillas. Estaba muy orgullosa y la chica vietnamita y yo lo celebramos un poco en el balcón con una taza de té y unas galletas. Tenía un poco de dilema, ya que no quería ir por ahí diciendo "miradme, he aprobado los exámenes de Adwords" por toda la oficina porque no era mi estilo. Pero por otro lado me hubiera gustado que la gente de la oficina supiese que había aprobado el examen, pero como no sabía qué hacer, me esperé un poco. Quizás lo diría en la reunión que teníamos el lunes. Pero me salió bastante mal, ya que se me olvidó cerrar el PDF de la certificación y cuando el jefe de proyecto vino a explicarnos una cosa lo vio y grito por toda la oficina que había aprobado el examen. Ahora todo el mundo lo sabía sin tener que decir nada. Fue la primera vez que me gustó que mi jefe fuese un escandaloso.
Noche del viernes - hora de despedirse
Finalmente era viernes. No era tan solo el final de la semana, sino que también era cuando iba a hacer mi fiesta de despedida en La Laguna por la noche. La chica vietnamita y yo estábamos muy emocionadas y estábamos deseando pasar la noche con dos de nuestras compañeras favoritas. Los demás no tenían tiempo, así que tan solo íbamos a La Laguna nosotras cuatro a recibir alguna información sobre este lugar histórico que era Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y después íbamos a cenar a algún sitio interesante y tras eso terminaríamos la noche con algunas copas. Como siempre, el tiempo pasaba muy lento y estaba increíblemente aburrida. . Después de haber terminado mi certificación AdWords no tenía nada interesante que hacer y estaba esperando que la semana que viene terminara para terminar mis días como becaria y tener unos diez días de vacaciones para disfrutar de la isla un poco antes de volver a Alemania. La chica vietnamita también estaba aburrida aunque ella tenía cosas que hacer, de esas difíciles que ya no me explicaban porque tan solo me quedaba una semana. Me sentía un poco desubicada porque ya me daba igual aprender y me puse a ver conferencias de TED Talks, mientras deseaba que el día terminase.
Finalmente, después de horas interminables dieron las cinco de la tarde y estábamos listas para ir a La Laguna. Nuestra compañera, que vivía en Santa Cruz, la ciudad de al lado de La Laguna, nos iba a llevar con ella en coche y luego nos volvíamos a Puerto de la Cruz en autobús. La otra chica y yo ya estábamos esperando a nuestras otras dos compañeras que saliesen del trabajo, pero iban muy agobiadas y tuvimos que esperar unos veinte minutos antes de que la chica del coche apagara el coche y hablara con la otra. Después de hablar un poco vino a nuestras mesas a decirnos que la otra chica no iba a venir porque tenía que hacer una tarea importante y no sabía cuanto iba a tardar. Si tardaba poco vendría en coche después. Estábamos un poco decepcionadas porque nos caía muy bien y nos gustaba mucho, pero como no podíamos cambiar nada, así que fuimos al aparcamiento para salir hacia La Laguna. Nos lo pasamos muy bien en el coche y sabía que nos lo íbamos a pasar genial por la noche. Nuestra compañera nos enseñó un poco la ciudad, ya que nuestras experiencias en esta no habían sido muy buenas y quería convencernos de la belleza y del encanto de este sitio en particular. Después, nos enseñó su restaurante favorito y nos tomamos unas copas en un bar. Como la universidad estaba en La Laguna, había menos turismo y más ambiente nocturno, algo que estaba muy bien como distracción.
Llegamos y tuvimos problemas para encontrar aparcamiento, ya que los viernes por la noche era cuando más gente había por el centro, incluso cuando todavía no eran las seis de la tarde. Pero tuvimos suerte y encontramos un sitio en tan solo diez minutos. Salimos del coche para empezar nuestro paseo por el centro de la ciudad. Nos enseñó los lugares más importantes, nos contó su historia y nos preguntó que qué queríamos ver después. Como no sabíamos que ver, ella dijo de ir al Museo Guanche, que era el museo de los aborígenes de Tenerife. Era un edificio tradicional pequeño de dos pisos repletos de objetos históricos. Tenía una explicación para casi todo lo que podíamos encontrar y nos lo pasamos muy bien porque había unos objetos muy raros. Después de haberlo visto todo (tuvimos que darnos prisa porque el museo cerraba treinta minutos después de que entráramos) fuimos a la exhibición de artistas amateur de la planta baja en la que estudiantes de arte (nuestra compañera era una de ellas) podían exhibir sus proyectos y cualquier persona los podía comprar y podía votar al mejor artista. El artista más votado podía ganar el poder hacer una exhibición exclusiva para él solo. Era muy interesante ver como nosotros tres teníamos diferentes puntos de vista respecto a las pinturas abstractas y a las esculturas (en realidad, no entendía nada sobre arte, pero intentaba interesarme). Nuestro compañero tenía mucho interés en estas cosas.
Salimos del museo y fuimos a cenar primero para después tomarnos alguna copa, aunque todavía fuese demasiado pronto para cenar en España. Teníamos mucha hambre ya que no habíamos comido nada desde la una de la tarde. Así que seguimos a nuestra compañera a su restaurante favorito. No estaba muy lejos del centro de la ciudad pero cuando llegamos vimos que abrían en cuarenta y cinco minutos, así que cambiamos nuestros planes y volvimos al centro de la ciudad para tomarnos una copa. Fuimos a un bar y bebimos un poco de vino. Hablamos sobre la ciudad, el trabajo, los compañeros y de todo lo que teníamos en común. La chica vietnamita quería echar fotos con su cámara Polaroid, así que estuvimos un rato posando. Era muy difícil el conseguir una foto perfecta, ya que la luz y todo tenía que estar perfecto en el mismo momento. Encima no podías borrar la foto e internarlo de nuevo, ya que cada foto valía unos cincuenta céntimos y cuando echas una foto mala no puedes cambiarla. Pero estas pequeñas fotos eran muy bonitas y me gustaban mucho como recuerdos. Después de un rato vimos que el restaurante ya había abierto, así que pagamos y salimos del bar para volver al restaurante. No tardamos mucho en llegar y por suerte esta vez si que estaba abierto, así que entramos y preguntamos por una mesa para tres. Tuvimos suerte porque aunque hubiesen abierto hace media hora ya estaba bastante lleno.
Recibimos la carta y strong>le preguntamos a nuestra compañera cuales eran los mejores platos. Mientras comiéramos tapas podíamos pedir unos seis platos diferentes que venían en platos pequeños para compartir. Me gustaba mucho esta manera de comer, ya que así podías probar seis platos diferentes y no solo tenías que comer de una cosa. Nuestra compañera nos sugería cosas y pedíamos lo que él nos decía. Mientras esperábamos a que trajeran nuestra comida hablamos del trabajo y de los problemas que teníamos, de lo que pensábamos de algunos compañeros y de cosas así. No teníamos nada más en común aparte del trabajo, así que era de lo único de lo que podíamos hablar. Tras un rato nos trajeron la comida y estaba deliciosa. Nos habían traído una gran variedad y parecía que era demasiada comida para tan solo tres personas. Pero como estaba todo tan bueno no nos dejamos nada aunque después nos costara movernos. Aun así, pedimos un postre que era uno de los mejores postres que he probado en mi vida. Llevaba merengue, yogur, galleta molida y frutos rojos. Estaba increíble. Después del segundo plato ya no podíamos movernos, así que nos quedamos un rato más en el restaurante echándonos fotos con la cámara Polaroid antes de pedir la cuenta y salir del establecimiento. Como no era muy tarde, nos dimos una vuelta por el centro de la ciudad a mirar a la gente y a disfrutar de nuestro tiempo libre. Entramos a otro bar a tomarnos otra copa de vino antes de volver al coche. Nuestra compañera quería llevarnos a la estación de autobuses para despedirnos allí. Y eso fue lo que hicimos, y en nada estábamos sentadas en un autobús de camino a Puerto de la Cruz. Había sido una noche increíble y estaba contenta de haber tenido la posibilidad de explorar la ciudad de otra manera y con otra perspectiva.
Galería de fotos
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- English: Colleague Distraction
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